Después de cuarenta años en el oficio de periodista, la mayoría de ellos en la radio, cree uno haber acumulado alguna experiencia en los relativo al egeme que mide las audiencias. Por lo dicho, creo que hay razones para considerar que es más provechoso creer en el oráculo de Delfos que en los resultados de esa medición aplicada a la radio en la que todas las emisoras y comunicadores ganan. O ninguno pierde.
El egem me recordó el espectáculo en la noche del domingo cuando los lideres iban saliendo a dar explicaciones. Y así, ganó Feijóo, que no irá a la Moncloa; ganó Sánchez, que ha perdido las elecciones; ganó la señora de Sumar, que nos había dicho que sería la primera presidenta de España cuando la realidad es que ha quedado cuarta y con menos escaños que le dejó Unidas Podemos. Y hasta parece que ha ganado Abascal. La indecencia política del líder de Vox y el grupito de amiguetes que le jalea es de libro. En un partido normal, los resultados del domingo hubieran hecho dimitir al líder y convocar un congreso. No sucederá con quien cree tener un partido como si fuera una finca en Extremadura.
En realidad, y entremos ya en materia, es también más rentable creer en la profecía y en la adivinación que en las encuestas. Narciso Michavila dice que él ha acertado más que el resto. ¡Hombre Michavila, hombre!
"Michavila en busca y captura", me escribía un querido compañero de profesión la noche del domingo.
Y no, miren, no voy a denostar los sondeos cuando me encuentro entre las decenas de periodistas que se los han creído y los ha utilizado para hacer sus magras reflexiones. Debemos empezar por ahí. Por ser consecuentes y admitir que ese mundo caprichoso de las encuestas nos ha hecho disparatar en nuestros artículos y tertulias. Nadie nos obligaba, desde luego. Hemos creído lo que, por la experiencia acumulada, no deberíamos creer, y, sin embargo, vuelta la burra al trigo. No engañemos más: suele suceder cuando se mezcla el deseo y la realidad.
Oigo las desbarres de aquellos que olvidan que los resultados de Sánchez son la consecuencia de una cosa simple pero muchas veces incomprensible que se llama democracia
Escucho con sorpresa el lamento de algunos de mis compañeros porque Santiago Abascal -antes Santi-, no tiene los arrestos suficientes para asumir la responsabilidad de su rotundo fracaso; atiendo las razones de otros que se mofan de Yolanda Diaz. Oigo las desbarres de aquellos que olvidan que los resultados de Sánchez son la consecuencia de una cosa simple pero muchas veces incomprensible que se llama democracia. Los hay incluso que se permiten decir que los españoles votamos mal. Y mientras escribo, se me presenta la cara circunspecta de Feijóo en el balcón de Génova intentando explicar lo que es inexplicable, quizá incomprensible, mientras una parte de su publico -¿su público?- coreaba a la presidenta Ayuso. "Ayuuuso, Ayuuuuso, Ayuuuuso…". "Muchas gracias, presidenta", respondió Núñez Feijóo desde el balcón.
Las elecciones de ayer no trajeron ni una sola noticia buena para un país que se desgasta y asiste atónito al espectáculo de dos líderes políticos que han decidido retratarse dentro del cuadro de los garrotazos de Goya. Pregunto a un señor muy mayor por el resultado, y me responde directo que "así no vamos a ninguna parte, haga el favor de escribirlo". Y eso hago, escribirlo y confirmar que no hay que estar muy informado para saber que lo que me dice ese hombre tan mayor es verdad.
No vamos a ninguna parte es un diagnóstico que se queda escaso y marginal si Feijóo y Sánchez no son capaces de compartirlo. De entenderlo, en realidad, porque sólo cuando lo hayan entendido podrán aceptar la idea simple y cierta de que ellos tienen la llave para que España encuentre el sosiego al que los radicales antiespañoles y los radicales pasados de ese españolismo que huele a sobaquina y puro Farias han sometido a este país.
