Opinión

Colau y su casita de papel

El 13 de marzo comparecerá como imputada ante una juez por un asunto relacionado con esto

  • La alcaldesa de Barcelona y líder de los comunes, Ada Colau

Tal y como publicaba esta casa, Colau está imputada por presuntos delitos de coacciones y prevaricación. Se la acusa de haber intentado desahuciar presuntamente a varias familias vulnerables del edificio Bloc Llavors sin ofrecerles antes un alquiler social. Colau no cree en construir viviendas sociales, que sería lo suyo en alguien tan preocupado porque la gente tenga una casa digna. La alcaldesa es más de ocupar pisos, de otorgarle beneficios a quienes se saltan la ley y se quedan con lo de otro y de, en suma, tomar por asalto los bienes ajenos.

Apoya a los manteros en detrimento de los comerciantes que ven como han de ir bajando sus respectivas persianas porque no hay quien aguante la crisis y la inseguridad reinante en Barcelona. Pero a los que venden ilegalmente les monta un sindicato y a los menas que han delinquido les organiza cursitos de, por ejemplo, vela, que es cosa muy útil tanto para ellos como para el conjunto de la sociedad. Colau deniega que se edifiquen hoteles que ya disponen de licencia para hacerlo aunque sepa que estos van a pleitear y ganar porque, total, lo que se les deba pagar como indemnización – y que suelen ser cifras de seis dígitos – no sale de su bolsillo sino del de los contribuyentes. Colau, tan madre coraje, ella, no ha dicho ni mú acerca de los indigentes fallecidos por dormir a la intemperie debido a la ola de frío que hemos padecido.

Colau, la antisemita que rompe relaciones de hermanamiento con Tel Aviv, la que se posiciona siempre al lado del delito y jamás al lado de quien trabaja, la de los múltiples asesores elegidos entre familiares, amigos y conmilitones, la que fue en metro el primer día y ya no se ha bajado del coche oficial, la Colau que dijo cuando la consulta fantasma de Artur Mas que votaría sí a la independencia catalana, la amiga de Pablo Iglesias, de Irene Montero, la que hace llorar a una muchacha por preguntarle lo que no le gusta responder, Colau la prepotente, esa Colau despótica y nula como política y gestora, dice que no hay que preocuparse porque esta querella se archivará  como ha sucedido con otras diez.

Colau, la antisemita que rompe relaciones de hermanamiento con Tel Aviv, la que se posiciona siempre al lado del delito y jamás al lado de quien trabaja

Que la empresa querellante, Vauras Investiment, le acuse de haberlos presuntamente amenazado con denegarles nuevas licencias de obras si no destinaban inmuebles de su propiedad para “alquiler social” la deja indiferente. El método ocupa es muy parecido. Una vez dentro de casa puedes llegar a pactar con ellos, aunque no siempre. Se trata de darles una cantidad de dinero determinada y entonces esas pobrecitas familias cogen sus bártulos y se van, presumiblemente a ocupar otra vivienda. Y no, no hablo de pisos pertenecientes a fondos buitre, aunque me parece a mí que entrar a martillazos en un piso sea de quien sea es un delito grave contra la propiedad. Hablo de ocupar viviendas de gente trabajadora, humilde, de gente que igual ha salido un momento a comprar el pan o que se ha ausentado por lo que sea.

Para Colau todo eso no son más que contradicciones del sistema capitalista. Ella, que vive y cobra como un rico aunque no haya producido en su vida ni un solo euro

A mí me pasó con el piso de mis suegros, que en paz descansen. En el barrio de Horta, en un edificio modestísimo. Un piso que pudieron comprar a base de matarse trabajando día y noche toda su vida. Y se presentaron unos delincuentes a ocuparlo a la brava, provistos de una tarjeta de abogado con la lección aprendida. “No puedes echarnos y si llamas a la policía será peor porque entonces pasará un año y todavía estaremos aquí”. Para Colau todo eso no son más que contradicciones del sistema capitalista. Ella, que vive y cobra como un rico aunque no haya producido en su vida ni un solo euro.

Colau y su casita de papel. Del papel moneda que se lleva por habernos traído la ruina más grande que se recuerda en la ciudad. Colau, la hasta ahora socia de gobierno del PSC en Barcelona y quien sabe si en el futuro. Esa Colau.

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