La lideresa popular ha dicho que no piensa acudir a lavarle la imagen a Sánchez con lo del cupo catalán y que si quiere hablar con los presidentes autonómicos que lo haga en el organismo correspondiente. A la política más importante del PP le da igual que Feijoó y Samper digan que ellos sí que irían. Le importan un higo chumbo los correveidiles de Génova. Le suda un pie lo que opinen los tertulianos de la derecha, que también los hay. Porque si algo sabe Isabel Díaz Ayuso es discernir que es relevante y que no, y viendo como está España se ciñe a la Real Politik, la que afecta a cosas concretas y no a las nebulosas vagas que suelen perderse entre las lejanías del Cedeiro.
Acudir a esa venenosa reunión con Sánchez – como no fuera para llevarle una canasta de fruta – es regalarle una foto que no se merece, porque el acoso al que tiene sometido a Madrid es repugnante e indigno de quien se dice presidente de España. Ya no hablemos de los trenes en los que podría haber su poco de maldad si no fuera porque, definitivamente, Oscar Puente es tonto y en su casa no hay botijo. Pero el ataque constante por tierra, mar y aire al que se ve sometida Ayuso canta más que un pulpo en un garaje. No es baladí. Sánchez es consciente de que su auténtica rival es Ayuso y quiere destruirla por todos los medios. Con Feijoó sabe que puede ir tirando. Pero el PP que representa Ayuso es otra cosa. No sacas mayoría absoluta en Madrid solo con el voto de la fachoesfera, los del puro, los cayetanos y demás santas compañas. A Ayuso la vota gente que viene de muchísimos sitios e ideologías porque se han dado cuenta que, al final, en política la única cosa que vale es el sentido común. Es el estilo que hace años practica Xavier García Albiol en Badalona y que también le ha llevado a la mayoría absoluta en una ciudad que era bastión de la izquierda socialista-comunista. El mismo esquema de Dani Sirera en Barcelona que ha de darle muy buenos resultados, no lo duden. El de Alicia Tomas, de VOX, que tras su irrupción en el consistorio de Tarrasa con tres regidores, está en las encuestas como primera formación en intención de voto. Así que mientras Sánchez finge rumiar su próxima jugada, a ver si nos entretenemos con ese cozy crime en lugar de poner el foco sobre el caso Begoña, el caso Aldama, el caso del hermano de Sánchez, el caso Ábalos, el caso Koldo, el del Fiscal General del Estado, Ayuso sigue a lo suyo. Gobernar y dar caña.
Ante un relativismo impropio y suicida de la oposición frente al monstruo, Ayuso se moja. En una entrevista/masaje que le hacían un par de quídams a Irene Montero uno le dijo en un rapto de pasión podemítica “Tienes el coño como esta mesa”. Yo no diré eso, porque la presidenta es una señora y yo Caballero Legionario. Pero quisiera sugerirles la imagen del caballo de Espartero y la de la presidenta. Si establecen alguna relación es cosa suya.
Opinión
Ayuso y el caballo de Espartero
A Ayuso la vota gente que viene de muchísimos sitios e ideologías porque se han dado cuenta que en política la única cosa que vale es el sentido común
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