En Cataluña estamos viviendo la peor crisis desde la llegada de la democracia. Puigdemont y Junqueras han traspasado todas las líneas rojas y han degradado gravemente la convivencia y las instituciones catalanas.
El 1 de octubre fue un día muy triste para todos los demócratas porque se constató que su único objetivo es la confrontación entre los catalanes y el resto de españoles. Además, la gestión política del día de ayer fue un fracaso. Tampoco entendemos el triunfalismo del gobierno de España: vimos colegios públicos que se abrieron, dinero público derrochado, uso ilegal de datos y cargas policiales.
Pero en pocas horas se les acabará de caer la careta porque se verá que esto no iba de democracia, iba de independencia. En las próximas horas harán una declaración de independencia en el Parlament que es lo que realmente llevaban en su programa electoral, porque no llevaban ningún referéndum. El 1-O era una gran excusa para declarar la independencia.
Ante un Gobierno de la Generalitat que nos divide, hay que poner las urnas de verdad, de las elecciones, porque necesitamos el diálogo y nuevos interlocutores. Queremos urnas de las elecciones, con garantías, con un resultado fiable. Y en esas urnas vamos a salir a ganar un nuevo proyecto y un nuevo interlocutor que respete a todos los catalanes.
Ante un Gobierno de la Generalitat que nos divide, hay que poner las urnas de verdad, de las elecciones, porque necesitamos el diálogo y nuevos interlocutores"
Si Puigdemont no convoca elecciones, el gobierno de España todavía puede poner las urnas de verdad en Cataluña, con la aplicación del artículo 155 para convocar elecciones, y poder decidir entre todos emprender un proyecto que nos defienda a todos y que nos ponga en contacto con el resto de España y de Europa.
A partir del 1-O se tendrá que hacer política: hay que mirar hacia adelante y pensar a largo plazo. Nosotros trabajamos para abrir una nueva etapa en Cataluña. Llevamos siete años de monotema y es hora de llegar a un nuevo consenso en Cataluña para tener un nuevo gobierno con un nuevo proyecto.
En primer lugar, hay que volver a unir a los catalanes bajo un nuevo proyecto que genere consenso y volver a recuperar la admiración que Cataluña siempre ha tenido en el resto de España y el mundo; cambiar la preocupación por la admiración. Desde el convencimiento de que en Ciudadanos vamos a liderar esta nueva etapa, la solución va a venir con un nuevo gobierno que no insulte a la mayoría de los catalanes y que respete las leyes, con una nueva presidenta que una de nuevo a los catalanes y que inicie el diálogo y la reconciliación con el resto de España.