Opinión

Lecciones de economía para políticos progres

Los mercados más libres y con menor -y mejor- fiscalidad han sido, a lo largo de la historia, los que siempre han generado más prosperidad

  • Viejas recetas en el último congreso del PSOE -

Tras la caída del Muro de Berlín, las izquierdas intelectuales, ante la obvia imposibilidad de defender el socialismo real, se refugiaron -y en su cueva siguen- en aceptar a regañadientes el capitalismo, es decir el libre mercado, pero asignándole pecados que había que remediar. Eligieron para ello dos vías: la obstaculización regulatoria de la función empresarial y desmesura fiscal para corregir las desigualdades económicas.

Sobre la primera, ningún economista ha producido nunca reflexión intelectual alguna mínimamente seria y respetable, en defensa de la hiper-regulación para producir riqueza. Sí existe una enormidad de ensayos académicos, incluidos casi todos los premios Nobel de economía, que han probado sistemáticamente como los mercados más libres y con menor -y mejor- fiscalidad han sido, a lo largo de la historia, los que siempre han generado más prosperidad.

Stiglitz -premio Nobel de Economía- y Piketty se han venido significando últimamente por su -ya enfermiza- preocupación por los inconvenientes de la globalización económica, el desigual reparto de la riqueza -nunca por cómo se crea- y los fallos de los mercados, que cuando existen suelen estar asociados a intervenciones públicas de los mismos.

En general, las izquierdas, desamparadas ante el rotundo fracaso de las alternativas al libre mercado, nunca pierden el tiempo en analizar los fundamentos de la creación de la riqueza sino, solo y exclusivamente, en alterar a posteriori su reparto.

Con la excusa de proteger a los más débiles, cuando gobiernan -como ahora en España- de lo primero -y casi único- a lo que realmente se dedican es a vivir según describiera magistralmente George Orwell en su Rebelión en la granja y recaudar impuestos, que amén de reducir el crecimiento, utilizan para atraer y subvencionar a sus votantes.

Cuando la izquierda doctrinaria y radical gobierna, como ha sucedido con el socialismo español del siglo XXI, la productividad y creación de riqueza se hunden, el desempleo alcanza su mayor apogeo, la presión fiscal agobia el emprendimiento, la deuda pública se dispara hipotecando el futuro, mientras que la clientela dependiente del Estado crece sin cesar.

El mundo occidental, gracias a su capitalismo liberal, ha duplicado en el último siglo su riqueza per cápita -que distingue de la renta-, ha igualado la esperanza de vida entre ricos y pobres y ha disminuido la desigualdad económica

Un muy reciente libro, fruto de un enorme trabajo colectivo de investigación, del economista sueco Daniel Waldenström, Richer & More Equal (2024), ha venido a poner las cosas en su sitio, cuestionado empíricamente las críticas a los mercados de Stiglitz y las tesis neo-marxistas de Piketty, para demostrar una realidad que desmiente por completo a los sombríos agoreros de la libertad.

Utilizando datos históricos de seis países occidentales, elegidos por su representatividad: Alemania, España, Francia, Reino Unido, Suecia y EEUU, se demuestra que el mundo occidental, gracias a su capitalismo liberal, ha duplicado en el último siglo su riqueza per cápita -que distingue de la renta-, ha igualado la esperanza de vida entre ricos y pobres y ha disminuido la desigualdad económica, democratizando así la prosperidad de las naciones.

Y ¿cuáles han sido las razones de estas buenas noticias, que tan poco gustan a los progres de turno?: la propiedad de las viviendas, los sistemas de pensiones y los ahorros financieros.

 

Llama, felizmente y mucho la atención lo bien posicionada que está España -aun crecientemente dañada por los gobiernos de Zapatero y Sánchez- en esta valoración de la riqueza:

-Durante el periodo 1890-1950 la riqueza per cápita de los seis países considerados permaneció en torno a los 50.000 $ a precios actuales, para dispararse desde entonces, quintuplicándose hacia principios del siglo XXI.

