Opinión

Una verdad incómoda: los desastres son buenos para el PIB

Los españoles vivíamos mucho mejor hace 20 años que ahora, con un volumen de PIB muy inferior al actual.

  • Coches amontonados tras el paso de la DANA en Alfafar, Valencia -

El desastre humanitario y económico provocado por la Dana, eso que siempre se llamó “gota fría” y que casi cada año sucede por estas fechas, aunque no con tanta intensidad, implicará una inversión público-privada tan grande y un aumento del consumo para la reconstrucción tan intenso, que se notará, en positivo, en el PIB. Esto, que puede parecer contraproducente, se debe a que se aplica mal este indicador. Se toma como si midiera un patrimonio, cuando lo que mide es una producción. España es el Museo del Prado, el Coto de Doñana, las calas de la Costa Brava, la catedral de Salamanca… son valores fijos, pero el PIB no cuantifica esas realidades sino el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos por un país en un período determinado (solemos usar un año pero se estudia su evolución por periodos de tres meses, incluso en algunos países, como Reino Unido, cada mes). Esto implica que, si ocurre un episodio puntual de destrucción (obviamente, no una guerra que dure años y lo devaste todo como en Ucrania), lo más habitual es que , finalizado el desastre, todo se active mucho más, la fase de la reconstrucción implica movimiento y expansión, se produce mucho más. Es una de las sombras que arroja este indicador ya que puede llevar a muchos a sacar conclusiones erróneas de su evolución.

Muchos gobiernos pueden presumir de crecimiento de PIB simplemente porque han disparado su gasto público (sea con inversiones o con subvenciones que han propiciado un aumento del consumo) gastando más de lo que ingresan (lo que conocemos como déficit presupuestario, y que es común en todas las economías)

El ñexito del PIB como indicador de referencia se debe a que resulta muy fácil de calcular ya que es la suma del Consumo (de consumidores y empresas) + la Inversión + el Gasto del Gobierno + las Exportaciones netas (exportaciones menos importaciones, si se importa más de lo que se exporta entonces este resultado resta en lugar de sumar). Generalmente, el volumen total del PIB no es lo más importante, sino sus oscilaciones, subidas y bajadas, su expansión y contracción. Se considera que el "inventor" del PIB fue Simon Kuznets (1901-1985), que nació en lo que hoy es Bielorrusia (entonces parte del Imperio Ruso) y murió en su patria de adopción, Estados Unidos, donde vivió desde 1922. Creador del sistema estadounidense unificado de contabilidad nacional, fue galardonado con el Nobel de Economía en 1971 por sus estudios sobre el crecimiento económico, que estaba convencido de era el mejor método para reducir la desigualdad. Presentó la idea del PIB en un artículo de 1937, aunque su uso como medida habitual para medir las economías ha de atribuirse al economista más influyente del siglo pasado: John Maynard Keynes, el considerado "fundador" de la macroeconomía y, además, quien modificó la fórmula inicial e incluyó el gasto público como parte del PIB, algo que Kuznets no había llevado a cabo porque pensaba que el gasto público era un bien intermedio. No voy a entrar en una discusión más propia de académicos pero basta decir que el propio Kuznets fue crítico con 'su' PIB y, en 1962, en una declaración en el Congreso, puntualizó: "Hay que tener en cuenta las diferencias entre cantidad y calidad del crecimiento, entre sus costes y sus beneficios y entre el plazo corto y el largo".

El PIB mide fundamentalmente el gasto, algo que puede mantenerse artificialmente gracias a la deuda, variable que no aparece reflejada por ninguna parte. De este modo, muchos gobiernos pueden presumir de crecimiento de PIB simplemente porque han disparado su gasto público (sea con inversiones o con subvenciones que han propiciado un aumento del consumo) gastando más de lo que ingresan (lo que conocemos como déficit presupuestario, y que es común en todas las economías). Para cubrir el desfase emiten deuda que retrasará el crecimiento futuro puesto que esa deuda más sus intereses restarán antes o después. La mayoría de los gobiernos son cortoplacistas, sólo piensan en ganar elecciones. Así pues, el PIB se hincha, la deuda sigue creciendo en volumen pero, como ocurre en España desde finales de 2020, la ratio deuda/PIB puede bajar, ya que crece más el PIB que la deuda. Y nuestro Gobierno, y otros muchos, sacan pecho.

El PIB de España está en máximos históricos y, salvo mayúscula sorpresa, el próximo año volverá a batirlo, y es una muy buena noticia porque cuando hay una crisis y baja el PIB, vivimos peor (menos producción y menos consumo suelen provocar mayor desempleo por ejemplo)

Hay muchos críticos con el PIB por motivos muy diferentes. Hay quien cree que es más importante medir la productividad, la igualdad e incluso hay quien defiende una suerte de "PIB de la felicidad", hasta se habla de un 'PIB verde". No voy a entrar en discutir cuál sería el indicador ideal porque no creo que exista. El problema no está en el PIB sino en la falta de cultura económica general que lleva a que los políticos puedan hablar de estas variables con medias verdades, e incluso mentiras, y que el gran público las tome como ciertas. Igual que muchos compran el discurso de que, al reducirse el IPC interanual, los precios bajan, cuando no es así ya que la inflación es acumulativa. En resumen, el PIB de España está en máximos históricos y, salvo mayúscula sorpresa, el próximo año volverá a batirlo, y es una muy buena noticia porque cuando hay una crisis y baja el PIB, vivimos peor (menos producción y menos consumo suelen provocar mayor desempleo por ejemplo). Sin embargo, su subida no es garantía de nada porque no hará que los españoles vivamos mejor si crece porque aumenta el gasto pagado con deudas que nos lastrarán en el futuro. La prueba es que -no creo que casi nadie lo dude- los españoles vivíamos mucho mejor hace 20 años que ahora, con un volumen de PIB muy inferior al actual. Con el desastre en Valencia lo podremos ver perfectamente: más inversiones y mayor consumo para reponer lo perdido, lo que impulsará decididamente el PIB pero… ¡cuánto mejor sería la vida de los valencianos si la tragedia no hubiera ocurrido!

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