Podemos no logra frenar la sangría de dirigentes después de la salida de Íñigo Errejón y la dimisión de Ramón Espinar. Ayer le tocó a Pablo Bustinduy, uno de los miembros históricos del partido morado, que desembarcó con Pablo Iglesias en la Eurocámara en 2014 y que mantiene fuertes vínculos con los ambientes de Bruselas. "Le presionaron desde el equipo de Errejón", atacan algunos miembros de Podemos.
Bustinduy, aseguran en Podemos, nunca respaldó la escisión del ex Secretario de Análisis Estratégico. Pero también es cierto que el diputado de Podemos y exportavoz del Grupo Parlamentario de Unidos Podemos en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso siempre se vinculó a las tesis de Errejón, aunque mantuvo buenas relaciones con Iglesias.
En el entorno del secretario general se le había considerado un cabeza de puente con otros dirigentes errejonistas. El partido confió en él hasta el final. Le dejaron la responsabilidad de la última intervención del grupo parlamentario en el Congreso: aquel discurso, marcado por una vuelta a las orígenes, fue muy aplaudido por sus compañeros, pero sonó a despedida, como finalmente ha sido.
Si bien los de Iglesias aseguran que mantiene su cargo como referente en la política exterior del partido, algunos dan por hecha su salida de la formación y van incluso más allá.
Explican que Bustinduy lleva semanas trabajando en la sombra con Errejón. Y concretamente con Tania Sánchez, aportando contactos y apoyo logístico a la construcción del nuevo partido de Errejón. Es decir, que su figura ya entraría a formar parte de la ‘opa’ que el ex número dos de Podemos ha lanzado contra su partido y que va sumando cuadros de Podemos.
En su carta enviada ayer, Bustinduy evitó hablar de seguir en Podemos. Más bien recalcó su decisión de desmarcarse del “nuevo ciclo político”. Pocas horas después, Más Madrid, la plataforma de Errejón y Manuela Carmena, anunció haber llegado a un acuerdo con Izquierda Unida en Rivas-Vaciamadrid, el enclave ‘rojo’ en la Comunidad Madrid y municipio simbólico porque ahí residieron Iglesias, Irene Montero y Tania Sánchez.
Contrario al reconocimiento de Guaidó
Bustinduy (Madrid, 1983) es un politólogo que se ha formado en el Instituto de Estudios Políticos de París y en la New School for Social Research de Nueva York. Hijo de la exministra socialista Ángeles Amador (en el gobierno de Felipe González), en los últimos compases de la legislatura destacó por su rechazo al reconocimiento de Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela.
"No puede llamarse demócrata quien aliente un golpe de Estado o una guerra en Venezuela", dijo el diputado de Podemos. "Los gobiernos no se autoproclaman, ni son decretados desde Washington. Se eligen y se cambian en las urnas. El Gobierno de EEUU prepara desde hace meses un golpe militar en Venezuela”, dijo y criticó a Pedro Sánchez por reconocer a Guaidó como “presidente encargado”.
Bustinduy formó parte del primer equipo de dirigentes de Podemos. Y según algunos miembros de Podemos sufrió a lo largo de las últimas semanas “fuertes presiones” por parte del propio Errejón para que saliera de Podemos. Y, según esta tesis, finalmente cedió a esas presiones.
"Siempre ha sido un puente. Yo creo que a él le golpeó la salida de Errejón, no le pareció la mejor de las formas, pero es una persona que tiene sus amistades divididas. Entiendo que le resulte ingrato hacer una campaña electoral con parte de su gente amiga en el partido de Errejón. En esa tesitura no se siente con fuerzas", dijo ayer Juan Carlos Monedero en una entrevista con Efe.
La plana mayor de Podemos evitó ayer arremeter contra él, un gesto que refleja el agradecimiento por haber evitado filtraciones no deseadas a la prensa para evitar un relevo traumático con la profesora Eugenia Rodríguez Palop, especialista en derechos humanos y feminista, ahora nueva cabeza de lista de Unidos Podemos para las europeas. Rodríguez Palop se convierte en el último fichaje de independientes de la formación morada, después de la juez Victoria Rosell, que encabezará la candidatura de Podemos al Congreso por Las Palmas.
El propio Bustinduy y la cuenta oficial de Podemos anunciaron prácticamente al unísono la decisión del dirigente de dar un paso al lado. Un movimiento “difícil”, que Bustinduy achacó a motivos personales, pero también al “mundo complejo, duro y a veces descarnado" de la política.
Con él salta definitiva por los aires la “lista de unidad” de las europeas, el último intento de Iglesias para evitar la descomposición de su partido. Y todo ocurre a un mes de las elecciones generales, y dos de las europeas y autonómicas.