Opinión

Lo que Europa se juega el domingo

Hoy, más que nunca, el futuro europeo –es decir, nuestro futuro– depende de que las decisiones tomadas en Bruselas y Estrasburgo sean valientes… y acertadas

Lo que Europa se juega el domingo
Vista de varios tractores en la calle de la Loi, en el barrio europeo de Bruselas

El domingo se celebran elecciones europeas, y de ellas saldrá un nuevo Parlamento y, meses más tarde, una nueva Comisión que deberán enfrentarse a un escenario global todavía más complejo de el de sus predecesores. Nos jugamos mucho porque Europa se juega mucho.

La situación económica europea es más frágil de lo que parece. A primera vista, los datos son mucho mejores que hace un año, pero nunca hay que olvidar que estamos saliendo de una crisis generada por una guerra que aún no ha terminado: tan solo se ha estancado. En los próximos meses cabe esperar novedades en torno a la guerra de Ucrania, y habrá que reaccionar con valentía. Cabe esperar novedades porque no es realista pensar que se podrá mantener el statu quo mucho tiempo: o se alcanza algún acuerdo de alto el fuego entre Rusia e Ucrania (que difícilmente abordará a corto plazo cuestiones territoriales, pues sería políticamente inadmisible por ambos líderes), o alguna de las partes tendrá que ceder. Si es Ucrania, Europa tendrá un serio problema.

Eso no quiere decir que Rusia no tenga otros problemas: entre otras cosas, porque no se siente cómoda con su creciente dependencia de China, quien le ha estado ayudando a evitar las sanciones comprándole petróleo y vendiéndole equipamiento tecnológico y militar. Rusia ha conseguido recolocar la mayoría del petróleo que Europa ha dejado de comprar, pero no el gas, porque redirigirlo a China requiere la finalización del gasoducto Power of Siberia 2. Pero China exige que Rusia le suministre gas a precios domésticos (fuertemente subvencionados), y no se compromete a comprar más que una pequeña fracción de la capacidad anual de los 5 bcm del gasoducto. Su poder de negociación se deriva de que puede cubrir bastante bien con los contratos actuales sus necesidades de importación de gas de los próximos años, y no tiene prisa por recurrir a su “más que aliado” (del que por otra parte ya se abastece a un precio menor de la mitad del que pagaba Europa). Eso, por supuesto, no quiere decir que China vaya a dejar caer a Rusia: jamás permitirá que Occidente, y en particular Estados Unidos, se arrogue una victoria fácil, porque lanzaría un pésimo mensaje de cara a futuros enfrentamientos.

Si Trump llega al poder, el suministro de armas a Ucrania podría detenerse, y a los europeos, además de la sensación de fracaso, tan solo nos quedaría hacer apuestas sobre cuál sería el siguiente objetivo ruso

En todo caso, para cuando la nueva Comisión Europea inicie su andadura, ya habrá un vencedor de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Aunque la victoria de Trump no está garantizada, tanto Rusia como China están interesados en que gane: Rusia, porque Trump ha prometido abandonar a Ucrania a su suerte, y China, porque lo considera un presidente más transaccional que Biden. Si Trump llega al poder, el suministro de armas a Ucrania podría detenerse, y a los europeos, además de la sensación de fracaso, tan solo nos quedaría hacer apuestas sobre cuál sería el siguiente objetivo ruso. La tensión en Taiwán, por su parte, no parece que vaya a disminuir a corto plazo –cualquiera que sea el nuevo presidente–, y es muy posible que, de haber un enfrentamiento entre China y Estados Unidos por este motivo, tenga lugar durante la próxima legislatura.

