Hay en España tres grandes bancos en la actualidad. El Santander es, con gran diferencia, el más grande tanto por activos totales como por patrimonio neto. El segundo, si lo medimos por este último concepto, es el BBVA; mientras Caixabank lo es por activos totales (con poca diferencia) tras integrar Bankia y desprenderse el BBVA de su negocio en USA. La cuarta entidad queda ya lejos, con sólo un tercio de Patrimonio neto que CBK.
Pero estas tres grandes entidades tienen una cartera de negocios ciertamente diferente. Y se parecen bastante poco entre sí en el perfil de aportación de sus componentes al resultado global. Sólo coinciden en que su rentabilidad no supera el coste exigido por los inversores mostrando las enormes dificultades por las que atraviesa actualmente el negocio bancario.
Caixabank, segmento joven y peninsular
Es la mayor entidad en España donde gestiona unos activos totales que superan en bastante al siguiente competidor. Su única presencia en el exterior es en Portugal (donde adquirió el BPI, con una cuota de mercado del 11%). Es decir, se trata de un Grupo que fía todo su futuro a la península ibérica. Pues bien, no me parece a mí que este sea el mercado más prometedor del mundo… Porque, al final, el negocio bancario y financiero dependen de la evolución económica. Y se trata de dos países que no son precisamente los más dinámicos de Europa, con mucha deuda pública y un crecimiento limitado.
Bien es verdad que Caixabank tiene una elevada cuota de mercado en el segmento joven y que, además, cuenta con un negocio de seguros muy potente, que le supone un flujo recurrente e importante de aportación a los resultados.
Pero es de suponer que la dirección de CBK se esté planteando cuál debe ser su futuro estratégico, y se plantee diversificar geográficamente su negocio. Quizás la perspectiva de un espacio financiero único europeo resulte una buena alternativa para CBK. Algún día la UE avanzará hacia la unión bancaria y ahí resultará muy importante ser fuerte en los países de origen para tener ventaja a la hora de realizar acuerdos o adquisiciones en otros. El problema es que llevamos diciendo esto durante varios años y seguimos prácticamente igual. No se avanza porque sigue habiendo normativas nacionales distintas en muchos aspectos y, además, no hay tampoco un seguro de depósitos común.
En cualquier caso, mi opinión es que Caixabank tendrá que hacer algo para diversificar. Porque, además, las participaciones industriales, que fueron también santo y seña suyo, no tienen mucha cabida en los bancos actuales (otra cosa es en Criteria), dado el exigente nivel de capital por esos activos.
BBVA y el mercado exterior
Tras vender su negocio en USA el segundo banco español se ha convertido casi en un banco “emergente”. Como consecuencia de la creciente debilidad de sus resultados en España y el creciente peso de México, Turquía y América del Sur, sólo la cuarta parte del resultado de explotación generado hasta septiembre corresponde a España, mientras el 72% proviene de los mercados mencionados anteriormente. Un mix de negocio como ese tiene que redundar necesariamente en que los mercados exijan un mayor coste de capital a la entidad. Y en que el supervisor le pida también mayores ratios de capital.
Por otra parte, la depreciación de las divisas débiles en que invierte no es inesperada y le supone enormes cargos directos contra el Patrimonio neto, que pasan desapercibidos para algunos inversores. No obstante, para completar la visión, conviene añadir que a más riesgo más beneficio, siempre que las cosas se hagan bien y no se encuentren sorpresas negativas importantes por el camino
En cualquier caso, creo que el BBVA necesita equilibrar un poco su cartera de negocios hacia una mayor estabilidad y, desde luego, me imagino que así se lo estará recomendando el BCE. No obstante, la entidad parece reacia a invertir en nuevos mercados con presencia física y se acaba de ver que se ha inclinado por la operativa digital en Italia. Es un experimento sin duda limitado y, desde luego, el éxito no está garantizado en absoluto. Resulta probable que la haga falta, además, algo diferente de esa mera expansión digital.
Santander, diversificación y estabilidad
Destaca por ser el mejor diversificado, con una mezcla de negocios emergentes y maduros. Hasta siete unidades han superado en enero-septiembre los 1.000 millones de euros de resultado de explotación (margen neto). Su presencia en USA y UK, además de en España, le aporta una buena dosis de estabilidad. Tiene también un importante negocio de crédito al consumo, parte de él en varios países europeos. Y lo complementa con un negocio de crecimiento y altos márgenes como Brasil, que es su principal inversión, y con el resto de América, donde es destacable su negocio en México y Chile.
Todo ello le otorga la ventaja de poder compensar unos con otros. No es sencillo que todos sus negocios evolucionen bien al mismo tiempo, pero tampoco que cuando uno sufra no haya otros que lo equilibren. En pura teoría, un grupo así diversificado debería necesitar menos capital que si estuviera más concentrado. El problema es que, al igual que en BBVA, las pérdidas cambiarias cargadas contra Patrimonio neto le vienen restando capital. Y, además, al ser un banco sistémico a nivel mundial, el supervisor le exige más capital. De ahí que el Santander nunca haya destacado precisamente por mostrar unas ratios demasiado confortables de capital.
Apuestas diferentes
De manera que la estructura de negocio de los tres grandes bancos es bastante diferente: Concentración, Diversificación emergente y Diversificación variada.
Lo que no quiere decir que en el corto plazo a uno le vaya a ir mejor que a otro. Dando por descontada una buena gestión, ello dependerá del comportamiento de unos negocios u otros, y quién sabe cuáles son en un período concreto. A largo plazo, en cambio, parece que la diversificación del Santander le otorga una ventaja competitiva respecto a los otros dos.