De “genial golpe de efecto” llegaron a calificar algunos la decisión de Mariano, 27 de octubre pasado, de ligar el cese de Carles Puigdemont y del Gobierno catalán en pleno con la convocatoria de elecciones autonómicas para el 21 de diciembre. Aquello fue una “hábil maniobra”, un “anuncio sorpresa” que iba a coger al independentismo con las bragas en los zancajos y el culo al aire. Una “iniciativa audaz” que podía dejarlo reducido a cenizas para mucho tiempo. Naturalmente la maniobra no pasaba de ser la típica añagaza escapista del cobarde redomado que no se atrevía a enfrentarse al toro que Puchimón le había puesto en el ruedo ibérico, y renunciaba a arremangarse y entrar en la Generalidad con la ley en la mano para desmontar de raíz el golpe de Estado faccioso, porque, aterido de miedo, lo único que le importaba, lo único que pretendía con esa salida de urgencia era lavarse las manos cual Pilatos para poder regresar cuanto antes al dulce sesteo de Moncloa.
Aún no se sabe quién fue el cerebro que, en contra de quienes en el propio PP hablaban de “no menos de seis meses” de vigencia del 155 antes de acudir a nuevas elecciones, le convenció para que, en un golpe de ingenio capaz de sorprender a medio mundo, las adelantara al 21-D. Los resultados a la vista están. En realidad lo han estado desde el mismo 27 de octubre. Hoy, casi 7 meses después de aquella infausta decisión, la situación en Cataluña es bastante peor de la que era entonces. No solo has malgastado la bala de plata que tenías a tu disposición para imponer la Ley y hacer respetar la Constitución, sino que has devaluado hasta arrastrarla por el fango la dignidad del Estado y sus instituciones. Es el precio que pagan los cobardes, siempre dispuestos a añadir guerra al deshonor. Mariano, puedes meterte el 155 por donde te quepa.
Y es que hace mucho tiempo que el independentismo te tomó la matrícula, Mariano, que te sabe un pusilánime capaz de convertir a Neville Chamberlain en un provocador, un osado dispuesto a batirse en duelo, cruz de navajas al amanecer, con el más pintado por un quítame allá esas pajas. Lo supo muy pronto Artur Mas y por eso decidió subirse, tan miedoso como tú mismo, al tren del separatismo que otros habían puesto en marcha, porque para el Movimiento Nacional catalán es ahora o nunca, es contigo, Mariano, o con nadie, que Carlos IV, aquel rey feble y traidor capaz de lamerle las botas a Napoleón en Bayona mientras vendía el trono, 210 años os contemplan, es un patriota comparado contigo; y lo sabe de sobra Puchimón. Sabe que el 155 te quema las manos y que sueñas con librarte del cepo a toda velocidad. Lo has repetido tantas veces que casi da vergüenza recordarlo: “yo lo que quiero esssss que elijan cuanto antes un presidente que no essssté imputado, Elsa Artadi, por ejemplo, creo que no esssstá imputada, para volver a la normalidad y a preocuparse por los problemassss de la gente…”
Para el Movimiento Nacional catalán es ahora o nunca, es con Mariano
¿De qué normalidad hablas, Mariano? Los indepes te acaban de dar con tu “normalidad” en los morros. Estaba claro que no iban a dejar pasar la oportunidad de volver a controlar cuanto antes el Presupuesto, que no iban a correr el riesgo de hacer posible unas nuevas elecciones cuyos resultados carga el diablo. Lo que han hecho, con la lógica perversa de quien sabe qué es lo que más te puede molestar, ha sido elegir como nuevo presidente de la Generalidad al peor de los presentes en el casting, el peor de los candidatos posibles, el más iluminado, el más decidido a despeñarse por el barranco, un tipo dispuesto incluso al enfrentamiento civil, de modo que, Mariano, de dormir la siesta nada de nada, porque aunque vas a poder seguir en el machito año y pico más –has cometido la felonía de mercadear el 155 con el PNV a cambio de su apoyo a los Presupuestos Generales de Mariano (PGM)- vas a pasar las de Caín, no vas a poder tumbarte a la bartola, porque te han colocado en frente a un tipo que está justo en tus antípodas de supremo acollonado: alguien dispuesto a inmolarse por la causa.
