Existe una importante diferencia de opiniones entre la alianza de vacunas formada por Italia, Francia, Países Bajos y Alemania y el Gobierno español. Mientras que esta alianza de países europeos apuesta por repartir la vacuna contra la covid-19 -una vez esté lista- en función de la población que tenga cada nación que forme parte del proyecto, nuestro Ejecutivo defiende que sea por criterios epidemiológicos: es decir, que aquellos países donde la incidencia del virus haya sido mayor tengan derecho a más dosis.
La Alianza Inclusiva por la Vacuna (IVA, por sus siglas en inglés), es un acuerdo independiente que no depende de la Unión Europea. Hace apenas unos días logró alcanzar un acuerdo millonario con la compañía farmacéutica británica AstraZeneca para garantizar el acceso a entre 300 y 400 millones de dosis de la vacuna contra la covid-19 que está desarrollando junto con la Universidad de Oxford.
Según apuntan fuentes del sector a Vozpópuli, es probablemente una de las que más posibilidades de éxito tiene. Además de este acuerdo estos cuatro países europeos, el laboratorio ha comprometido 700 millones de dosis con Reino Unido, Estados Unidos, la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations y con la Alianza Gavi y otros 1.000 millones con el Serum Institute de India, que irían, principalmente, a países con menos recursos. En total, serían 2.000 millones de dosis las que planea producir.
Por tanto, para que España tenga acceso a los 400 millones de dosis que ha pactado junto a AstraZeneca, tendrá que negociar la manera de formar parte de esta alianza independiente que, si bien es inclusiva, ha advertido en todo momento que aquel país que quiera incorporarse tendrá que hacerlo bajo las condiciones suscritas.
Una de las iniciales era disponer de capacidad de producción de vacunas, un requisito que aparentemente España no cumplía, pero que de acuerdo con fuentes del sector, no será un inconveniente. Lo que sí podría serlo es la diferencia de opinión sobre el criterio por el cual se repartirán estas dosis una vez lleguen a sus manos.
Sanidad apuesta por la iniciativa de la Comisión Europea
Desde el Ministerio de Sanidad han explicado a este diario que por el momento, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, solo ha mostrado su apoyo públicamente a la iniciativa de la Unión Europea de crear un fondo de unos 2.400 millones bajo el cual se pueda asegurar la compra anticipada de vacunas para toda la Unión Europea.
La idea es lograr negociar con las compañías farmacéuticas de manera conjunta para garantizar un acceso equitativo a todos los países del bloque europeo. En este proyecto todavía no se han determinado qué criterios se repartirán las dosis de la vacuna de conseguirlas, ya que por el momento, no se ha materializado acuerdo alguno con ninguna compañía farmacéutica.
La realidad es que el objetivo de IVA es el mismo que el de Bruselas. La alianza surgió de manera paralela a los intentos de la Comisión Europea de establecer un ente de negociación con la industria farmacéutica, y por el momento, va por delante, teniendo en cuenta que el órgano negociador de la UE no ha alcanzado acuerdo alguno.
Según explican a Vozpópuli fuentes cercanas al Ministerio, si bien se están manteniendo conversaciones con esta alianza, no se ha alcanzado ningún acuerdo todavía. Desde el Paseo del Prado aseveran que formar parte de los dos proyectos "no es excluyente" y que están siguiendo de cerca los pasos de IVA.
¿Por nivel de población o por situación epidemiológica?
Garantizar que, una vez desarrollada una vacuna contra la covid-19 con éxito, llegue a todo aquel que la necesita en igualdad de condiciones será uno de los grandes retos a superar por la comunidad internacional. Basándonos en la experiencia de otras pandemias, sobre todo las más recientes, concentradas en el continente africano, este acceso universal muy pocas veces se cumple. Cómo están yendo las negociaciones anticipadas con la industria farmacéutica es prueba de ello. La Organización Mundial de la Salud y algunas coaliciones internacionales están trabajando en ello, no obstante.
Entonces, ¿qué método tiene más sentido, el de la alianza europea o el que defiende Salvador Illa? Según explica a este diario Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología y jefe de sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública de Canarias, el criterio que exige el Gobierno tiene mucho sentido, sobre todo teniendo en cuenta las circunstancias actuales.
"Garantizar que se hace un reparto justo y equitativo de la vacuna de la covid-19 es esencial", explica a Vozpópuli García Rojas. "En circunstancias normales, sustentar un reparto de vacunas en función del peso población en situación de normalidad es lógico, asumible y razonable. Pero la clave es esa, en situación de normalidad", asevera.
Según explica, en tiempos de pandemia la lógica es otra. "Cuando hay una pandemia, el peso principal debe debe pivotar alrededor de la situación epidemiológica en cada país. Si tenemos un país enorme donde apenas tiene peso la pandemia y al mismo tiempo un país muy pequeño donde el virus está mucho más presente y cuya población tiene más riesgo de infectarse, lo lógico es proporcionársela al país pequeño", concluye García Rojas.
Algo que siempre se tiene que analizar en estos repartos, según explica este experto, es el riesgo que corre la población de cada país, que no siempre está relacionado con su densidad poblacional. Por otro lado, dejar sin vacunar a gran parte de los ciudadanos de países donde la incidencia del virus ha sido muy alta puede suponer una amenaza a largo plazo, ya que es probable que la covid-19 siguiera activa, incluso con la vacuna.