Yolanda Díaz se estrelló este domingo en las urnas. La líder de Sumar espera que otro Gobierno con Pedro Sánchez, factible tras los resultados, le salve de la 'venganza' de Pablo Iglesias e Irene Montero. Su nuevo partido, que aglutinó a toda la izquierda a la izquierda del PSOE, fue incapaz de superar los 35 escaños que logró Unidas Podemos hace cuatro años. Sumar se queda con 31 asientos y 3.009.886 votos, 109.478 papeletas menos que en 2019.
Lo cierto es que el núcleo duro del partido se había puesto un objetivo de entre 35 y 40 escaños. Y no se ha conseguido. De momento, en Sumar solo piensan en poder reeditar la coalición. Esa era la baza que jugaban. Pero una posible repetición electoral puede tensionar aún más las costuras del frágil equilibrio interno que mantiene unidas las quince siglas que conforman la coalición de Yolanda Díaz.
Si algo queda claro es que Podemos será un contrapeso dentro de Sumar. Tanto la secretaria general morada, Ione Belarra, como la secretaria de organización, Lilith Verstrynge, han conseguido el escaño. La primera por Madrid (iba en el quinto puesto) y la segunda por Barcelona (iba en el segundo). Pero ambas serán un renglón diferenciado dentro del grupo parlamentario. Es más, previsiblemente, tendrán voz propia. Su objetivo será volver al Gobierno y ahí pelearán con Yolanda Díaz. Y también con Pedro Sánchez.
El reparto de poder interno
El reparto de fuerzas dentro de Sumar queda así: Movimiento Sumar, el partido nave, se hizo con 10 diputados; Podemos, con 5; IU, con 5 también; En Comú Podem, también 5; Compromís, con 2; Más País, con 2; Més, con 1 y la Chunta Aragonesista, también con 1. La situación interna del grupo es, por tanto, una bomba de relojería que amenaza con reventar la dinámica de entendimiento.
Si hay alguien contento en la galaxia morada es Irene Montero. La ministra de Igualdad sabe que levanta pasiones en ciertas capas de la izquierda. Por eso, su silencio en esta campaña ha sido aún más estruendoso si cabe. La ministra de Igualdad y número dos de Podemos se ha vengado del veto de Yolanda Díaz. No ha movido un solo dedo por Sumar. Y puede que la pérdida de apoyos de Sumar se haya producido por esta situación. Y eso no debe sorprender a nadie, según las fuentes consultadas en Podemos, porque Montero se ha sentido vilipendiada por la ministra de Trabajo.
No solo es que no haya ido en la lista, es que ha habido dirigentes del partido de Yolanda Díaz que se han quejado incluso de que ha hecho mutis por el foro. Y eso ha indignado a Montero, porque en Sumar no querían compartir cartel con ella ni en broma. Ni la líder ni el resto de grandes rostros de la izquierda. Ahora, los morados pondrán el ojo en Íñigo Errejón. Porque en Podemos ha habido, en efecto, cierto recelo por quiénes han pilotando la campaña y quiénes han diseñado el programa electoral con el que Yolanda Díaz se ha sometido al examen de las urnas.
El núcleo pensante de Sumar
La vicepresidenta segunda se ha rodeado de un grupo cerrado que ha ido cada vez va más por libre. En el programa, según las fuentes consultadas, han sido determinantes el flamante portavoz, Ernest Urtasun; la eurodiputada María Eugenia Rodríguez Palop y el ex de Podemos Pablo Bustinduy. Eso sí, la estrategia es cosa de tres: del gurú de discurso de Yolanda Díaz, Rodrigo Amírola, del propio Urtasun y de Íñigo Errejón. El líder de Más País mueve los hilos y, además, se desenvuelve mediáticamente como responsable de las medidas del Gobierno de coalición.
Y eso, claro, levanta ampollas entre los morados. "A Podemos no se le ha consultado la estrategia. Yolanda [Díaz] dejó claro que era cosa de ellos y Podemos lo aceptó. En el programa hay muchas medidas muy interesantes, aunque, evidentemente, no es el programa de Podemos: es el programa de Sumar, donde [Íñigo] Errejón influye más que Ione Belarra", sintetizó a este diario una fuente morada de peso. La cúpula de Podemos sabe que su espacio tiene opciones de incendiarse ahora que Yolanda Díaz ha caído por debajo de los 35 escaños. En el cuartel de Francisco Villaespesa han esperado el 'golpe' de la vicepresidenta segunda. Ahora, es probable que intenten reventar Movimiento Sumar para volver a ser la "nave nodriza" de la izquierda a la izquierda del PSOE.
En efecto, Podemos inició una etapa de repliegue para construir "poder cultural, poder social y poder militante" frente al partido de la vicepresidenta segunda que, piensan los morados, "no tiene estructura ni un horizonte claro". Ese es el plan, según contó la propia líder, Ione Belarra. Podemos asumió que en esta ocasión no le correspondía liderar tras el golpe del 28-M. Pero ya es el lunes siguiente a las elecciones; ya ha llegado la guerra contra la amalgama de fuerzas de Sumar y con capitana al frente: Irene Montero.
Urenga
"LE salve de la 'venganza", a la Yoli, dos veces. Otro nuevo miembro leísta de la cuadra de VP. Éste ha sido un arranque tímido, sólo dos, veremos si es capaz de emular los logros de Bea y Gema.