El presidente de Renault, Carlos Ghosn, lanzó esta mañana un mensaje de advertencia al Gobierno francés sobre el "peligro real" de que el gigante tienda a su desaparación, aunque "no a corto plazo". Ghosn insta a las autoridades a crear un marco más competitivio en Francia, el mercado original de la comapñía y donde se encuentra en desventaja para competir frente a sus rivales, según el ejecutivo.
La situación no es alarmante. Renault ahora es rentable en gran medida gracias a su alianza con Nissan, pero también por su gama de coches de bajo coste y por su internacionalización. Todo eso le va a permitir tener un flujo de caja positivo este año, según su presidente.
Así, aseguró que el fabricante francés de automóviles no está al margen de desaparecer al menos "en su forma actual". "No conozco ninguna empresa que sea viable, que pueda prosperar sobre una base que no sea competitiva", declaró Ghosn, quien no obstante declaró a la emisora francesa RTL que la "base natural" del grupo "es Francia".
Ghosn advirtió de esta forma sobre la pérdida de competitividad en su base francesa al comentar que, frente a otros fabricantes, no es posible que un grupo mantenga el crecimiento y este sea sano si su mercado original tiene desventajas para competir.
Los costes laborales ahogan la industria
Ghosn pidió al Gobierno que preside Jean-Marc Ayrault que no se limite a elaborar "estudios suplementarios", sino que apruebe "un plan de acción" que aborde la cuestión del coste del trabajo.
Ayrault, en una entrevista el jueves por la noche en televisión, reconoció que los costes laborales son un problema de la industria francesa, pero aseguró que solo es una parte de él.
Ayer también, Ghosn hizo otras declaraciones polémicas al condicionar el mantenimiento del empleo en su empresa a mejoras en la competitividad, y se mostró convencido de que ante las malas perspectivas del mercado europeo, la reducción de las capacidades de producción del sector son "inevitables".
Sobre las posibles supresiones de empleos o cierre de fábricas en Francia, en otra entrevista a Le Figaro, el presidente de Renault había señalado que su problema allí no es tanto de exceso de capacidades como de "competitividad".
"La mejora de la competitividad en Francia -argumentó- es una cuestión de supervivencia para Renault", lo que quiere decir que "tenemos un problema de costo de trabajo y necesitamos flexibilizar el trabajo, en particular en la industria".