Opinión

Desaparición del público

Sostiene Jürgen Habermas que “si cuidamos la libertad, obtendremos de regalo la verdad”. De donde la necesidad de prodigar cuidados a la libertad que ni se alcanza de una vez para siempre ni deja de estar expuesta de manera permanente

  • Varios periódicos económicos -

Sostiene Jürgen Habermas que “si cuidamos la libertad, obtendremos de regalo la verdad”. De donde la necesidad de prodigar cuidados a la libertad que ni se alcanza de una vez para siempre ni deja de estar expuesta de manera permanente a los agentes de la erosión. Señalemos también que el grado de polarización de las democracias, en niveles patológicos estos días, trae causa de la desaparición de la plaza pública que servía de escenario en el que las propuestas competían entre sí poniéndose a prueba. Situada a la intemperie, la democracia ha terminado por dar paso en gran medida a la "infocracia" definida por Byung-Chul Han. Una degradación derivada de que ahora de modo preferente la conectividad se establece entre pares y los flujos de comunicación se redirigen de tal modo que la información se genera en espacios privados y va destinada a espacios privados. Es decir, que se difunde sin llegar a formar una esfera pública porque la web no crea un público.

Función de contrapoder

Así, la posibilidad de llegar a un consenso de gobierno a través de la negociación y el compromiso está siendo destrozada por una cacofonía de propagandistas de nicho que azuzan a su propia tribu de fieles aislados a sacar lo peor de sí mismos para participar en una interminable batalla partidista, según sentencia Jonathan Zawada en Noema Magazine. Su conclusión es que el ecosistema de los medios digitales está desempoderando a la esfera pública y de ahí que sea necesario fomentar controles y equilibrios para una época en la que la atomización y distribución del poder apenas permite encontrar un terreno común. Estas son también las preocupaciones que destila el libro La muerte del periodismo del profesor y periodista Teodoro León Gross, quien subraya cómo sin un periodismo profesional, pilar básico en la cultura democrática, garantía de la libertad de expresión y del derecho fundamental de la ciudadanía a recibir información veraz sobre los acontecimientos de interés público, cuando su función de contrapoder decae para convertirse en correa de transmisión de otros intereses, la democracia sufre un proceso de deterioro en paralelo.

Teníamos bien aprendido y experimentado en carne propia que sin libertades públicas no hay prensa que pueda merecer ese nombre, salvo la clandestina que extramuros del régimen procedía a corresponderle dedicándole la beligerancia a que se hacen acreedores los sistemas que la reprimen. Ahora deberemos examinar que quedará de las libertades tal como las conocemos si dejara de existir la prensa que ejercía la función de emplazar a los poderes. Además, si se conformara el fin de la esfera pública en la que se debatían los asuntos de interés general, habríamos de atender las sagradas causas invocadas por cada uno de los beligerantes que andan reclamando para sí mismos adhesión y docilidad, como único criterio convalidador de las conductas. De modo que tanto el respeto a la verdad como la diligencia profesional exigible para acercarse a ella están pasando a ser considerados sospechosos desviacionismos o a ser encasillados como colaboracionismo con el adversario.

Polarización social

Teodoro León Gross basa su certificado de defunción del periodismo en su pérdida de prestigio y credibilidad y analiza sus efectos entre los que subraya el empobrecimiento de la conversación pública y la polarización de la sociedad en grupos encapsulados en realidades paralelas, con un consumo fragmentario y caótico de noticias en las redes sociales. Y señala que sólo revirtiendo estas tendencias será posible restaurar su crédito y su capacidad de controlar el poder y sus abusos. Veremos.

.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli