Apellidarse Calviño abre puertas en la era de Pedro Sánchez. Durante el mandato de Mariano Rajoy, apellidarse De Guindos las cerraba. Son las paradojas hirientes de este país, donde existen distintos raseros para diferenciar el nepotismo de la meritocracia.
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha demostrado un dudoso sentido de la ética y una carencia absoluta de estética al alentar la contratación de su hijo por parte del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD); una entidad pública que ella misma presidió y en la que aún ostenta el cargo de gobernadora.
El descendiente de Nadia Calviño tiene el mismo derecho que cualquier español a encontrar un buen puesto de trabajo. De hecho, cuenta con un buen currículum: obtuvo el grado de Filosofía, Política y Economía en la Universidad de Southampton y, posteriormente, un máster en la prestigiosa London School of Economics.
Lo controvertido de este caso no es la valía profesional del joven, que no tendría el mayor problema para acceder a un empleo apropiado, sino la actitud de Calviño, vicepresidenta primera en funciones del Gobierno español y aspirante a presidir una institución pública tan relevante como el Banco Europeo de Inversiones (BEI).
La ministra española debería cuidar las formas por varias razones. De entrada, el código ético del BERD plantea objeciones a la contratación de personal usando criterios de familiaridad o amistad. Lo ha contado Mercedes Serraller en Vozpópuli: el banco cuestiona por escrito la “contratación de parientes cercanos tanto por sangre como por matrimonio”. Como gobernadora de la entidad, Calviño debería predicar con el ejemplo, en lugar de permitir, o propiciar, la incorporación de su hijo recién licenciado.
Calviño ha demostrado un dudoso sentido de la ética y una carencia absoluta de estética al alentar la contratación de su hijo. Lo peor es que ya llueve sobre mojado
Las sombras se extienden sobre la actuación de la vicepresidenta, sobre todo, porque llueve sobre mojado. Aún resuena el escándalo de la colocación de su marido en Patrimonio Nacional. En aquella ocasión, tampoco estaba en duda el nivel profesional de Ignacio Manrique de Lara. El bochorno afloraba por otra vía: la institución pública está presidida por la ex número dos de Calviño en el Ministerio, Ana de la Cueva. Y el proceso de selección se hizo con mucha opacidad y pocos taquígrafos. Al contrario, la plaza se diseñó prácticamente a medida. El ‘apaño’ era tan evidente que Manrique de Lara tuvo que renunciar al puesto antes de incorporarse.
La controversia en torno a los movimientos de Calviño gana fuerza, además, al ponerlos en perspectiva. El gran ejemplo tiene que ver con otro español que portó la misma cartera de ministros. Casualidades de la vida. En septiembre de 2013, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ascendió a directora a Beatriz de Guindos, sobrina del entonces titular de Economía. La funcionaria duró 24 horas en el puesto. La presión mediática y las duras críticas del PSOE la llevaron a dimitir, para proteger no sólo su honestidad profesional: también para no entorpecer la labor de su tío.
Luis de Guindos se había convertido en la diana de los ataques de la oposición en un momento muy complicado, con el paro por las nubes y tras la aprobación de severas medidas de ajuste, a cambio del rescate europeo a la banca. Junto a su sobrina, también fue nombrada subdirectora de la CNMC la hija de otro ministro, Micaela Arias Cañete, que ya había trabajado en la casa. La entonces responsable económica del PSOE, Inmaculada Rodríguez-Piñero, anunció que su partido pediría explicaciones a De Guindos en el Congreso.
Lo paradójico es que en aquella ocasión, a diferencia de lo sucedido hoy con Calviño, el lazo familiar actuó en contra de los supuestamente ‘favorecidos’. Beatriz de Guindos contaba con uno de los mejores currículos de España en su área (defensa de la competencia). Era técnico comercial y economista del Estado, ya tenía plaza en la CNMC y su nombramiento recibió el aprobado de ex responsables del organismo, desde Luis Berenguer (responsable de la extinta CNC con José Luis Rodríguez Zapatero), a Amadeo Petitbó (que ocupó el mismo puesto con José María Aznar). Y, por supuesto, de quien presidía en ese momento el organismo, José María Marín Quemada, otro profesional con intachable currículum.
El futuro de Calviño
Una década después, la sobrina de De Guindos mantiene puestos de responsabilidad en otros ámbitos (trabaja en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo). Y su tío es el español que más alto ha llegado en el Banco Central Europeo (BCE).
Nadia Calviño, por su parte, aspira a seguir los pasos de De Guindos en la esfera internacional, optando al sillón de mando del BEI. El proceso de elección comenzará a negociarse este mismo fin de semana en Santiago de Compostela. Las maniobras familiares pueden entorpecerle el paso. Alemania ya la tiene en el punto de mira.
farmyardcheek
¿Por qué el PP, en correspondencia, no pide explicaciones a Calviño sobre el enchufe de su hijo.?
betico
Uno de los muchos mitos de la derecha sobre el "PSOE bueno" . Enchufada pija-progre al servicio del globalismo . Sectaria y cínica. Rica ella y su familia , pobres el resto.
Urenga
Bien mirado, contengamos la respiración con la nariz tapada hasta echar al felón.
jgarejula2
Equiparar o simplemente colocar ambos casos en la misma frase es injusto y hace el juego a la siniestra. De Guindos aprobó una oposición y se siguió el procedimiento mientras que el hijo de Nadie Calviño fue nombrado "digitalmente" y contra las normas del banco. Por cierto, parece que aún no ha sido cesado, ¿verdad?