España se está convirtiendo en una de las potencias líderes en tratamientos de reproducción asistida, un sector donde las clínicas privadas llevan la delantera y facturan de media más de 600 millones de euros al año. El envejecimiento de la población, la dificultad a la hora de conciliar y la precariedad laboral está suponiendo que la mayor parte de las mujeres de nuestro país tengan hijos -si los tienen- mucho más tarde que antes. Como consecuencia, cada vez son más las que recurren a las clínicas de reproducción asistida para poder quedarse embarazadas.
Esta semana, la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) ha publicado los últimos datos disponibles del Registro Nacional de Actividad en reproducción asistida, correspondientes al año 2017. Según esta base de datos, en nuestro país se realizó un total de 140.941 tratamientos de fecundación in vitro, además de un total de 40.177 inseminaciones artificiales. Esto convierte a España en uno de los países europeos donde más procedimientos se realizan al año.
No obstante, otro de los datos más relevantes que se desprenden de la información publicada por la SEF, a la que ha accedido Vozpópuli, es que la partida de mujeres extranjeras residentes en otros países que se han sometido a ciclos de fertilización en nuestro país creció un 14% durante 2017, hasta alcanzar los 14.486 ciclos. Esto supone que los tratamientos realizados en pacientes que viajan a nuestro país con el único objetivo de ir a una clínica de reproducción asistida suponen el 10% del total.
De hecho, de acuerdo con los últimos datos disponibles de la Sociedad Europea de Embriología y Reproducción Humana (ESHRE, por sus siglas en inglés), España concentra un 40% del denominado como 'turismo de fertilidad' en Europa.
Mayor flexibilidad legislativa
Los motivos por los que deciden viajar a España para someterse a una fecundación in vitro, donar sus óvulos o cualquier otro tipo de técnica de reproducción asistida en nuestras clínicas responden a diversos factores: por un lado, cuentan con una legislación mucho más favorable que en otros países de Europa, los tratamientos tienen un importante reconocimiento internacional, implican poco tiempo de espera debido a la enorme cantidad de gametos disponibles y son bastante más económicos que en otros países europeos.
De hecho, la mayoría de las pacientes extranjeras que acude a nuestro país en busca de una clínica de fertilidad son francesas e italianas. Las galas suponen un 47% del total, mientras que las italianas rondan el 20%, de acuerdo con la SEF. Italia cuenta con una de las legislaciones más restrictivas en lo que respecta a la reproducción asistida, mientras que en Francia, que una mujer congele sus óvulos para darles uso más adelante está prohibido, ya que las donaciones tienen que ser completamente anónimas.
De hecho, la inmensa mayoría de los tratamientos a los que se someten las extranjeras en nuestro país -un 66%- son de donación de óvulos. La afluencia de francesas que acuden a España para donar sus óvulos o congelarlos es tal que ha llegado a despertar un debate sobre la legalidad del asunto, ya que son muchas las parejas y mujeres solteras que reclaman el derecho a tener hijos independientemente de su situación.
IVI, el principal operador mundial
Se estima que el valor total de los tratamientos que se realizaron durante 2018 en España ronda los 615 millones de euros, lo que supone un crecimiento de un 30% en apenas cuatro años. De hecho, nuestro país también cuenta con cadenas de clínicas líderes, como es el caso del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), el mayor grupo de reproducción asistida del mundo.
La cadena cuenta con más de 70 clínicas en 13 países diferentes, como Panamá, Chile, Brasil, Argentina, Emiratos Árabes u Omán. De acuerdo con la compañía, de media realiza más de 30.000 ciclos de fertilización al año y, en sus más de 27 años de actividad, ha registrado 160.000 bebés nacidos.
A nivel general, el número de centros especializados ronda los 300, según datos del último informe sobre el sector del Observatorio Sectorial DBK de Informa. Tal y como señalan, la tendencia es que esta cifra crezca, debido “al fuerte impulso de la demanda”, lo que está fomentando un “alto ritmo de apertura” de nuevos establecimientos. Cerca del 74% del total se ubica en conjunto en las comunidades autónomas de Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid.