El mercado de turismos y todo terrenos ha cambiado mucho en los últimos años, y no solo en cuanto a ventas se refiere, sino también en la distribución de las mismas entre los diferentes segmentos. Y entre los que más ha sufrido ha sido uno de los que en épocas de bonanzas diez años atrás lograba crecimientos récords, el de los grandes todo terrenos de lujo, segmento que en los últimos años ha caído de forma muy acusada, incluido el pasado 2013, primer año de mejoría global del mercado desde 2007.
Las ventas actuales de grandes todo terrenos de lujo suponen casi la décima parte de hace seis o siete años
La crisis económica ha pasado factura a un tipo de modelos que en pleno boom económico sirvió como escaparate para muchos, que vieron en estos grandes modelos un símbolo de estatus, con precios muy por encima de los turismos de gama alta. Pero la falta de financiación, la propia crisis y la práctica imposibilidad de acceder con ellos al medio rural ante las severas y restrictivas leyes que se han endurecido de manera notable en esta última década ha terminado por pasar factura a este tipo de modelos, ahora sustituidos por los denominados SUV o todo caminos, mucho más sencillo, prácticos y económicos.
Como referencia, en 2007 se vendieron en nuestro país casi 5.600 unidades del Mercedes Clase M, más de 5.200 Audi Q7, cerca de 5.000 BMW X5 y más de 8.300 Toyota Land Cruiser, cifras que en ningún caso han llegado en 2013 a superar las 900 unidades. Y todo apunta a que esas cifras seguirán en esa línea, una tendencia que demuestra que el sector del automóvil busca ahora modelos más racionales y equilibrados.
Así, en el pasado ejercicio 2013 apenas se comercializaron 443 unidades del Audi Q7, 835 de BMW X5, 851 del Mercedes Clase M, 419 del Jeep Grand Cherokee, 729 del Porsche Cayenne o 596 del Toyota Land Cruiser, antaño modelos que gozaron de ventas que casi multiplicaban por diez los datos actuales.