Pregunta: ¿Qué espera de la reunión este lunes en La Moncloa entre Pedro Sánchez y el presidente de la Generalitat, Quim Torra?
Respuesta: Pues que sea la primera de una serie; Que sirva para poner en marcha los mecanismos bilaterales de relación entre ambos gobiernos, para que se empiece a crear un cierto clima de confianza sobre el que desarrollar un diálogo político.
P: ¿Comprende la estrategia de Torra de dar dos pasos adelante y uno atrás? Es decir: volvemos a las comisiones bilaterales con el Estado, aceptamos las reglas del juego pero por otro lado visitamos a los presos, decimos que hay que hablar de la autodeterminación...
R: Más que un paso para adelante y otro para atrás, lo que ocurre es que en el mundo independentista hay conciencia de que la vía unilateral ha sido un fracaso importante y, por tanto, tienen que mantener un discurso muy reivindicativo pero, digamos, ajustado a la realidad y a la legalidad. Por eso vemos las dos cosas. Es normal que ellos manifiesten su solidaridad con los dirigentes que están en prisión y que eso no les impida establecer una relación institucional normal con un Gobierno de España que está dispuesto a ello.
P: ¿Qué le parece que Carles Puigdemont se reconozca expresident, en la medida en que ya ha solicitado los honores que le corresponden como tal: asistentes, coche oficial, chófer y escolta?
R: Es, sencillamente, un intento de ajustarse a la realidad... pero muy a su manera. Intenta jugar con la idea de que hay una legitimidad que se mantiene, pero, por otro, hay que aceptar que es expresident. Lo que pasa es que es una realidad muy poco normal porque está fuera de España intentando no comparecer ante la Justicia española.
P: ¿De las reuniones preparatorias de la entrevista Sánchez/Torra que ha mantenido usted con el ex president y la ministra Batet con la portavoz de la Generalitat, Elsa Artadi, sacan ustedes la conclusión de que el soberanismo catalán se daría por satisfecho con una reforma del Estatut?
R: Primero, mi reunión con el president Torra fue en el marco de una ronda que convocó el con todos los grupos parlamentarios y, por tanto, no tenía relación directa con la reunión del lunes. Dicho esto, yo creo que el independentismo quiere la independencia y ese va a seguir siendo su objetivo; y, por tanto, tampoco cabe esperar que renuncien a él. Torra, ya lo ha dicho, planteará el lunes sus aspiraciones y sus objetivos políticos sabiendo que no son compartidos por el Gobierno de España.
"Durante un tiempo, los discursos del independentismo catalán y la realidad no van a ir de la mano"
P: Pero hay pulso. Se está viendo en el Parlament de Cataluña: por un lado, moción de las CUP que apoyan Junts pel Cat y ERC, pidiendo que se respeten los "objetivos" del referéndum, que ustedes quieren impugnar; y, por otro lado, ustedes, los Comunes, Junts pel Cat y ERC firman otra pidiendo a Torra "diálogo"... ¿Como se come eso?
R: Lo decía antes de otra manera: ellos tienen que mantener un discurso, unos objetivos y una retórica y, por otro lado, tienen que ajustarse a una realidad, por más que no les guste. Así que durante un tiempo los discursos del independentismo y la realidad no van a ir de la mano; y, seguramente, para cambiar de posición política, si es que se produce ese cambio, van a necesitar mucho tiempo. Por tanto, a mí no me extrañan algunas de las cosas que hacen y dicen porque tiene mucho que ver con lo que han dicho y hecho en el pasado y con lo que se comprometieron con sus electores... una cierta disonancia entre discursos y realidad vamos a tenerla durante un tiempo.
P: La portavoz de la Generalitat, Artadi, ha llegado a reconocer que los ayuntamientos catalanes ahora están saneados. Y, no lo ha dicho así, pero se entiende que los proveedores también vuelven a cobrar... ¿hasta que punto el 155 resultó beneficioso para que Cataluña volviera a la normalidad?
