Mitsubishi basa su crecimiento en el mercado español por un aumento notable en las ventas de su Outlander, modelo que se ha renovado de cara a 2016 y que lo hace de forma destacada en el caso de la versión híbrida PHEV en la que Mitsubishi ha centrado su esfuerzo para situarlo en un precio con el que triplicar sus ventas respecto a 2015. De hecho, el Outlander PHEV es ahora 2.300 euros más barato que el diésel.
Parte de esta nueva política respecto al PHEV llega marcada por las nuevas ayudas del gobierno a la compra de vehículos eléctricos, un nuevo Plan MOVEA que sitúa el precio máximo antes de impuestos para poder acceder a la subvención en 32.000 euros. De ahí que Mitsubishi haya decidido realizar un importante esfuerzo para situarlo en esa barrera económica, lo que ha llevado a que el Outlander PHEV cueste en la calle en esta nueva versión 35.020 euros (aplicadas ya las ayudas del Plan MOVEA) frente a los 41.000 euros del anterior modelo.
Lógicamente en ese ajuste de precio se ha revisado el equipamiento, que prescinde en el nuevo modelo del techo solar y de los asientos tapizados en cuero, ahora en cuero y Alcantara. También prescinde de la regulación eléctrica en los asientos delanteros pero sí se mantiene la calefacción. Eso sí, añade elementos nuevos como el sistema de cámaras para facilitar las maniobras, volante calefactado, alarma antirrobo y un nuevo sistema que impide acelerar si, al estar parado, detecta un obstáculo cerca.
En la carrocería cambia el ligeramente el frontal con nuevos faros, aletas, parrilla y paragolpes y, en la parte trasera, pilotos y paragolpes. Algunos elementos son específicos de esta versión, como la moldura en la parte inferior el paragolpes delantero, la parrilla con un cromado más oscuro, el listón cromado que recorre la parte inferior de las puertas, la antena de tipo tiburón, las llantas, el paragolpes trasero y la ausencia de molduras de plástico en los pasos de rueda.
El sistema híbrido es básicamente el mismo que antes, con un motor de gasolina y dos eléctricos que generan 203 CV de potencia máxima, pero introduce pequeños cambios en la gestión electrónica para ofrecer una mejor respuesta, sobre todo en los primeros instantes desde parado, con una mejor aceleración hasta 40 km/h para hacer la conducción más agradable aun en ciudad sobre todo. Baja también ligeramente el consumo medio homologado cuando funciona como híbrido combinando los dos motores, que es ahora de 5,5 l/100 km, tres décimas mejor que antes.
Como en el anterior PHEV, cuenta con un motor eléctrico que impulsa las ruedas traseras para ofrecer así un sistema de tracción total sin necesidad de utilizar un eje de transmisión. Se ha trabajado en mejorar notablemente el aislamiento acústico y, ante todo, resulta un coche especialmente agradable por el silencio de marcha que ofrece. Responde con prontitud en ciudad a baja velocidad y, en carretera, gana velocidad con rapidez gracias al apoyo del motor eléctrico. Sólo si le exigimos fuertes aceleraciones en condiciones de trazado exigente, el sonido del motor resulta más apreciable, pero en condiciones de conducción normal el Outlander PHEV transmite muy buenas sensaciones.
Más aun ahora que se puede acceder a un SUV de tecnología híbrida al precio de modelos de motor de combustión convencional, diésel o gasolina, beneficiándose por su condición de híbrido enchufable de las ventajas de un turismo eléctrico en ciudad, como el aparcamiento gratuito en zonas reguladas, exención de peajes en las autopistas de entrada/salida a Barcelona, acceso a áreas restringidas a residentes y circulación permitida por los carriles BUS-VAO o en cualquier vía en días de restricciones por contaminación en el caso de Madrid o un impuesto de circulación que suele ser más asequible.
La recarga de la batería mediante la conexión a la red eléctrica requiere unas cinco horas en un enchufe convencional, se reducir 3,5 horas instalando un cargador de pared wallbox y, con una conexión de tipo CHAdeMO, permite la recarga del 80% en media hora, pero requiere enchufarlo a puntos de recarga rápidos. En modo eléctrico, la autonomía homologada es de 52 kilómetros, aunque en condiciones reales de funcionamiento llega a ser de unos 40 kilómetros. Según los datos proporcionados por Mitsubishi, con una tarifa eléctrica normal, el coste por kilómetro es de 2,71 €/100 km y, con una tarífa con discriminación horaría, de sólo 0,77 €/100 km.