Vox lo ha conseguido. Sin ellos no se investiría al popular Juan Manuel Moreno primer presidente de derechas de Andalucía en sus casi 40 años de historia democrática. Atrás quedan los socialistas que están viendo atónitos cómo finalmente ha habido cambio. Pero la llave del cambio supone un alto precio a pagar, un alto retroceso en los derechos sociales conseguidos, veremos cómo se gestiona el día a día de esta comunidad, que es ni más ni menos la antesala de lo que puede suceder en los próximos comicios que han de tener lugar en España. Vox habla claro, no se esconde, de pronto no engaña.
Sin Vox, ni PP ni C’s gobernarían la comunidad mal que les pese. Cierto es que el número de votos conseguidos por cada uno de los partidos es mayor, el número de diputados es mayor. Sí. La aritmética política no falla. Por ello, por mucho que lo quieran vestir como “sólo” de un pacto de investidura, no lo es. No lo es porque por mucho que tengan un pacto de gobierno los que más votos, de los tres, han obtenido en las urnas, PP y Cs, para conseguir la aprobación de aquellas medidas que quieran impulsar van a necesitar el visto bueno de Vox o de otros partidos. Sin ellos no son nada y poco podrán hacer. Lo vistan como lo quieran vestir.
Si algo bueno tiene Vox es que dice las cosas claras, sin tapujos. Otros prefieren pactar por la puerta trasera y defender en el atril políticas de cara a la galería
De pronto los de Ciudadanos ni foto se han querido hacer con sus nuevos socios de gobierno. Eso les restaría el prestigio de quererse mantener en la centralidad política y distar de cualquier radicalismo que se precie en un sentido u otro. Buena decisión la suya; saben que una foto es más valiosa que muchos de los discursos que quieran hacer para restar importancia a las nuevas compañías que están teniendo con los de la formación de Abascal. Europa ya les ha dado un toque de atención al partido naranja y tienen al alcaldable Manuel Valls también muy atento a lo que pueda acontecer y puedan hacer en Andalucía con los de la derechona rancia. Aunque él no se queda corto, con airadas reacciones propias de la censura, como demostró hace unos días en los premios literarios entregados en Barcelona mostrándose harto por “el procès”. Sí, Valls mostró el hartazgo de muchos, pero las formas distaron mucho de ser las apropiadas. Aunque tan libre es él de exponer su criterio como lo era el premiado.
Si algo bueno tiene Vox es que dice las cosas claras, sin tapujos. Otros prefieren pactar por la puerta trasera y defender en el atril políticas mejor vistas de cara a la galería. Política es política; o era ¿business is business?. Al final la política es poder y el poder se negocia, como ahora negocian las consejerías que cada uno van a ocupar. Forma parte de la política, aunque de ello recelaran y mucho los del partido de Rivera antes de tocar poder en las instituciones. Ahora se ha de jugar al mismo juego. Esperemos que lo hagan con honestidad y sensatez. El tiempo juzgará y también los comicios venideros.