Nada estaba 'atado'. Ni menos aún, 'bien atado'. El futuro del PP es ahora una incógnita, una sala de acertijos, un cuadro de adivinanzas. Tras la espantada de Núñez Feijóo, Génova se paraliza a la espera de lo que decidan las dos damas del partido. El peor escenario para la cúpula del partido. Un enfrentamiento entre Saénz de Santamaría y Cospedal por el trono vacante de Rajoy.
El fantasma del narco Marcial Dorado se ha clavado en el entrecejo de Feijóo. Aquella fotografía, sabiamente rescatada y agitada, ha conseguido un efecto fulminante. El presidente de la Xunta abandona sus planes y se recluye en su rincón de Galicia. El eterno 'delfín' tira sus viejos anhelos por la borda. Todos ahora a la espera de la decisión de las hasta ahora 'número dos' del Gobierno y del partido.
María Dolores de Cospedal desvelará esta mañana sus planes, luego de reunirse con su dirección regional en improvisada reunión en Toledo. La idea era que apoyara a Feijóo frente a su eterna rival. Ahora toca cambio de planes. Su entorno asegura que irá a la pelea, según Onda Cero. "Se va a presentar, hará cualquier cosa con tal de impedir que Soraya se apodere de Génova", comentan con discreción.
Sáenz de Santamaría no ha movido públicamente un dedo en todo el proceso sucesorio. Su entorno daba por hecho, este fin de semana, que presentaría su candidatura. Quizás en el último minuto, el miércoles por la mañana. "Controla el voto de los militantes en circunscripciones clave, como Andalucía, País Vasco, Castilla y León", añaden. Todo son cábalas. Y aritmética.
Cospedal, pese a su condición de secretaria general, no goza del respaldo generalizado de las bases
El sistema de elección de presidente, en doble vuelta, convierte el voto de los compromisarios en los grandes jueces de la contienda. "Soraya se lo lleva trabajando desde hace meses. Sigilosa y minuciosamente, según dicen. Ha colocado gente fiel al frente de las regiones clave", aseguran. Cospedal, pese a su condición de secretaria general, no goza del respaldo generalizado de las bases.
El tercero en disputa
Pablo Casado, quizás conocedor de la renuncia de Feijóo, puede actuar como factor desequilibrante de esta gran batalla del PP. Su candidatura, presentada sobre la marcha y con los ribetes de la sorpresa, goza de un amplio respaldo entre la militancia. Defiende los valores y los principios que siempre caracterizaron al PP. "No tiene enemigos directos ni se ha enfangado con las pugnas intestinas", señalan. El único problema es el asunto judicial de sus estudios universitarios, que, casualmente, han emergido nuevamente en estas horas decisivas.
Piensan en el PP que Cospedal apoyará a Casado si la ex vicepresidenta decide finalmente presentar batalla. "Hará todo lo posible por no facilitarle las cosas", añaden. Todos los escenarios están ahora abiertos. Lo más probable es la disputa a tres, aunque, dado el sistema de elección, sólo dos llegarán a la recta final de la contienda. Santamaría y Casado parece la opción más factible. "Aunque Cospedal es guerrera y nadie la imagina haciendo un Feijóo", añaden.