Opinión

‘Al infierno con Wall Street’

Lo dijo Steve Bannon y es verdad: ‘En los próximos veinte años se decide el futuro de EE.UU. para el próximo siglo’. Y también el de Europa. La diferencia es que los americanos parecen haber acertado en el diagnóstico, y nosotros no

  • Steve Bannon

Esa fue literalmente la expresión utilizada recientemente por Steve Bannon, antiguo jefe de estrategia de Donald Trump cuando, en medio de una dura corrección bursátil, el presidente estadounidense daba claras señales de que la nueva política comercial con China iba en serio. Afortunadamente, la media de doscientas sesiones se mostró un soporte irrompible y la corrección bursátil no fue a más, para eso hará falta algo distinto pero muy visto, al menos en esta bitácora digital. Pero, ¿qué nos quería decir Bannon? Veámoslo.

Wall Street vs. Main Street

La expresión "Wall Street" tiene varios usos pero claramente se dirigía a la parte especulativa del Establishment, la que se enriquece de un orden insostenible opuesto al "Main Street" (¿Calle Mayor?), al "ciudadano de a pie" y por extensión a las pymes.  También dijo otra cosa de interés capital: que Trump también estaba tratando de “proteger el corazón latente del capitalismo americano: nuestra innovación”. Luego siguió con el robo tecnológico y que China les considera un estado tributario, brotando así temas culturales profundos.   

El conflicto cultural

En esto creo que conviene también abordar este conflicto desde una vieja perspectiva, la defendida por esos dos grandes divulgadores de la Ciencia que fueron Isaac Asimov y Carl Sagan. Hablo del enfrentamiento de dos culturas: la marítima y la continental. Es una vieja clasificación que viene de atenienses contra espartanos, griegos contra persas, británicos contra alemanes o la OTAN contra el Pacto de Varsovia. En la cultura marítima el ciudadano dice al Estado lo que ha de hacer; en la continental es el Estado quien se lo dice al ciudadano. La primera dio origen a la Democracia, única garante del Estado de derecho, y al pensamiento objetivo, base del pensamiento científico; la segunda, a oligarquías, dictaduras, mesianismos políticos, totalitarismos, integrismos religiosos, fascismo, supremacismos, nazismo y comunismo.

De entre las civilizaciones de cultura continental, las dos mayores, por su impronta en la globalización, son el Islam y China, esta última incluso tuvo un emperador que quemó todos los barcos a fin de cerrar el país y ambas han quemado bibliotecas de forma recurrente; la penúltima de China ha sido prohibir la venta de la Biblia "on line", que ya ven ustedes qué peligro tiene el "libro de libros". Hoy, y a futuro, el mayor problema de Europa será (es) el Islam, y el de Estados Unidos es China y su intento de dominar Asia y más allá, lo que nos lleva al siguiente punto.     

"One Belt one Road"

Es una conocida iniciativa china, vendida como política de desarrollo, pero que busca apropiarse de rutas terrestres de suministros de materias primas y asegurar su ruta marítima. Tanto la vertiente continental, de dudosa rentabilidad (tema que también vimos), como en la marítima, hay acusaciones de ilegalidades en las licitaciones en Nepal, Hungría, Tailandia y Sri Lanka, de entre una larga lista, y la UE sospecha de un fraude fiscal masivo en su recorrido europeo. En uno de los países donde ha hecho fuertes inversiones, Irán, es un ejemplo paradigmático de sus fines y medios.

Abuso del reparto global

Suele ocurrir, cuando hay un sistema de reparto, que el que se lleva la mejor parte siempre dice que es por sus virtudes, por lo bien que lo hace o ha hecho, por algún agravio anterior que debe ser compensado, etc. y, fortalecido en sus privilegios, intenta someter a su benefactor, una desgracia que en España padecemos de forma intolerable con los nacionalismos. A nivel global, ocurre que, por su legislación, Estados Unidos tiene que poner a disposición del público cualquier patente estatal cuyo uso no atente contra la seguridad nacional, así que ha ido repartiendo globalmente, según sus intereses, las invenciones de este ciclo largo, que ya muere y da para poco; con lo que viene re-reparto.

