Génova da por buenas las primeras declaraciones efectuadas por José Mauel Soria, ministro de Industria en funciones, sobre sus vínculos con una empresa radicada en Panama en los años 90. La noticia coincidió con la celebración del Comité de Dirección de los lunes, en el que el PP analizó la situación de las posibles negociaciones para desbloquear el actual atasco institucional. Pablo Casado, portavoz del partido, insistió en que la rápida y contundente respuesta ofrecida por Soria "despeja dudas" sobre este episodio, uno más del largo rosario de escándalos de corrupción que sacuden al partido en el gobierno. La perplejidad, en principio, seguida de una mal disimulada conmoción, se pudo palpar en algunos dirigentes de la formación conservadora.
La versión oficial
Casado subrayó las palabras de Soria, en el sentido de que no tiene relación alguna con esta compañía offshore radicada en el país centroamericano, y mencionó de paso que en aquel tiempo el aludido carecía de cargo institucional, ya que su elección como alcalde de Las Palmas ocurrió con posterioridad. La compañía cesó en su actividad en 1995. Una vez más a Casado le tocó bailar con la más fea, ya que su comparecencia estaba centrada en anunciar la celebración de una nueva conferencia política del PP, en este caso la centrada en asuntos de Educación.
El vicesecretario de Comunicacón recitó las obligadas justificaciones sobre este asunto que ha caído como un mazazo en el seno del Gobierno y, sobre todo, de una formación que se dispone a afrontar una campaña electoral en la que la corrupción cobrará nuevamente un protagonismo destacado. "Estábamos con lo de Barberá y ahora salta esto", comentaba un veterano dirigente del PP minutos después de conocerse la noticia. En las últimas semanas, los dirigentes de la joven cúpula de Génova habían lanzado toda su artillería contra las situaciones de irregularidad que han sacudido a su partido, hasta el punto de reclamar una "purga" a fondo de todo indicio sospechoso. Algunas voces reclamaban ya que, pese a que sus vínculos con la sociedad sospechosa fueran tal y como los ha descrito, el ministro Soria debería dar un paso al costado para evitar salpicaduras a su partido y a su gobierno.
"Estábamos con lo de Barberá y ahora salta esto", comentaba un veterano dirigente del PP
Los rumores sobre la aparición del nombre de Soria en los Papeles de Panamá circulaban desde hace días por los círculos políticos madrileños. La circunstancia de que el titular de Industria en funciones sea uno de los amigos más estrechos de Mariano Rajoy alimentan aún más las sospechas en el sentido de si el presidente en funciones tenía o no conocimiento de estos hechos. Fuentes de Moncloa desmienten tal posibilidad, aunque las dudas no se van a despejar fácilmente. Soria había aparecido incluso hace unas semanas como protagonista a postularse en una posible sucesión de Rajoy, una noticia en la que también figuraba el nombre de García Margallo, titular de Exteriores y asimismo buen amigo del presidente.
La alta dirección del PP se había reunido este lunes en Génova para analizar la situación política a la vista de los últimos acontecimientos sobre la imposibilidad de que Pedro Sánchez haya logrado armar una plataforma de apoyo con Podemos y Ciudadanos para presentarse de nuevo a una investidura. La dirección del PP insiste en que es el PSOE quien ahora debería recapacitar y asumir el fracaso de su intentona y aceptar la sugerencia lanzada por Rajoy desde el minuto uno de las elecciones del 20-D. Es decir, aceptar la idea de la gran coalición formada por PP, PSOE y Ciudadanos con la presidencia a cargo del partido que más votos recibió en las urnas. Una propuesta que el Comité Federal socialista ha venido rechazando con insistencia y sin titubeos desde principios de año.