Las primeras Bandit llegaron al mercado hace ya 25 años, una gama que ha sabido mantenerse en el tiempo para conformar una de las familias más longevas entre las dos ruedas, siempre caracterizadas por una cierta sencillez en su desarrollo y, sobre todo, por un inconfundible estilo en su diseño.
La nueva 1250S combina ciertas dosis de deportividad con el máximo confort y eficacia en largas distancias. Y lo hace desde la sencillez de unos planteamientos que le permite, además, ofrecerse con un ajustado precio para rivalizar con ventaja modelos como la Honda VFR800F, la Kawasaki Z1000SX o la BMW F800GT. Una sport-turismo por tanto con la que poder disfrutar tanto en el día a día como en los más largos recorridos.
Con la adopción del semicarenado, la Bandit 1250S luce un diseño más deportivo que sus hermanas ‘naked’, y permite así convertirse en la opción más rutera de la familia. Mantiene el mismo bloque de cuatro cilindros y refrigeración líquida y, con un depósito de 19 litros, asegura una notable autonomía para afrontar largos recorridos en carretera.
Para ello, el motor de 1.255 cm3 ofrece sobre todo una curva de par muy aprovechable renunciando a altísimas cifras de potencia, conformándose con 100 CV para disfrutar de una respuesta a bajo y medio régimen acorde con lo esperado de una moto destinada, sobre todo, a disfrutarlas en viajes cuanto más largos mejor.
Está equipada con un doble disco delantero de 310 mm con pinzas de 4 pistones y un disco trasero de 240 mm con una pinza de un solo pistón. Además, incorpora el sistema ABS digital que monitoriza la velocidad de la rueda y calcula la potencia de frenada según la tracción disponible, toda una ayuda para situaciones comprometidas.
Aunque no es precisamente ligera –225 kilos en orden de marcha–, su ancho manillar y la baja altura al suelo del asiento hacen su conducción muy agradable en ciudad, donde la suave respuesta de su gran tetracilíndrico de inyección facilita mucho su manejo entre el tráfico urbano.