Opinión

Vuelta al cole, vuelta a casa

Vamos a remolque del virus y a estas alturas deberíamos estar muy por delante y poder lanzar mensajes tranquilizadores a las familias

  • Vuelta al colegio.

Titulares y más titulares de la vuelta al cole, de cómo va a ser la vuelta al cole, de si hay mamparas que separen a los alumnos y profesores, de habilitación de espacios y un sinfín de protocolos escritos, pero los preparativos para la no vuelta al cole por casos de covid son inexistentes aún. Sabemos y lo tenemos claro que si hay algún niño positivo habrá que aislarle a él, a su familia y a todos los niños que hayan estado en contacto con él en el aula. Nada fácil. Nada previsto para ese día o esas horas después tras la vuelta al cole más que la vuelta a casa. Nos volveremos a quedar en casa y medio año después de que nos inundara el caos por una crisis de salud pública, este extremo se hace difícil de digerir.

El encierro sin dinero va a ser complicado en muchos hogares de este país y no parecen entenderlo los que llevan las riendas de las instituciones del estado. El miedo y la incertidumbre inunda muchas casas desde que nos sumergimos en una pandemia que creíamos haber casi controlado en verano, o con la salida del estado de alarma el 21 de junio, pero nada más lejos de la realidad. Y si eres autónoma o autónomo apaga y vámonos, no de vacaciones que este año no les ha tocado a muchos mientras que otros han disfrutado de Doñana o de Asturias.

Un plan unitario

No entraré a juzgar si el presidente o el vicepresidente tenían unas merecidas vacaciones, pero sí entraré en los planes de conciliación que prepararían para hacer frente al desamparo de padres con niños en edad escolar. Planes que anunció la ministra de Trabajo y que aún estamos esperando. El plan es que seguimos sin plan como ya escribía hace una semana. No hay un plan unitario para la vuelta al cole. De hecho, ya hay comunidades autónomas que no arrancan el curso cuando tenían previsto y no hay ningún plan para la vuelta al encierro en casa ante un positivo. Sí, está el encierro sin más, sin trabajar, sin cobrar. Y la conciliación sin abuelos es nula, a no ser que seas funcionario y te lo puedas gestionar mejor.  

Se habla, se dice, se comenta, que si los padres se podrán coger la baja, que si se está trabajando en la incapacidad temporal, que si el plan Me cuida, pero falta claridad y concreción más pronto que tarde por parte del Gobierno. Cierto es que estamos a la cola en Europa no solo por la actuación frente al coronavirus sino en el tema familiar. Esto no es de ahora. Escuchemos a familias que tienen que lidiar con alguno de sus hijos que transitan por un tratamiento médico de larga duración. Sus calvarios y odiseas para sobrellevar el día a día, que hacen el pino puente para sumar vacaciones y permisos para poder estar en la cama de hospital de su hijo.

Auguro consultas de urgencia a psicólogos y psiquiatras, consultas a rebosar en busca de la píldora que nos haga inmunes a la incertidumbre en cuanto a la salud y el trabajo

Este virus sólo está poniendo al descubierto las miserias de un país que debe trabajar duro por humanizar situaciones laborales que se han tenido que deshumanizar en aras de la supervivencia, del crecimiento, del rendimiento. Todo se para en la cama de un hospital, no sólo por covid y eso en muchos hogares lo tienen demasiado claro, por desgracia. Auguro consultas de urgencia a psicólogos y psiquiatras, consultas a rebosar en busca de la píldora que nos haga inmunes a la incertidumbre en cuanto a la salud y al trabajo. Este verano teníamos una expectativa de tener un respiro que no se ha cumplido gracias en una parte muy pequeña a la irresponsabilidad ciudadana y otra a la ineficiencia de aplicar medidas de rastreo y control del virus por parte de la administración.

Cumplir la cuarentena

Podemos decir que no hemos estado a la altura de lo que nos pedía la pandemia. A día de hoy, conocemos que en la escuela se están tomando medidas habidas y por haber para que nuestros hijos regresen a las aulas en un ambiente relativamente seguro, pero poco sabemos de lo que pasará el día después o las horas después al inicio del curso escolar cuando padres y madres no puedan trabajar para cumplir cuarentena con sus hijos. Ese momento en el que un alumno tenga unas décimas de fiebre y se activen todos los dispositivos y protocolos. Eso va a llegar en nada. Vamos a remolque del virus y a estas alturas deberíamos estar muy por delante y poder lanzar mensajes tranquilizadores a las familias. Me resuenan aún las palabras de Sánchez en plena pandemia: "No dejaremos nadie atrás”. Y cuántos hay que ya se han quedado atrás.  

Ni el PSOE ni Podemos lo tienen claro, por ello no lo pueden trasladar a los ciudadanos y con ello aumenta el miedo y la incertidumbre. Partidos, sindicatos y patronal deben seguir trabajando para salir adelante. Dicen que están trabajando en ello, como diría Aznar, a contra reloj, cuando la sociedad necesita respuestas no más interrogantes añadidos a una cotidianidad rota desde hace medio año.

Estamos frente a un inicio de curso escolar incierto, estamos ante tiempos complejos y debemos adaptarnos  de manera camaleónica. Pero ante el drama social y económico en el que vivimos no cabe la improvisación del gobierno, de un gobierno de izquierdas al que se le presupone ideológicamente que va a lanzar una batería de medidas en beneficio de los ciudadanos de a pie, de los trabajadores. Trabajadores por cuenta ajena y por cuenta propia, estos últimos los grandes olvidados. Cuídense, con mascarilla siempre.  

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