Y el hombre se ha quedado tan ancho. Lógicamente, ni Lidia Heredia, moderadora de la tertulia en la que Tremosa ha experimentado ese arrebato de éxtasis teresiano, ni los contertulios presentes le han dicho que se tomara la medicación. Si acaso, alguna sonrisita de circunstancias y un modoso “¿No crees que eres un poco exagerado?”.
Lo peor de todo es que Tremosa, que vive en un perfecto estado de alucinación compartido por los más cafeteros del separatismo, se lo cree. Lo intuimos levitando cuando ha visto a su chico, el del flequillo, y a Toni Comín como eurodiputados en la cámara europea. Un espacio en el que, no lo duden, podría hacerse una magnífica piscina termal o un circuito para skaters y todo eso que saldríamos ganando. El clímax que debe haber gozado al ver cómo Puigdemont exhibía un cartel en el que podía leerse “Free Junqueras” no es para describirlo en un diario serio y decente como este, que leen incluso menores de edad o los que se han quedado sin ministerio con Sánchez.
Claro que el presidente de la 'eurocosa', el señor Sassoli, ha cortado de raíz el posible debate. Curiosamente, ha decidido ejercer de Salomón y separar en dos partes al niño –al debate, decimos, no a Puigdemont– al que el eurodiputado de Vox Jorge Buxadé ha pedido la palabra, enseña nacional en ristre, para decir que rechazaba la presencia de los huidos de la justicia española en aquel lugar. Sassoli se ha enfadado, pero no sabemos si por los fugadísimos o por Buxadé, lo que despierta dudas tremendas. ¿Sabe el presidente que Puigdemont es equiparable, al menos para Tremosa, al Dalai Lama? ¿Conoce el italiano que ese señor con flequillo tiene la misma influencia que el Papa? ¿Intuye que ahí hay más poder que el de Donald Trump y Xi Jingpin juntos?
A ver si se van enterando en las Europas de que España es facha y los separatistas catalanes han devenido en antorcha de luz, de esperanza e incluso de caridad, puesto que todavía nos dejan respirar a quienes no comulgamos con su credo"
Pues sépalo, Sassoli, sépalo y apréndalo y enmiéndese, que usted, a fuer de florentino, debería saber lidiar con el poder omnímodo de manera maquiavélica y sagaz, porque omnímodo es Puigdemont y todo lo que le rodea, a ver si se van enterando en las Europas de que España es facha y los separatistas catalanes han devenido en antorcha de luz, de esperanza e incluso de caridad, puesto que todavía nos dejan respirar a quienes no comulgamos con su credo.
A Buxadé le han negado hasta tres veces la palabra, aunque eso no sea malo en sí mismo puesto que incluso San Pedro negó tres veces a Jesucristo. Tampoco es para poner el grito en el cielo que unos estrafalarios ocupen sitiales en aquella reunión de personas humanas. Recuerden que don José María Ruiz Mateos, que Dios tenga en su gloria, también fue eurodiputado.
Lo preocupante es que, después de tenerlo por ahí rondando tanto tiempo, todavía no exista ninguna persona con los estudios elementales, ni que sea, que adivine la grandeza epopéyica de tamaño prócer. La ceguera de los europeos en materia de Puigdemont es notabilísima, y bien que hace el señor Tremosa en propalar a los cuatro vientos el advenimiento de ese mesías catalán que ha venido a enseñar a España, a Europa y, ya si eso, al resto del mundo lo que es la democracia, a saber, coger urnas de los chinos, llenarlas de votos en tu casa y luego mal contarlas para decir que has ganado.
Ah, en cosas como esa se vislumbra el genio del que suponemos próximo premio Nobel de lo que sea, porque méritos tiene de sobra. Mientras tanto, se ignora qué habrá pensado Junqueras al ver al del maletero y a su Chevalier Servant sentadicos tan ricamente en sus escaños con un cartel en el que piden que lo liberen. Yo puedo imaginármelo, pero, por lo anteriormente explicado acerca de la decencia y seriedad de este medio, así como por el mínimo decoro exigible en un articulista, no lo voy a decir.