Lo de China es más grave pues no solo se ha beneficiado como nadie del anterior reparto, sino que además amenaza tras haber violado los acuerdos. Esto último es lo que ha ocurrido, por poner solo un ejemplo, con el gigante estatal de telecomunicaciones ZTE que ha sido pillado vendiendo indebidamente tecnología a Irán y Corea del Norte.

La brecha tecnológica

Por supuesto que China, que está construyendo una enorme armada nuclear, tiene una carrera espacial y fuertes compromisos financieros por tejer su red de poder en global, ha visto su talón de Aquiles tecnológico e intenta resolverlo. En la siguiente gráfica tienen los datos sobre la evolución del gasto en I+D para distintos países y, en la medida que se acerca el PIB al de EE.UU., - se suele estimar en un 70% (¿Como la zona Euro?) - el total será similar.

Gráfico.

El tema no es solo la cantidad gastada en términos absolutos, está lo acumulado y otros aspectos más amplios, porque deberíamos hablar más propiamente de su plasmación en patentes, marcas comerciales, diseños industriales y propiedad intelectual, tema que exploramos en "Patentes y Marcas españolas", comparándonos, etc. El asunto del robo y la no atribución intelectual, para los que lo padecemos, es bastante serio y, en España, como durante el desarrollismo (y hoy) se pirateó bastante, no se le da la importancia que tiene, pero en otros ámbitos se es más serio; además, China ya no es un país pobre.

Cerrar la brecha comercial

La estrategia lógica es cerrar esa brecha. Si China no se porta civilizadamente y la primera guerra comercial de la globalización va a más, el presidente Trump podría aplicar el "Acta de comercio con el enemigo" que le da amplios poderes, pudiendo vetar casi todo; esto significaría cerca del 0,9% del PIB americano y para los chinos el 3,5% del suyo, dado el desequilibrio a su favor. Una acción de ese calibre pondría a China en déficit en la Cuenta Corriente que, junto con el actual problema de fuga de capitales, que se agravaría, llevaría a una devaluación descontrolada de su moneda y a una crisis bancaria que dejaría exhaustas las arcas públicas, pinchándose así la burbuja china. Luego está el mito de los bonos americanos en manos chinas, un 6% del total, que igualmente tendrán que vender, y que si lo fuerzan, les produciría pérdidas, aparte que serían fácilmente adquiridos por la FED; pero eso sería el peor escenario no bélico en sentido literal.

Otra acción estadounidense podría ser eliminar las becas federales a estudiantes chinos, pudiendo, en el extremo, prohibir todo intercambio. Como ejemplo del absurdo, comentar el caso de una orgullosa catedrática nuestra presumía en una Tv autonómica de cómo enseñaban a estudiantes chinos a producir vino del Duero. En fin, sigamos.

Lo lógico y normal es ir por donde se va, que es crear mucha tensión para que se paren las inversiones foráneas en China y empezar a buscar alternativas. En ese sentido uno no puede menos que alegrarse por el cambio hacia la América Latina, salvo en México y Brasil por el BRICS; además, allí hay países que, por su cultura y estructura, tienden a comprar productos estadounidenses, con lo que les es un verdadero negocio hacerles crecer. Adicionalmente, tras la migración masiva de venezolanos, la realidad del neo-comunismo ya no puede ser tapada por las mentiras y difamaciones de sus propagandistas.  

¿Y las bolsas? A muy corto plazo las bolsas americanas están a punto de resolver una formación triangular y el único factor macro adverso, aparte del "sell in May and go away", es la política de la FED, tema en el que habrá que esperar a que el mercado nos aclare si eso está totalmente descontado o no, pues desde que existen estadísticas, que aquí las hemos revisado como nadie, no ha ocurrido nada igual. A largo plazo pienso como Bannon: "en los próximos veinte años se decide el futuro de EE.UU. para el próximo siglo", teniendo todas las cartas para conseguir unos fundamentos económicos sostenibles. En Europa el plazo es similar pero el problema es distinto y lo hemos tratado en extenso, es demográfico, y Macron, por ejemplo, se equivoca. Estos son los dos temas más importantes de nuestro tiempo y, una vez más, los americanos parecen ir bien y nosotros mal, lo que será dramático.

 

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