La semana pasada, cuando analizábamos el legado macroeconómico de Merkel, comprobamos que, a pesar de ser el único país desarrollado de cierto tamaño que tiene superávit fiscal, sus ciudadanos daban la espalda a la generación responsables de dicho éxito económico y a los partidos centrales del sistema. Vista esa aparente paradoja, conocimos quién sustituirá a Merkel en la CDU, o Unión Demócrata Cristiana, que ni están unidos, ni son demócratas y en cuanto a su cristianismo, vistos sus frutos, júzguenlo Ustedes. Tocaría entonces analizar ese relevo y si pondrá o no las cosas peor para todos, pues la crisis política del campeón de la UE actual es mucho más grave de lo que parece; eso es lo que haremos hoy.
Merkel contra el "Anden Pakt"
En otro ejemplo de la Ley de Hierro de las Oligarquías (de los Partidos), el dedazo de Merkel, puesta a su vez a dedo por Kohl, ha conseguido colocar a su sucesora, una Merkel2, otra socialdemócrata, de aspecto andrógino, conocida como la "Merkel del Sarre" y AKK, acrónimo de su sonoro nombre: Annegret Kramp-Karrembahuer. AKK fue maestra y luego politóloga (otra); no se le conoce ninguna experiencia relevante en la empresa privada, cosa que augura más experimentos sobre teorías peregrinas y mucho marketing. Su mayor "virtud" es que Merkel podrá seguir "social-democratizándonos" hasta el 2021, dando estabilidad al entuerto; así que AKK todo el mundo que vine, dice "la princesa", "renovación de contenidos" y más debates alejados de los intereses del Pueblo.
AKK fue maestra y luego politóloga, no se le conoce ninguna experiencia relevante en la empresa privada, cosa que augura más experimentos sobre teorías peregrinas
Aunque ya lo hemos tratado en otra ocasión, recordamos que la crisis de la CDU (que no ha terminado) no se entiende sin el conflicto entre Merkel y el llamado Pacto Andino 2 (oder Anden Pakt; ver enlace a miembros), un grupo de políticos (poco hábiles, por cierto) de la RFA que - muy resumidamente - en 1979, mientras iban en un avión de VIASA (dato de interés) a un congreso latinoamericano de jóvenes "cristiano-demócratas", forman una alianza para posicionarse como la futura generación de relevo y, desde que Merkel encandiló a Kohl, ha ido a por ellos; su último candidato, Friedrich Merz, perdió por la mínima (1,8%) ante AKK. No les den por perdidos, ya que de ellos podría salir en el futuro lo que en Teoría Generacional llamamos un "grey champion"; el anterior de tal condición fue Konrad Adenauer.
Daño generacional
Para encontrar otra laminación de una generación de relevo de tal calibre habría que irse al caso de Rajoy cuando, el muy soberbio, no explicó sus ajustes, haciendo recaer su coste político sobre los líderes autonómicos de la Generación X o Generación Tesla del PP. La diferencia es que Rajoy machacó a la generación siguiente mientras que Merkel lo hizo con la suya propia, la equivalente a la de Rajoy, la llamada Generación Sociópata o Langosta; en descarga del PP, hay que decir que al menos una facción protegió a una víctima del terrorismo que, si no lo matan, abrirá una puerta a su generación (Generación X), que es la que cambia el orden disfuncional.
A los listillos de la política, la "renovación" de Merkel les puede parecer una jugada maestra de maquiavelismo pues, además de barrer una generación de competidores, al poner una "católica" (así la venden los Mass Media globalistas) la ayuda a cerrar heridas con la CSU, la Unión Social Cristiana de los bávaros, pero no creo que éstos se dejen colar su pretendido conservadurismo. La consecuencia previsible de lo hecho por Merkel será una regeneración fallida del calibre de la francesa, tema que tratamos en 2017 al estudiar a Macron, en "Caospolitismo y regeneración fallida en Francia" cuando dijimos: "estamos en el comienzo de algo que puede terminar muy mal". ¿Y cómo va Francia? Fatal, como pueden comprobar. Piensen también que el caos político alemán se vislumbra antes de que empiecen los problemas económicos que traerá el cambio en el Orden Económico Mundial, ese que tanto ha beneficiado a Alemania.
Crisis secular
La Teoría Generacional nos dice que, más o menos, cada cien años los países atraviesan unas crisis de primera magnitud en la que incluso la propia existencia de la nación está en peligro. Dichas crisis son producidas por un orden y un pensamiento (o Zeitgeist) seculares que se vuelven disfuncionales. Tanto el orden actual, que arranca con la República de Weimar, como el pensamiento dominante (espíritu de un tiempo, genius seculi) son socialdemócratas y su disfuncionalidad es más que evidente.
La República de Weimar, proclamada un 9 de noviembre de 1918, se caracterizó por la inestabilidad dentro de una profunda crisis económica posbélica y, como la actual, carecía de División de Poderes y de un sistema electoral representativo del ciudadano, uno que era similar al nuestro y que da poder a las ideologías. Según se agravaba la crisis económica (reparaciones, hiperinflación, etc.), aumentaba el radicalismo ideológico, el mesianismo político y el populismo para conquistar un mayor porcentaje de votos y colocar su lista de pirómanos. Tras la crisis del 29, un gobierno de "iluminados" aplica la devaluación interna y la deflación aúpa al nazismo al Poder, desde el que, por las malas, otro grupo de sociópatas y psicópatas acaba con el caos imponiendo un nuevo orden y nuevo orden por la violencia; cambio que afortunadamente fue derrotado en la Segunda Guerra Mundial.
¿Existe algún indicador que alerte de que está en riesgo la existencia misma de la nación alemana? Sí: el cambio demográfico de un país que perdió la tasa de reposición en 1970
Derrotado el nazismo, en Alemania Occidental, los angloamericanos, a propuesta de los civiles locales, imponen la República de Bonn, que es la de Weimar 2.0, dándole un sitio de privilegio en la economía mundial y, caído el telón de acero comunista, un 9 de noviembre de 1989, en otro Schicksalstag, y con la reunificación, llega la versión 3.0 con la llamada República de Berlín, preámbulo de la última fase del ciclo generacional. Ese sería un resumen muy forzado, por razones de espacio, de cien años de un orden y un pensamiento (socialdemócrata), que tuvo su impasse nazi, y que hoy ya es claramente disfuncional.
Parece pues que, como es costumbre en ellos, los alemanes llegan puntuales. ¿Pero, existe algún indicador que alerte de que está en riesgo la existencia misma de la nación alemana? Sí, sin duda: el cambio demográfico de un país que perdió la tasa de reposición en 1970. ¿Y cómo se resuelve eso? Con más socialdemocracia seguro que no y con una distracción como AKK mientras firman el Pacto Mundial sobre Migraciones, menos. Pero eso lo veremos otro día.