Nunca Vox llegará a la Moncloa, y lo saben. Pero saben también que tienen en su mano la clave para que Feijóo, o el que sea después de Feijóo, llegue a gobernar España
No vamos a ninguna parte con los de Rufián; a ninguna con los del valiente de Waterloo; a ninguna con la señora comunista disfrazada de Mélenchon con ropa de Cristian Dior -Guerra dixit-; a ninguna con un partido como Vox que funciona como un grupito de amiguetes que se entretienen favoreciendo por acción u omisión a Sánchez. Se les llena la boca de saliva cuando dicen España, y al final, claro, les sale un salivazo. Nunca van a gobernar este país. Nunca Vox llegará a la Moncloa, y lo saben. Pero saben también que tienen en su mano la clave para que Feijóo, o el que sea después de Feijóo, llegue a gobernar España. De Sánchez no digo nada. Me cansé. Así no vamos a ninguna parte. Lo sabe Abascal, lo sabe Junqueras, lo sabe Puigdemont y lo sabe Otegi. Y en ese ambiente sobreviven y se muestra capaces de conseguir sus objetivos, que no son otro que bloquear un país al que le urgen la estabilidad y la confianza. Ya sabe uno qué justifica la existencia de separatistas, filoterroristas y comunistas, todos ellos convenientemente blanqueados por Sánchez y ahora bendecidos por las urnas.
Ahora también sabemos, -en realidad ya era conocido-, qué pretenden los valientes de Abascal y compañía, esos que calificaron al PP de 'derechita cobarde' y lucen hoy como una excrecencia política sin rumbo ni razón de ser. ¿Qué pretenden? Quizá haya que preguntárselo a Sánchez. De derrota en derrota hasta la derrota final.
Asuma que los españoles votan como les da la gana y son capaces de amargarle la existencia dos meses después de darle una alegría. Ustedes son previsibles
Sánchez no hablará con Feijóo sobre los intereses que la gran mayoría de los españoles de centro derecha y centro izquierda comparten. Feijóo no se sentará con Sánchez para idear una fórmula que nos quite de la vista lo peor de la política que viene con la etiqueta de la antiespaña y la desigualdad territorial. Puigdemont sonríe leyendo esta mañana los periódicos en su palacete belga. Y Abascal, -¡ay Abascal¡- no siente nada cuando alguien le recuerda que, con menos votos que los conseguidos ayer entre PP y Vox, Mariano Rajoy consiguió la mayoría absoluta. Anda, Santi, dale una pensada por favor.
Y la próxima vez señor Feijóo pase de las encuestas. Asuma que los españoles votan como les da la gana y son capaces de amargarle la existencia dos meses después de darle una alegría. Ustedes son previsibles, lastimosamente previsibles. El pueblo español no lo es, felizmente, cuando es llamado a votar. No ha tragado ni se ha creído su desapego a Vox mientras pactaba entre el sonrojo y la estupefacción en Extremadura y Valencia. Y si llega el momento, sea valiente y dé la cara en los debates. No se esconda tras el burladero. Nada molesta más a quien le ha querido votar y no lo ha hecho que verle corriendo por los cerros de Úbeda con tal de no debatir. Es en lo único que tiene razón Abascal cuando habla de la derechita cobarde. Cobarde, anónima, despistada y hoy más que nunca lejana. ¿Por qué jaleaban la otra noche a Ayuso, señor Feijóo? Malditas sean las preguntas cuando las respuestas son cuchillos afilados.
Romano
No soy de VOX pero les voto. Cuando recuerdo mi asistencia a las manifestaciones del PP, con Rajoy a la cabeza, prometiendo derogar o trasformar leyes zapateriles, siento verdadera pena de mi candor y fé con alguien que luego NO CUMPLIO NADA y fue un continuador fiel del PSOE. Si a Sánchez le va bien con el coraje de tener a la ultraizquierda junto a él y hacer ostentación de ese pacto, ¿por qué le le va a perjudicar a Feijoo, la misma actitud?. Ustedes no entienden que haciendo ascos y demonizando a su UNICO SOCIO NATURAL, estaban mostrando cobardía y sometimiento a la izquierda y el separatismo y eso no da votos, eso se desprecia o se compadece. Más coraje y menos tactismo.
yomemitutite
Tranquilícese un poco Sr. Madero, que probablemente las elecciones se van a repetir y tendrán otra oportunidad. Usted no se cree el EGM pero se cree las encuestas (manipuladas) y se convierte en entusiasta propagador de bulos. Cuando la realidad le desmiente y se da cuenta de que ha sido utilizado, en lugar de pedir públicamente disculpas a todos los perjudicados se revuelve contra el mayor perjudicado, el que más escaños ha perdido, Vox. Los análisis de los restos de votos, los escaños perdidos por pocos votos por los 2 partidos de la derecha, están empezando a hacer sospechar que el voto “inútil” a Feijoó tiene mucha culpa de la posible investidura de Sánchez. La estrategia de fortalecer al PP a costa de demonizar a Vox en todos los medios y de quitarle votos mediante el llamamiento al voto útil lo único que ha conseguido es movilizar a la izquierda y disminuir la posible suma del bloque de la derecha. Genial estrategia. Pero su odio hacia Vox le impide cualquier análisis político serio y su doble vara de medir le lleva al insulto personal hacia Santiago Abascal y a todos los votantes de Vox como probablemente no haría con ningún otro líder o partido político. Para justificar el fracaso del PP en lograr la investidura del Sr. Feijoó, aunque haya ganado, no se le ocurre otra cosa que meter en el mismo saco al Sr. Rufián, al Sr. Puigdemont , a la Sra. Yolanda Díaz y a VOX. De traca. En estas condiciones su artículo es perfectamente inútil y prescindible y lo único que vale es su titular que, según dice, se lo dictó un señor muy mayor.
k. k.
