Eso dice el Vicepresident del Govern Pere Aragonés que le debe Estado a la Generalitat. Para ser exactos, 7.600 millones. Según ha declarado, el ejecutivo de Pedro Sánchez tiene la intención de ir pagándolos. La compensación por los votos separatistas no iba a salirnos gratis.
Roger Torrent difama a España mientras Pere Aragonés pide dinero
La reciente visita del President del Parlament Roger Torrent a la Asamblea Parlamentaria de la Francofonía ha sido de traca. A lo largo de su intervención acusó a España de la “Triste situación de los presos políticos”, así como de la “Acción judicial contra cargos electos”, citando a la ex presidenta Carme Forcadell de la que dijo “Ahora está en prisión preventiva por haber permitido el debate libre en un parlamento democrático”. Que un alto cargo se exprese con tamaña mendacidad requería una respuesta enérgica por parte del gobierno socialista. Y ya la tiene. El gobierno de Sánchez se compromete a ir pagando esa hipotética deuda de más de siete mil millones. Viva el rumbo y el poderío, que la casa es grande y no repara en gastos.
Que Torrent, miembro del mismo partido que Aragonés, haya vomitado infamias acerca de la salud democrática española delante de países como Francia, Canadá, Bélgica, Grecia, Luxemburgo, Suiza o Marruecos parece importarle un pimiento a Moncloa. De hecho, al embajador Morenés ya lo ha cesado. Lo importante es que la ministra Carmen Calvo ha causado buena impresión en Aragonés, que se ha referido al clima de su reunión con ella como “de buena sintonía”. Hombre, nos ha jodido mayo con las flores, si tú y los tuyos os pasáis el día acordándoos de la madre que parió a España y a su sistema democrático y lo que recibís a cambio son miles de millones para detener la hemorragia que vosotros mismos habéis causado con vuestro proyecto separatista, ¡cómo no vais a decir que hay buena sintonía!
Parte de esa millonada la precisan urgentemente, porque los amiguetes esperan a ser colocados
Aragonés, persona comprensiva donde las haya, entiende que el nuevo gobierno del PSOE no tiene tiempo para negociar un nuevo sistema de financiación para Cataluña. Eso sí, le parece de perlas que, mientras se negocia o no se negocia, se van o se quedan, se “hace república” o se hace el payaso, le vayan enviando millones por un tubo porque hay que pagar las facturas y tienen cola de afiliados, amigos, amigas, simpatizantes y demás para que los coloquen.
Además, muy en la línea del separatismo, advierte que su postura no es abandonar el proceso, el mandato democrático del 1-O, la independencia, las Bases de Manresa, el Tratado de Letrán o el Compromiso de Caspe, que, puestos a mezclar, esta gente lo hace con todo. No, no, Aragonés asegura que, y citamos textualmente al gran estadista catalán, “Hemos puesto las luces cortas de cara a los próximos dos meses, porque en tan poco tiempo no van a poderse arreglar los grandes problemas de fondo”, a saber, la autodeterminación y tal. Eso sí, si quieres que estemos más o menos calladitos, paga con una sonrisa que, total, el dinero es de los contribuyentes y a ti qué más te da. Mejor esto que gastárselo en putas o mariscadas.
Hace falta jeta para salir a la palestra y endilgar esa ristra de chapuceros argumentos. Sería muy de agradecer que el hombre dijera “Mire, aquí se trata de trincar pasta e ir pasando los días, porque de república nanay del Paraguay”. Claro que si dice eso lo lapidan, pero esa es la verdad. El Govern de Torra está sometiendo a chantaje al ejecutivo que, por socialista, viene de casa con plomo en el ala.
Por cierto, otra cosa que también estaría muy bien que dijera el vicepresidente catalán es que parte de los siete mil millones y pico la precisan urgentemente por eso que decíamos de los amiguetes que esperan a ser colocados. Al loro, que ya lo han anunciado.
El Conseller Puigneró dice que van a crear 30.000 plazas nuevas
Ni diez, ni veinte, ni veinticinco, treinta mil plazas. Si, señoras y señores, la Generalitat pretende en septiembre ofertar empleo público por esa cifra de puestos de trabajo, oferta que ira desarrollando a lo largo de la legislatura tal y como vayan llegando los kilitos desde Madrid. Desglosemos: 4.323 funcionarios de administración y técnicos; 685 laborales; 15.658 docentes; 9.307 estatuarios del Instituto Català de Salut, y algo más que irá cayendo, porque igual queda el sobrino o la amiga entrañable de alguien. Dice el hombre que la intención es – anda que no lo hemos escuchado miles de veces – reducir la temporalidad, estabilizar la plantilla de la administración pública incrementándola con mayores medios humanos, capacitarla digitalmente, en fin, la leche.
Que nada de eso se haya siquiera hablado con la patronal o los sindicatos da igual, porque en Cataluña la primera está como la segunda: subvencionada, amordazada, capada y contenta de poder emular a Farinelli, aquel célebre castrati que daba un fa natural como el que se come una aceituna.
Hay más. El gobierno de Sánchez ha autorizado este viernes a la Generalitat a formalizar 4.113 millones de deuda pública a corto plazo. A esto, la ministra de Hacienda Montoro – parece que estemos predestinados – lo llama asegurar la estabilidad.
El Govern ha nombrado al que acompañó a Puigdemont a Finlandia director de su oficina con 60.454 euros al año
¿Puede hacerse más el canelo? Se puede, efectivamente. El Govern ha nombrado a Josep Lluís Alay, amiguete y compi yogui del fugado Puigdemont – recuerden: el que le acompañó a Finlandia -, director de la oficina de éste con un sueldo de 60.454,32 euros anuales. Dicha oficina contará con todo lo habido y por haber, porque al chiquillo no debe faltarle nada, lógicamente. Sede oficial - se desconoce si estará en Alemania, Bruselas, Waterloo o las Islas Orcadas -, personal, asesores, policías, en fin, la de Dios. Que nadie se inquiete por lo de la policía, porque fuentes del Govern de Torra han dicho que hablarán con el ministro del Interior Grande-Marlaska para que todo se haga bien. Respiramos más tranquilos.
Resumiendo, y en román paladino: pasta para tener más enchufados, pagar oficinas a prófugos, pagar sueldos a quienes denigran nuestro estado de derecho, pasta para mantener a flote una administración gobernada por unos irresponsables, para, en definitiva, seguir costeando la juerga a aquellos que tildan a sus adversarios de hienas, los conminan a marcharse de su tierra e intimidan y amenazan a los adversarios. De momento, sepan que buena parte de los impuestos que pagamos entre todos y que tanto esfuerzo nos cuesta afrontar porque son terriblemente draconianos con los trabajadores y permisivamente indulgentes con los ricos, van a ir a parar a los bolsillos de los que han permitido que se vayan más de cuatro mil empresas de Cataluña y, encima, están encantados.
Oigan, con este gobierno y estas premisas, no veo yo que puede salir mal.