No voy a reiterar las habilidades del xenófobo racista Kim Torra, de quien Miquel Giménez hizo aquí el sábado (“Las claves para entender a Quim Torra”) un extraordinario retrato. Estamos ante un tipo al que hay que calificar de nazi sin ambages, alguien convencido de la superioridad de una supuesta raza catalana, para quien los españoles (catalanes no indepes incluidos) somos “bésties”, mulas de carga, raza inferior, parásitos indeseables, no personas. “Los catalanes son una raza superior”, escribió en marzo de 2014. De modo que, para Kim, los no separatistas son esos “perros judíos” para los que Reinhard Heydrich y Heinrich Himmler, dos de los nazis más radicales, prepararon la “solución final”. Un personaje que ha manifestado su admiración por los líderes de Estat Català y por los hermanos Badia, “los mejores ejemplos del independentismo”; un violento que reclama “un nou Prats de Molló”, el intento de invasión de Cataluña planeado desde Francia por Macià y la dirección de Estat Català en 1926.
Kim Jong-un al frente de la Generalidad
“Ya no nos vale ningún Estatuto del mundo”, ha proclamado. Como ocurriera en los años 30 en la Alemania nazi, aquí nadie puede llamarse a engaño. Hitler anunció con tiempo suficiente cada uno de los pasos que condujeron al desastre; Torra nos adelanta con total determinación su voluntad de construir la República catalana y destruir el Estado. El desafío es total, ¿todavía no lo entiendes, Mariano? Estos van al choque frontal mientras tú sigues cual espantajo perdido en mitad del rastrojo en un triste atardecer de octubre, pánfilo atascado en tu infinita cobardía, en tu miseria moral. Puchimón ha decidido jugárselo todo a una carta, la del ahora o nunca, porque es contigo o con nadie, que jamás volverán a encontrar a alguien tan cobarde al frente del Gobierno, y ha colocado -con tu ayuda, cierto, y la del PNV- a este remedo de Kim Jong-un al frente de la Generalidad con el encargo de llevar el desafío hasta sus últimas consecuencias, confiando en que, si el enfrentamiento civil llegara a hacerse efectivo en las calles, la comunidad internacional no tendría más remedio que intervenir. Esa parece la apuesta del loco-cuerdo de Berlín.
Resulta que la "revolución de las sonrisas", ese movimiento todo democracia, era esto
La elección del president títere es, sin embargo, tan obscena; la nominación de este ultra xenófobo y racista, de sonrisa tan torva como su mirada, es tan aparatosa, tan escandalosa, que resulta casi inevitable, pasado el primer momento de sorpresa, pensar en que el Movimiento Nacional indepe se ha pegado un tiro en el pie si no lo ha hecho en plena sien, allí donde no hay cura humana posible. Resulta que la “revolución de las sonrisas”, ese Movimiento todo democracia, educación y buenas maneras, quintaesencia del pacifismo, que durante tantos años nos ha vendido la propaganda indepe, era esto: ¡racismo a palo seco! Lo sabíamos, claro está, pero Torra se ha encargado, gracias Kim, de ponerlo negro sobre blanco. Kim ha verbalizado lo que la mayoría de los líderes del independentismo piensan sobre los españoles y no se atreven a enunciar. Pero, si admitimos que el procés no ha pasado nunca de ser más que un escenario de cartón piedra basado en una eficaz e intensiva utilización de la propaganda, ¿con qué argumentos, con qué cara, con qué cuajo van ahora a “vender” los Puchimones la figura del SS-Obergruppenführer Torra en la Unión Europa y alrededores?
No hay vuelta atrás, Mariano, por mucho que te asuste el envite. Pon a trabajar al inútil de Dastis pregonando por las cancillerías europeas la buena nueva del nuevo Estat Català fascista que pretende encabezar Puchimón y su fiel Torra. Lo ocurrido obliga a todos los partidos del arco parlamentario a retratarse sin argucias que valgan. Preservar la unidad de España es condición sine qua non para asegurar las libertades democráticas, amén de la prosperidad económica. Si Torra demuestra su voluntad de cumplir lo prometido, no habrá más remedio que ir de una vez por todas a la suspensión de la Autonomía catalana por el tiempo que sea menester. Sin cataplasmas que valgan ni 155 reforzados. Está en la Constitución española. Puchimón acaba de ofrecerte, Mariano, una oportunidad histórica para acabar con el golpismo catalán de una vez. Ojo, con el golpismo. El prófugo berlinés te lo ha puesto a huevo, te lo ha servido en bandeja nominando como president a este racista ramplón, plato de imposible digestión para cualquier demócrata europeo y no digamos ya para los Gobiernos de la UE. Pero para dar ese golpe sobre la mesa hace falta un mínimo de entereza y dignidad, Mariano. Lo que tú no tienes. Tú eres el gran responsable de la vuelta atrás ocurrida en Cataluña, hasta el punto de que tendrías que haberte ido a tu casa este mismo fin de semana por simple imperativo moral. Ni lo has hecho ni lo harás, porque para abordar la solución del problema catalán con la entereza democrática que reclama la gravedad del caso, primero es indispensable sacarte a ti de Moncloa. Aunque sea a gorrazos.