-Cabe señalar que, justo antes de la llegada de Zapatero, España liderara el citado ranking, para decaer después.

-Los ratios de riqueza sobre renta per cápita de España en los últimos 130 años llegaron a superar a principios de este siglo el 700%: la cifra más alta registrada en todo el mundo.

-Situándose la media de dicho ratio en el 450%, la escalada de España se produjo a partir de 1990.

-Mientras que en Francia, Alemania y sobre todo en España, la mayor parte de la riqueza está asociada a la propiedad inmobiliaria, en Suecia, el Reino Unido y EEUU, los fondos de pensiones cobran un mayor protagonismo.

-Desde los pasados años 70, España lidera la tasa de vivienda en propiedad -entre los citados países- llegando a superar el 80%, para decaer un poco desde entonces.

-Se constata en el estudio que la propiedad de la vivienda resulta crucial para una mayor igualdad de la riqueza.

Sobre la extrema riqueza, que últimamente tanto interesa a la izquierda, los análisis históricos revelan que si hacia 1980 el 60% de los superricos la habían heredado, en 2010 dicho porcentaje había caído hasta el 35%.

Aumento de la desigualdad

Cabe añadir, que según el reputado UBS Global Wealth Report 2004, que acaba de publicarse, el crecimiento acumulado de la riqueza de España en el periodo 2000-2010 fue del 12%, mientras que entre 2010 y 2023 fue del 0%. La riqueza por adulto tampoco creció en el periodo 2008-2023, situándonos en la cola -junto a Italia y Grecia- de un conjunto de 37 países. En este mismo periodo, la desigualdad según el Índice GINI-, que en España venía siendo la más baja del mundo aumentó un 19,8%.

1.-Las conclusiones de Waldenström no tienen desperdicio:

2.-El mundo es mucho más rico que hace un siglo.

3.-El siglo XX democratizó la riqueza.

La riqueza está menos concentrada que en los pasados 100 años.

Sus “lecciones a los políticos”, tampoco:

1.-La falacia izquierdista de la economía como un juego de suma cero -que justifica el reparto frente a la creación de riqueza- , se revela absurda.: en los últimos 130 años la riqueza per cápita de las sociedades occidentales se ha multiplicado por diez en términos reales y desde 1980 por dos o tres.

2.-La propiedad individual de la riqueza es el principal factor de igualdad .

3.-Los fondos de pensiones han demostrado un éxito extraordinario, con su diversificación inversora para distribuir riesgos y sus elevados retornos.

4.-Bajos impuestos a los salarios favorecen la distribución de riqueza.

5.-Los impuestos al capital no favorecen la igualdad de riqueza.

Cuán ajenos están de la prosperidad económica y como todo su exitoso afán consiste en empobrecer a los españoles y aumentar su desigualdad; justo lo contrario que habíamos logrado antes del socialismo del siglo XXI

Si comparamos todo lo dicho con el pensamiento económico de la actual izquierda española y. más en concreto, con los ridículos tópicos que en el 41º congreso del PSOE -monográficamente dedicado a impugnar el Estado de Derecho- han venido a ocuparse de la economía, es fácil comprobar cuán ajenos están de la prosperidad económica y como todo su exitoso afán consiste en empobrecer a los españoles y aumentar su desigualdad; justo lo contrario que habíamos logrado antes del socialismo del siglo XXI.

El colofón del citado congreso ha consistido en el anuncio soviético de Pedro Sánchez de “la creación de una empresa pública capaz de construir y gestionar viviendas”, lo que implica necesariamente no un “adelantamiento por la izquierda” -según reza su ridículo y falso eslogan- sino un empecinado regreso a nuestro peor pasado. Tarea en la que Zapatero y Sánchez están resultando imbatibles, por separado y juntos, tanto respecto a nuestra propia historia como a la comparada con los países de referencia.

 

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