El problema de la financiación

Otro desafío al que se enfrentará la próxima Comisión y Parlamento europeos será la financiación de bienes públicos europeos como la defensa, la transición verde y la transición digital. Las tres cosas necesitan dinero, mucho dinero, pero la UE no está preparada para proporcionarlo. A nivel de inversión pública, porque las nuevas reglas fiscales van a suponer una fuerte restricción en el margen de maniobra de los gobiernos; y, a nivel de inversión privada, porque los mercados de capitales europeos siguen siendo demasiado estrechos y están demasiado fragmentados como para absorber una financiación tan elevada: los grandes fondos de inversión necesitan volúmenes muy grandes para evitar que sus adquisiciones o ventas alteren demasiado los precios (por eso Estados Unidos sigue atrayendo parte del ahorro europeo, como bien señala el Informe Letta). Aunque el experimento del Next Generation EU llegue a su fin, la pregunta seguirá ahí: ¿cómo financiar estos bienes –y, de forma más acuciante, la defensa europea– si no es con más recursos comunes, deuda conjunta y una cierta mutualización de la política fiscal?

El exceso de normativa y carga burocrática en ámbitos como el de la agricultura, con gran contestación social, corre el peligro de convertirse en un elemento decisivo en las elecciones del domingo

Finalmente, la nueva UE deberá enfrentarse a otro desafío interno: el regulatorio. Tras años de liderar la normativa de aspectos relevantes de la gobernanza internacional, como la privacidad de los datos, la descarbonización u otros aspectos, ha llegado un momento en el que la regulación europea puede convertirse en una peligrosa losa para su competitividad. Regular bien no es regular mucho, y el escenario geopolítico de 2024 no es el mismo que el de antes de la pandemia. El exceso de normativa y carga burocrática en ámbitos como el de la agricultura, con gran contestación social, corre el peligro de convertirse en un elemento decisivo en las elecciones del domingo. La nueva Comisión deberá asegurarse de que la introducción de nuevas normas y la aplicación de las existentes se hace de forma inteligente, pues si no corre el peligro de que la reacción ciudadana termine por poner en riesgo toda la estrategia de lucha contra el cambio climático.

En suma, la nueva legislatura de la UE salida de las urnas del domingo no va a ser fácil. El problema es que gran parte de las soluciones a los problemas mencionados pasan necesariamente por una mayor integración (del mercado único, financiera y fiscal) y una reforma de tratados, pero existe el peligro de que vayamos hacia una configuración política mucho más nacionalista y que minimice cualquier impulso integrador. Sea como sea, más nos vale tomarnos las elecciones muy en serio. Hoy, más que nunca, el futuro de Europa –es decir, nuestro futuro– depende de que las decisiones tomadas en Bruselas y Estrasburgo sean valientes… y acertadas.

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  • K
    Kj26

    "El problema es que gran parte de las soluciones a los problemas mencionados pasan necesariamente por una mayor integración (del mercado único, financiera y fiscal) y una reforma de tratados, pero existe el peligro de que vayamos hacia una configuración política mucho más nacionalista y que minimice cualquier impulso integrador. "

    Esta frase es muy peligrosa por lo que de ella se puede deducir.

    La UE en este último periodo parlamentario ha puesto en marcha políticas que muchos ciudadanos como yo pensamos extraordinariamente dañinas para nuestros intereses y perjudiciales para posicionarse en el mercado mundial con cierto éxito.

    En el pasado periodo electoral (2019) no nos explicaron lo que luego terminaron haciendo con un resultado extraordinariamente negativo para el ciudadano (incluso para los votantes de progreso y los de no progreso). Esto es inadmisible, la política entendida como un engaño al votante.

    No nos dijeron que pondrían condiciones draconianas a la agricultura local (uso de pesticidas útiles prohibidos, si no labras te dan mas PAC), no nos dijeron que prohibirían los coches de combustión en ciudades y en el mercado después del 2035, no nos dijeron que restringirían el uso de transacciones en efectivo, ni que nos impondrían condiciones absurdas para no-controlar la inmigración.

    Ahora termina la campaña electoral para el 2024. Dudo mucho que los votantes se hayan enterado de lo que realmente está en juego. Están siendo engañados.

    El mundo está cambiando a toda velocidad. Europa no es capaz de seguir el paso. Las pésimas políticas que ha seguido estos últimos 5 años ponen de manifiesto una incapacidad de liderazgo real en una sociedad fragmentada.

