Opinión

El impacto Le Pen en las bolsas europeas

Las bolsas europeas tiemblan ante un posible triunfo de Le Pen en las legislativas francesas

  • La candidata a la presidencia de Francia y líder de Rassemblement National, Marine Le Pen -

Tras la esperada decisión del BCE del 6 de junio que recortó los tipos de interés en 0,25 puntos básicos y, dándose por hecho que la Fed estadounidense no iba a hacer nada esta semana, los mercados financieros ya descontaban un comienzo adelantado del verano. Pasadas las decisiones de los bancos centrales, ya hasta la presentación de resultados empresariales del segundo trimestre, bien avanzado julio, se adivinaba más de un mes de tranquilidad antes del casi siempre volátil agosto. Pero faltaban las elecciones europeas. Ya avisamos de que algo podían influir en determinadas acciones porque hay varias operaciones corporativas pendientes de autorizaciones políticas.

Así ha sido en España con Naturgy, que se ha desplomado en bolsa esta semana por la retirada de la prevista opa qatarí. Lo que no esperábamos es el terremoto político que iba a provocar en Francia tanto el resultado electoral (una gran victoria del Frente Nacional) como la rápida reacción del presidente Macron al convocar elecciones anticipadas de forma urgente.

Con todo, quizás lo que más peso podía tener tras estos dos hechos, fue la decisión del líder del Partido Republicano (heredero de los expresidentes Charles de Gaulle y Jacques Chirac y refundado por Nicolas Sarkozy en 2015; el PP de allí para entendernos, aunque en horas muy bajas) de pactar con el Frente Nacional. Y esto tiene una gran repercusión porque el Frente Nacional lleva muchos años con muy buenos resultados electorales (ya obtenidos por el padre de Marine Le Pen) pero nunca su candidato tuvo oportunidades de llegar a la presidencia del país. Ante la tesitura de elegir entre el FN y el otro candidato (fuera de derechas o de izquierda moderada), la mayoría del voto se inclinaba por el que no fuera Le Pen. Esta alianza rompía ese “muro” y por tanto, si como dicen las encuestas, la derecha gana las elecciones (30 de junio primera vuelta, 7 de julio segunda) no sólo controlaría la mayoría de la Cámara sino que Le Pen sería la favorita para las próximas presidenciales. Finalmente, el Partido Republicano rechazó la decisión de su líder pero el paso ya está dado.

Sobrevuela el miedo a que la segunda economía europea esté presidida por alguien que en muchas ocasiones se ha mostrado contraria a la UE y, especialmente, a la actual arquitectura de la Eurozona

Las presidenciales no se celebran hasta 2027 (a las que Macron no se puede presentar, quizás por eso sus decisiones son más viscerales y menos estratégicas) pero la difícil cohabitación podría llevar a Macron (cuyo partido “centrista” tuvo la mitad de apoyos que el de Le Pen en las europeas) a dimitir y convocar elecciones, y eso preocupa a los inversores. Y no por temas ideológicos, es sobre todo por el miedo a que la segunda economía europea esté presidida por alguien que en muchas ocasiones se ha mostrado contraria a la UE y, especialmente, a la actual arquitectura de la Eurozona. El fantasma del "Frexit” provoca recelo, incluso la prima de riesgo francesa se disparó. Ante esto hay que puntualizar varias cosas. Lo primero es que el sistema electoral francés es diferente al de las europeas, Francia adjudica los escaños a quien obtiene más papeletas en cada circunscripción y no en función de una proporción del voto total en todo el país. Quien no consigue la victoria por más del 50% tiene que luchar en una segunda vuelta. Algo sabrá Macron para haber convocado elecciones, es raro que lo haya hecho si estuviera seguro de que las va a perder. Y de todos modos, aunque se repitiera el resultado de las europeas y el Frente Nacional consiguiera mayoría, tampoco es seguro que Macron no intentara cohabitar. E incluso si finalmente hubiera presidenciales y las ganara Le Pen, que ya son muchas suposiciones seguidas, tampoco está tan claro que no vaya a intentar reformar la UE y la Eurozona sin querer romperla como algunos temen.

Las posibles consecuencias que podría tener la decisión de Macron de adelantar las legislativas está teniendo (y podría tener más) efecto porque las bolsas europeas están infladas

A veces pasan cosas que casi nadie espera, como la quiebra del Credit Suisse el año pasado, y su influencia en los mercados es mucho menor de la temida. Es cierto que una Francia liderada por Le Pen, y con Trump en la Casa Blanca, es un factor preocupante para los inversores que, generalmente, son conservadores y suelen recelar de los cambios. Es cierto que el escenario podría cambiar drásticamente, pero creo que lo que realmente da miedo son los irreales niveles de valoración de algunos índices bursátiles. Es decir, que las posibles consecuencias que podría tener la decisión de Macron de adelantar las legislativas está teniendo (y podría tener más) efecto porque las bolsas europeas están infladas.

Nuestra área económica crece poco, tiene aún un problema con la inflación, los tipos de interés siguen altos (lo que supone una gran carga financiera para empresas, administraciones públicas y consumidores con hipoteca); varios países con una deuda pública insostenible que pueden renovar sin problemas sólo gracias a la generosidad de otros; una geopolítica adversa (dos escenarios bélicos); un pulso comercial con Estados Unidos y China; se está quedando atrás en innovaciones tecnológicas con lo que su productividad es menor a la de sus rivales; hiperregulación que paraliza sus mecanismos de decisiones; envejecimiento poblacional que acarrera una inmigración necesaria pero foco de tensiones, etc...

Una corrección necesaria

La euforia de las bolsas europeas, por más que algunos analistas defiendan que “están baratas” en relación a Wall Street (burbujeada a su vez por cuatro valores de gran capitalización), bien merece una corrección veraniega notable, con elecciones francesas o sin ellas. Y tampoco sería tan dramático teniendo en cuenta que antes de las europeas el Euro Stoxx (índice de empresas líderes europeas) llevaba una revalorización en 2024 del 12% sin incluir dividendos abonados.

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