La llegada de un segundo modelo a la línea de producción de la fábrica navarra de Volkswagen a partir de 2018 permitiría elevar la producción anual hasta las 350.000 unidades con este segundo modelo, una cifra que supondría incrementar en más de un 25% el volumen previsto para este año, 274.000 unidades.
Pero para poder optar a este nuevo modelo que complementaría al Polo, y que empezaría a producirse en 2018, la Dirección de Volkswagen exige a la planta navarra una mejora de la competitividad, un esfuerzo que, desde los representantes de los trabajadores, podría traducirse en una reducción del coste de la hora trabajada o un aumento en el número de días que estaría abierta la fábrica a lo largo del año. De momento, la planta navarra se encuentra en plena preparación para el lanzamiento del nuevo Polo previsto para el próximo año.
De lo que no hay detalles todavía es del modelo en concreto que se fabricaría, aunque sí se sabe que no haría falta una segunda línea de producción pues la plataforma sobre la que estaría desarrollado es la misma que la del Polo. Podría ser, por tanto, un modelo de tamaño similar al de este último, aunque la configuración es, todavía, una incógnita. Volkswagen Landaben tiene a partir de ahora un plazo de tres semanas para presentar un plan a Volkswagen Alemania para poder hacer frente a este proyecto.
Unos esfuerzos que ya han dejado caer desde la Dirección de la planta y que a significar en las próximas jornadas entablar negociaciones con las representantes sindicales para aclarar el futuro de la planta navarra, que ven una oportunidad de garantizar el futuro estable en la misma los próximos 15 años. Las primeras medidas presentadas no resultan suficientes para UGT, que estudiará a fondo estas propuestas para tratar de llegar a un acuerdo en el menor tiempo posible.