Le aconsejo que no nos trate desde una superioridad intelectual o moral de la que, a todas luces, carece. En primer lugar, el votante de VOX no volverá al PP. Da igual que dimita Abascal, da igual que VOX ya no exista. No votaremos más al PP, a ver si les entra en la mollera. Jamás repetirán un resultado de más de 10 millones de votos. No votaremos socialismo templado. Abascal lo ha hecho muy bien, pese a las circunstancias que ha vivido, y no queremos que dimita. Si usted considera que el partido ganador, PP, ha ganado, pues me parece muy bien, gobierne usted. ¿Quién quiere gobernar con el PP? Vox. ¿Quién quiere gobernar con Vox? Nadie. Esto lo resume todo. Quizá un día ustedes comprendan que el ala conservadora del PP se ha escindido (no somos ninguna excrecencia, por favor, no nos insulte) y nunca volverá a formar parte de ese grupo político. No queremos saber nada de políticas templadas que nos ha traído, precisamente, al momento en el que nos encontramos. Si se repiten elecciones, hay otras opciones sobre las que ustedes, gente del PP, nunca hablan. Por ejemplo, se podría conformar una coalición PP-VOX que se presentara conjuntamente a las elecciones con un reparto previo de ministerios, sillones y escaños, según los resultados de estas últimas elecciones. VOX diría que sí, por el bien de España. Ustedes dirían que no, por el bien del PP. Esta es la dolorosa verdad de su partido político.
ma
Quiere decir que lleva 40 años viviendo de la "publicidad institucional", es decir, del dinero de los contribuyentes con el que los políticos pagan a los periodistas de su cuerda.
Alon101
Pues yo he votado a Vox y no quiero que dimita Abascal. Creo que dice usted muchas tonterías.
Petrarca
Vd. llevará 40 años en la radio y en el periodismo. Pero le falta "aquello" que a veces llaman inteligencia. Llamar indecentes a más de 3.000.000 de personas a las que nos gusta Abascal "y sus amiguetes" es indecente por su parte. Ya sabemos de que pie cojea y la rabia de no haber podido "eliminar" a Abascal ni a millones de sus votantes. Y sobre todo de que su querido, blandengue, incauto y mal asesorado Feijóo no vaya a ser Presidente. A la oposición y a aprender, que él también debe llevar 40 años en esto de lo público. Total para aprender poco.
Nomerindo
Saludos al foro. "Nunca soplan buenos vientos para aquellos que no marcan un rumbo" Y aquí el rumbo se ha perdido. No vamos a ninguna parte porque no tenemos a donde ir. Alguien sabe que nos proponen a 5 años vista? Y a 10? Que sociedad quieren? Como nos van a llevar a ella? Me parece que hay muy pocos políticos que ven el bosque. Los independentistas, al menos, tiene un horizonte, como Truman, el del show. Después ya veremos. En la derecha, solo veo una cabeza pensante. Pero no pienso nombrarla. A ella.
Leonidas
Lo indecente es lo suyo. Para llevar tantos años en la radio, sigue siendo un inepto. Abascal tiene que dimitir, pero Feyjoy no, que también se ha estrellado. Igual que el resto, porque ninguno ha obtenido lo que anunciaba. Lo increíble es que se dé por bueno en este país que partidos regionalistas antiespañoles, decidan nuestro futuro y el PP no ha hecho nada para corregirlo, cuando pudo. Es alucinante
ma
Prometiendo peajes no se ganan elecciones. Insultando a los parados tampoco. Dibujando la catástrofe económica mucho menos. Cargando contra Vox, que dobla votos en Madrid respecto a las autonómicas tampoco. Asumiendo la religión de la ideología de género y el calentamiento global tampoco. Con un líder mediocre tampoco. Con digitales que mendigan parte de los 400 millones de publicidad institucional, corrupción pura y dura para comprar voluntades, tampoco. Peperos, reflexionad.