Otra romería a Waterloo. Carles Puigdemont ha convocado a todos los diputados independentistas para centrar los objetivos del 'otoño caliente' con el que vienen amenazando a Pedro Sánchez desde hace ya unas semanas. Puigdemont ya recibió en Bruselas días atrás a Quim Torra, para perfilar el plan de acción. Ahora se trata de darle un impulso a nivel de cuadros políticos.
El bloque secesionista calienta ya las calles para lanzarse a la campaña de reivindicación de la república, cuyo pistoletazo inicial correrá a cargo, este próximo día 4, del presidente de la Generalitat. Quim Torra pronunciará un discurso, muy esperado entre sus fieles, desde el escenario del Teatro Nacional de Cataluña, en el que pretende transmitir la idea de que los estandartes de la independencia siguen vivos y en pie. "Atacar al Estado", a sido su frase más comentada en los últimos días.
Puigdemont no quiere perder perfil, pese a que sigue prófugo en el exterior, sin planes de futuro concretos. Todos los diputados y consejeros con escaño están convocados a dos jornadas de 'retiro' en Waterloo para ultimar estos preparativos, una vez escuchado el discurso de Torra. La Diada del once de septiembre será el aldabonazo de salida.
La idea es inundar la Diagonal con lazos amarillos, una simbología que está provocando crispación y algún altercado en las calles catalanas. Tanto, que la Fiscalía ha dado orden de investigar la acción de los Mossos contra quienes retiran estos plásticos amarillos. La agresión a una mujer que paseaba con sus niños en un parque de Barcelona movió tanto a Puigdemont como a ERC ha hacer un llamamiento a la calma y a no entrar en provocaciones.
También esta semana se desperezará el Parlament, cerrado intempestivamente en junio y sin fecha de reapertura hasta octubre. Las tensiones entre los independentistas surgidas en torno al relevo de los diputados 'exiliados' fue el detonante de ese enfrentamiento, ahora dicen que en vías de superación. La Mesa y la Junta de portavoces están convocadas este martes para intentar adelantar la celebración de un pleno previsto para los días 2,3 y 4 de octubre, es decir, al día siguiente del aniversario de la celebración del referéndum ilegal.
Desempolvar el 155
Las relaciones del secesionismo con el Gobierno socialista no transcurren por caminos de distensión. Tras las amenazas de Torra de volver a la vía unilateral, Pedro Sánchez amagó con desempolvar el 155, algo que le reclaman desde Ciudadanos y el PP. Las entidades de agitación animan ya a los separatistas a participar en las movilizaciones que están previstas para las próximas semanas. Incluso desde la ANC se amenaza con la convocatoria de una huelga general 'de país' en coincidencia con el 1-O.
"Habrá mucho ruido en las calles y en los medios, pero poco más", piensan en Moncloa, convencidos de que no se intentará de nuevo promover un intento de ruptura con el Estado. Una actitud de relajada confianza, basada en el convencimiento de que Torra carece del apoyo que en su día tuvo Puigdemont para avanzar hacia la proclamación 'interruptus' de la república.