R: Bueno, "beneficioso" no se puede decir que haya sido el 155, en la medida en que fue una situación excepcional de intervención del Estado, pero sí es cierto que durante ese período hubo una mayor fluidez en algunas gestiones administrativas y financieras. En fin, algunos ayuntamientos han visto como antiguas deudas eran abonadas... pero, vaya, yo no me atrevo a hacer un balance "beneficioso" en el sentido de que eso fue una situación excepcional.
P: Si usted fuera fiscal general del Estado, ¿ordenaría mantener la calificación de "rebelión" en el juicio por el 1-O o lo rebajaría a sedición?
R: Yo ya he dicho que, tal y como está expresado en el Código Penal, se me hace difícil aplicar el delito de rebelión a lo que pasó. No sé lo que haría pero, en fin, yo creo que ese delito estaba pensado para otro tipo de actividades y, en cualquier caso, lo que sin duda hubo es un intento de romper España y de anular la Constitución y el Estatuto; y eso, sin duda, en algún tipo delictivo debe recaer. Pero a mi me parece que no es precisamente el de rebelión.
P: Visto desde fuera llama la atención que el presidente Torra insista, no solo en que los presos estén en cárceles catalanas, sino que sean puesto en libertad sin cargos. Como si no hubiera pasado nada ni en la sesión del Parlament el 6 y 7 de septiembre con las leyes de referéndum y transitoriedad, ni en el referéndum ilegal del 1-O, ni en la proclamación de la república el 27 de octubre
R: Vamos a ver, es que aquí se mezclan cosas diversas. Una prisión preventiva tan larga yo dije desde el primer momento que la consideraba desproporcionada. La prisión preventiva está prevista para otro tipo de delitos y de supuesto. Pero, vaya, esto es opinable. Los independentistas dicen que no se produjo ningún delito; yo creo que alguno se produjo y en un sistema como el nuestro quien debe determinarlo es un tribunal a través de una sentencia.
"Si atacas el carácter democrático de España, el embajador te va a replicar; lo sucedido en Washington fue bastante penoso, la verdad"
P: ¿Qué le pareció el incidente que protagonizaron en Washington el presidente Torra y el embajador de España, Pedro Morenés?
R: Yo creo que la actitud del embajador español fue correcta. Lo que ha chocado mucho es que Torra no se quedara a escucharle. Es decir, Morenés se quedó a escuchar lo que el presidente de la Generalitat quiso decir, le replicó en un tono -yo creo que correcto- lo que consideraba que no se ajusta a la realidad, y ahí Torra, al ausentarse, causó un incidente. Si atacas el carácter democrático del Estado, el embajador de ese Estado te va a replicar. Yo creo que fue un incidente, la verdad, bastante penoso, y además demuestra que, a nivel internacional, la mejor manera de actuar es desde la cooperación y lealtad entre los gobiernos y no desde la competencia.
P: ¿Cree que el Gobierno está manejando bien el asunto catalán, ese reparto de papeles entre el ministro Borrell, con un discurso duro, y la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, más dialogante?
R: Yo no creo que haya un reparto de papeles. Creo, por ejemplo, que si alguien le pregunta a la ministra Batet por el incidente de Washington, ella apoyaría al embajador de España. Lo que pasa es que Borrell y ella se ocupan de cosas distintas. El Gobierno ha dicho muy claramente que su actitud va a ser de diálogo, de mano tendida, pero al mismo tiempo no puede ser otra que la defensa de la legalidad, de la integridad territorial española, de la Constitución y del Estatuto.
P: Es decir, que si tuvieran que aplicar otro 155, Sánchez no lo dudaría
R: Bueno, creo que esto quedó más que demostrado ya en su día. Pedro Sánchez no tenía ninguna obligación de apoyar a Mariano Rajoy. Es un hombre que incluso había abandonado su escaño para no tener que abstenerse en la investidura de Rajoy y, sin embargo, cuando se produjo una crisis de Estado no dudó un segundo en ponerse al lado del presidente del Gobierno. Por tanto, quien piense que Sánchez no va a defender la unidad de España y la Constitución, cometerá un error gravísimo. Él lo defenderá.