"Derechos o derecha". Esta es, de momento, la más feliz aportación del presidente del Gobierno a la precampaña andaluza. El socialismo del sur entra en pánico a la que desde Moncloa le anuncian una nueva visita de Pedro Sánchez. Lo temen más que la ministra Rivera a un coiffeur. Sabido es que el líder del PSOE espanta votos. Allá donde va, hunde a su equipo. Así ocurrió en las elecciones gallegas, en las vascas, en las de Castilla y León. Por no hablar de las madrileñas, donde él solito encumbró a la nueva lideresa nacional de la derecha. Logró, eso sí, una raquítica victoria de Salvador Illa, insuficiente para gobernar Cataluña.
Antes de los mítines, nuestro héroe fatigó en Davos a un auditorio colmado de butacas vacías, ante el que recitó una fábula sobre nuestra deriva económica, encaminada ya de cabeza hacia el abismo, como aquí dejaba bien expresado Rodríguez Asensio. Estanflación de libro, sin rumbo ni programa, sin proyecto ni medidas. Todo al albur de la improvisación y la chapuza. Una situación preocupante, una desidia calamitosa que enerva no poco en Bruselas, donde los funcionarios de colmillos como arpones remiten a la cúpula de la Comisión informes rebosantes de alarmas, alertas, warning, luces rojas y demás signos de prevención ante el 'problema español'. O reformas o recortes, advierten los comisarios europeos a Nadia Calviño, que se encoge de hombros y mira al tendido como si tal. Sánchez, más inclinado a la arrogante displicencia, escucha estos avisos con desprecio y canturrea lo de "soy demasiado grande para caer". Y, de paso, coloca una salmodia sobre microchips, España será un mix de California y Taiwan. Así de fácil.
La realidad les da la espalda todos los días hasta el punto de que no hay sondeo, a estas alturas, que no anuncie una victoria del lado de Vox y del PP, sea cual fuere el orden final de los factores
La economía decide. El bolsillo vota, aunque los estrategas socialistas que diseñan la estrategia andaluza se empeñan en juguetear con esos mantras apolillados que yuxtaponen derecha con caverna y que apestan a mercadería podrida y alcanfor. La realidad les da todos los días la espalda. No hay sondeo que ignore la inapelable victoria del lado de Vox y del PP, sea cual fuere el orden final de los factores.
Tan negro es el horizonte que el líder socialista ha decidido lanzarse a la batalla para evitar que la catástrofe adquiera dimensiones bíblicas. Y ahí está el problema. Sánchez es garantía de fracaso. Un yeta, un mufa, un malaje infernal. Pretende ahora demostrar lo contrario y rearmar a sus filas en el territorio que siempre fue fortín y símbolo del PSOE, pieza clave de acceso al control de la Moncloa. Ha cometido tres errores que sin duda actuarán como elementos decisivos en la noche de las urnas. Tres patinazos superlativos, tres jugadas suicidas.
Ir con la letanía de las chorizadas al territorio del saqueo de los Eres, la cocaína, los prostíbulos, al cortijo de Chaves y Griñán, es como regalarle al Pacma entradas para ver a Morante en la isidrada
Primero participó muy activamente en la defenestración de Pablo Casado al maniobrar bajo cuerda en el affaire de las mascarillas del hermano de Ayuso. Un error palmario ya que esa estratagema, rastrera y torpona, propició el relevo en Génova y el advenimiento a la séptima planta de la sede popular de un político, severo y circunspecto, con mayores garantías de triunfo electoral.
El segundo disparate, quizás no de Sánchez sino de sus ochocientos asesores, despistados como turco en la neblina, ha consistido en jalear el espantajo de la corrupción como arma de combate para recuperar la Junta. A quién se le ocurre hablar de corrupción en Andalucía, durante cuarenta años saqueada sin tregua por la izquierda. Ir con la letanía de las chorizadas al territorio de Chaves y Griñán, de los Eres pirateados, de la cocaína, los prostíbulos... es como regalarle al Pacma entradas para ver a Morante en la isidrada. En su irrecuperable confusión, han recurrido incluso a viejos audios de Villarejo con voces de gente que hace siglos dejó la política. "Mangantes", gritaba Sánchez desde su escaño a un PP que ya ni siquiera existe, que se evaporó el día mismo en el que Casado perdió su silla y llegó Feijóo.
