Sostiene Yolanda Díaz que eso fue lo que un cascarrabias (sic) llamado Pablo Iglesias le espetó cuando le anunció que sería su sustituta. Que se enfadó mucho por el dedazo ejecutor pero no se le ocurrió rechazar semejante ofrecimiento. Vamos, que no se fue del Gobierno. Sostiene esta señora tan aparente en sus últimas jaculatorias -permiso, maestro Savater-, para su pastueña feligresía que Pablo Iglesias ejerce y ha ejercido un agudo liderazgo. Y lo dice con los consabidos “créanme”, “lo digo en serio”, “poner en valor” y toda esa calderilla semántica tan de su gusto que sólo denuncia una falta de lecturas elementales.
Pero agudo, vicepresidenta, señala algo que termina en punta y puede cortar o pinchar con facilidad. Es curioso, señora Díaz, créame porque se lo digo en serio, que no pensará lo mismo el día que saltándose primarias, votaciones, debates y consultas a la humillada militancia inscrita, el día que el agudo líder le señaló con su agudo dedo índice y pensó que ya que su compañera no podía ser porque no hay quien lo pueda explicar y menos entender, serás tú, Yolanda, la que ocupe la vicepresidencia y tire del carro de Podemos.
La creo cuando repaso mis notas y me encuentro con lo que decía años atrás: "No tengo ambición política", y lo que asegura ahora: "Quiero ser la primera presidenta de mi país"
Lo primero lo ha hecho brillantemente porque de ahí ha salido una candidata a la presidencia del Gobierno que preside, por cierto, un machista llamado Pedro Sánchez. Qué pena da, pero no se explica uno cómo se puede vivir entre dos machistas declarados -Pedro y Pablo- y estar tan agradecida a ambos. No hay que ser muy espabilado para notar ciertos aromas machistas en el método de elección que la elevó a la vicepresidencia y al liderazgo -porque Yo Pablo lo digo- de Podemos. Pero ese machismo no sobra. O se soporta. Y en el peor de los casos se conlleva. Y en todo caso, se aprovecha con la misma intensidad y beneficio que los aprovechamos la carne de un gorrino. No le sobra nada a la señora Díaz.
Qué nivel. El cascarrabias, el machista, el agudo líder Pablo Iglesias la designa lo que es, todo lo que es, y se va a la televisión para decir muy seria ella, mirando a cámara, abriendo y cerrando los ojos, que en política hay que dejar volar a la gente. ¿Con qué alas vuela Yolanda Díaz? ¿Con las suyas? ¿Con las del cascarrabias? Son preguntas simples que sus seguidores constituidos en feligresía no se hacen porque, vuelvo a Savater, de las jaculatorias que salen de su boca no salen ideas para que piense la ciudadanía. Lo suyo es otra cosa. Y por eso, ahora es capaz de sugerir que el 28M ella no votará a Podemos. Valiente y coherente la señora vicepresidenta. Créanme, de verdad. Como la creo cuando repaso mis notas y me encuentro con lo que decía años atrás: No tengo ambición política, y lo que asegura ahora: Quiero ser la primera presidenta de mi país.
La señora Díaz no ve tacha en esa ley. Y tampoco Pedro Sánchez, que desde su maxilar de hierro a lo más que hay ha llegado es a un "si hay que pedir perdón". Pero no lo pide
Por lo que estamos viendo, el partido en la izquierda se juega entre dos, PSOE y Sumar, y quedará para la historia Podemos, un verso suelto nacido de las cenizas del 15M. El juguete, después de servir para que algunos y algunas vieran cumplido el sueño de cambiar el piso de Vallecas por un chalé o la caja registradora por un ministerio, no da más de sí. El cascarrabias ve la vida pasar desde un plató en el que imagina, junto a una corte de paniaguados, el país que quiso para los suyos, que no para los demás.
Se van, dejan el estropicio de la infausta ley del sí es sí que ha beneficiado a casi un millar de tipo repugnantes que violaron, abusaron, maltrataron o acosaron. Por eso se les recordará también. La señora Díaz no ve tacha en esa ley. Y tampoco Pedro Sánchez, que desde su maxilar de hierro a lo más que hay ha llegado es a un "si hay que pedir perdón". Pero no lo pide. Qué pensará del "si hay que pedir perdón" una mujer violada que sabe que su violador está tomando en este momento café en un bar. En fin, esto es lo que hay. Y esto es lo que viene, autofagia política sin necesidad de disimular. Yolanda ha terminado con un Podemos que vive en sus últimos estertores, y se prepara para darle un bocado a Sánchez de 500.000 votos, que decían aquí ayer. Lo que no quita para que cuanto más conoce al presidente más sienta lo cariñoso que es. Y remata a su manera: Se lo digo en serio.
Cree uno que llegado a este punto es mejor parar. A usted se lo dejo, que da para mucho el espectáculo de los corderos de un país desquiciado. También yo se lo digo en serio.
Gala
Buenos días, yo creo que es la perfecta candidata para la infinidad de buitres que merodean por las alturas a la búsqueda de una cartera llena de prebendas y money. Es la tonta util, se ajusta muy bien a la idea que tienen muchos señores de las señoras. Muy fácil de mover; no sé cómo no lo ven. Una pastueña traicionera normal. Es el prototipo de mujer astutilla boba que presume de profunda. ¡jajajajaja! solo habla y mal como las señoras que sin mucho saber, se paran en los descansillos para charlotear de la estrambótica Obregon quien de no tener dinerito sería tachada de loca. Así es como discurre la sociedad. Gracias Redacción
vallecas
Yolanda Díaz es la vaciedad absoluta y quien le vote son personas sin cerebro. Las elecciones nos servirán para saber exactamente cuantos descerebrados hay en España.