    Los problemas que pueden terminar con muerte súbita de Europa son:

    1. Seguridad. Europa es incapaz de defender a sus ciudadanos, tiene subcontratada la defensa a USA. Y USA dice que ya está bien. Ante esto, los políticos europeos esconden la cabeza. Algunos se atreven a atacar a USA que es que proporciona seguridad.

    2. Prosperidad. Las políticas del parlamento europeo han supuesto un 'navajazo' incomprensible para la industria, la agricultura, la ganadería y la pesca. Basado en unas cuestionables bajadas de emisiones de CO2 (Europa emite solo el 7% de CO2 del mundo), nos imponen unas normas que nos impiden competir en igualdad de condiciones y terminan empobreciéndonos

    3. Orden liberal democrático en peligro. Normas, leyes emitidas por grupos de burócratas lejos de los intereses de los ciudadanos. Inmigración incontrolada crea auténticos guetos donde se aplica la saria. En España, además un aventurero de la política está imponiendo como lo haría cualquier autócrata leyes contrarias a la misma Constitución y Europa 'ni pestañea'.

    El único partido que diagnostica estas problemas y propone soluciones es VOX y los partidos de su grupo en Europa ECR, por eso les voy a votar.

  • M
    ma

    UE: qué horror

  • A
    ArchieEnVozpopuli

    Lo que hay que hacer es no desaprovechar la ocasión para votar contra el felón.
    Es absolutamente imprescindible borrar tanta zafiedad y tanta mentira.
    Es muy penoso contemplar actos tan bananeros. como el de Sevilla.
    Y votemos pro-vida ¿por qué matar al niño habiendo otras opciones?.
    Y los católicos, por coherencia: o católico o abortero; las dos cosas, no caben.

  • D
    Doctor Petiot

    Y este tsunami regulatorio y restrictivo de las libertades individuales y colectivas, ha olvidado mencionar, la causa principal de toda enmarañada legislación resultado de tener 29000 funcionarios en la UE que costeamos con el poco dinero que aún nos queda en los bolsillos.

  • V
    vallecas

    Trump no abandonará a Ucrania. Trump es un "vaquero" y no va a abandonar a un "hombre que defiende su rancho, su tierra, jugándose la vida" frente a la Injusticia, frente al invasor. Recuerda los "western" ??. Pues eso.
    Las elecciones del Domingo no van a cambiar nada, puro trámite. En esta "inexistente" Europa, las 2 corrientes mayoritarias (PP/Social*Demócratas) son blandos y pusilánimes, como nos denominan los USA "herbívoros". Incapaces de defender los valores y la decencia atacadas por la "extrema izquierda europea" capaz de aliarse con lo peor del mundo para la destrucción física de Europa.

    El auge de la extrema derecha no es más que una "reacción" a la "acción" de la extrema izquierda que ni las "Úrsulas" Von der Layen, ni lo "Borreles" son capaces de atajar. Todo lo demás, bla, bla, blá.

  • C
    CAYMAN

    El objetivo ruso está claro, que vuelva a la madre patria la zona filorusa del Donbbas y punto. No se crea nadie que rusia vaya a llegar a Lisboa, eso son cantos de sirena para convencer a los incautos y así intentar prolongar una guerra, donde Ucrania importa un pimiento, lo que importa para la USA es deteriorar a Rusia. Zekenski es una marioneta. Ya en Estambul se firmo la paz en el 2022, Ucrania y Rusia estaban conformes, pero Boris J, premier británico ,tras consulta con Usa, convenció a Zelenski para levantarse de la mesa, donde estaba el champagne a punto de descorchar, mientras que Rusia no se levantó de la mesa. Ahora nadie habla de paz, como solo mueren ucranianos, poco importa el asunto, el caso es ir a la desesperada, ante la hecatombe bélica, donde cada día mueren 1.500 sodados ucranianos.
    Por si fuera poco, si occidente se empecina en atacar dentro de la Federación Rusa, la guerra nuclear, está servida.