Finalmente y tercero, Sánchez consumó su previsible harakiri al mantener al triste Juan Espadas como cabeza de lista. Y no porque el acalde de Sevilla sea un político gris y ramplón, sin fuerza en la oratoria ni enganche en el auditorio. El problema es que Espadas no es Susana Díaz, a quien le endilgaron el papel del 'payaso de las bofetadas' al estilo León Felipe y se llevó toda la responsabilidad del sonoro revés electoral de 2018, la caída del puño y la rosa en su paraíso. Sánchez ya no podrá camuflar la confirmada derrota en la excusa de que el vencido no era uno de los suyos, que es cosa de la dirección andaluza, 'esos inútiles', dirá luego Bolaños.
Pues no. Espadas es Sánchez y viceversa. Lo que le ocurra a uno se le apuntará al otro. No hay posibilidad de escamotear el naufragio andaluz, de sacudirse las culpas, de acuchillar a un chivo expiatorio que pase por allí. Sin el cetro de Andalucía, el PSOE es un partido demediado y menguante, raquítico y canijo. El tortazo del sur será, por lo tanto, la antesala del descarrilamiento del sanchismo. Por derecho o por derecha, a elegir.
axiostfe
Y cuarto, porque la lista no acaba, que aún quedan semanas hasta las elecciones, la torpe maniobra de la alcaldesa de Salobreña, al parecer, siguiendo instrucciones superiores. No hay que olvidar las balas de origen incierto y la navaja llavero (que ni siquiera llegaba a la categoría de navaja suiza) enviada por una persona con problemas psíquicos de la campaña de Madrid o las acusaciones de homofobia, machismo y racismo a un candidato en CyL por lo que posteó siendo casi un adolescente y de donde ni afilando muy bien la bola de billar se puede inferir ninguna de las tres cosas. Estamos a la espera de la quinta jugada, por consiguiente, aunque tal vez ya se haya producido con la declaración de Calviño a raíz de la matanza de California de que Abascal quiere repartir armas a la población cuando en realidad quien se mostraba partidario de ello era el sr. Iglesias Turrión. Hay vídeo. Esperaremos la sexta entonces. Lo triste, para los tahúres, es que cada jugada solo acentúa su desgaste y suma potencia a sus adversarios.
Manuteide
Cuanto mayor sea la victoria del PP - VOX..mejor. a ver si desparece los socialistas y los podemitas.
CRITICO
Y además, y no es un aspecto baladí, es el bolsillo : los que no queramos pagar más impuestos, con la propuesta electoral del PSOE de aumentar el ISD, ya sabemos lo que tenemos que hacer ; como mínimo no votar a un partido que con o sin partidos más radicales , si cabe a su izquierda, pretenderán revocar la bajada del ISD de los gobernantes actuales y aumentar el IRPF, ITP, etc etc, si no se les ocurre encima por crear nuevos impuestos a la carta, con los que aumentar el gasto publico, básicamente el del del gasto corriente de más personal laboral fijo en nuevos chiringuitos, agencias, observatorios, fundaciones publicas, etc o inflando más de conocidos, militantes y familiares los que ya crearon durante 3 decadas el PSOE de Andalucía.
giledu
No seré yo el que defienda a Bonilla, paradigma de lo inane, de la duplicación de la administración en la Comunidad andaluza, y dándose de bruces con una realidad alimentada por la clase política a la que ha pertenecido "su" PP de toda la vida. Pero el PSOE debe desaparecer, hundirse, quedarse varado en la orilla y no volver a aparecer en la escena política, tal ha sido su deriva, su sinvergonzonería (que continúa) y sus fechorías. Esperaría que ganare en votos VOX, solo porque tienen el derecho a la duda aún, y gente en lo alto que "parece" diferente; ojo, únicamente en lo alto. Una mayoría absoluta de una derecha razonable con un programa excelente pero casi imposible de cumplir a corto y medio plazo, y un centro (bueno, actualmente el PP no sé lo que es, anclado a la agenda 2030 y asociados a las acciones "sociales" del peligroso buenismo europeo) que necesita estar controlado.
marqueslinchado
¡Qué difícil se está poniendo distinguir entre charos y fascistas!