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Científicos de Harvard establecen que el distanciamiento social será necesario hasta 2022 para acabar con la Covid-19

Un estudio elaborado por investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard estiman que si se quitan todas las medidas de distanciamiento, se podrían producir nuevos brotes hasta en 2024

  • Imagen al microscopio electrónico del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19

"El distanciamiento social, ya sea intermitente o prolongado, será necesario aún en 2022". Esta es una de las principales conclusiones de un estudio científico publicado en la revista Science por un grupo de investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard.

En el estudio, un grupo de epidemiólogos ha analizado toda la información que se tiene a día de hoy sobre la Covid-19 y otros coronavirus para anticipar varios escenarios posibles sobre cómo evolucionará la pandemia en los próximos meses. De acuerdo con los investigadores, es probable que algunas de las medidas de distanciamiento social, como el cierre de colegios, el teletrabajo o prohibir eventos multitudinarios tengan que mantenerse no durante semanas, sino durante los próximos dos años.

¿En qué se basan para pensar eso? Los investigadores creen que más que probable que después de esta primera oleada pandémica, el coronavirus regrese cada año en "brotes invernales recurrentes" y se convierta en una enfermedad estacional. Es una hipótesis en la que coinciden muchos expertos, pero todavía está por demostrar.

No levantar el distanciamiento social 

Según explican en el texto, aunque estos nuevos brotes de Covid-19 puedan ser más suaves que esta primera oleada que estamos viviendo, pueden suponer de nuevo el colapso de los servicios sanitarios si no son detectados a tiempo.

"Para evitar esto, podría ser necesario un distanciamiento social prolongado o intermitente hasta 2022", apuntan. Según explican, una de las claves para definir si es necesario o no mantener estas medidas es la capacidad de cada país de aguantar la tensión sobre el sistema sanitario que supone una escalada de casos de Covid-19. "Uno de los factores más importantes para analizar la efectividad del distanciamiento social es saber si las capacidades del sistema sanitario pueden o no aguantar la tensión", establecen.

Es por ello que recomiendan que aunque parezca que el virus haya desaparecido, no se deje de realizar testeos masivos de la población, ya que no descartan que se puedan producir nuevos brotes hasta en 2024. En ese sentido, señalan que los distintos Gobiernos deberían centrarse no sólo en limitar el contacto social y diagnosticar lo más pronto posible a la población, sino en dos cosas fundamentales: intentar encontrar una cura y aumentar las capacidades de sus sistemas sanitarios de manera definitiva.

"Para reducir la epidemia de SARS-CoV-2 y asegurar una atención adecuada a los enfermos graves, el aumento de la capacidad de atención crítica y el desarrollo de intervenciones adicionales son prioridades urgentes", aseguran en el estudio.

La inmunidad de grupo

Otra de las variables que analizan en el informe es la conocida como inmunidad de grupo o inmunidad de rebaño. Este concepto epidemiológico se consigue cuando una cantidad suficiente de la población ha superado la enfermedad y por tanto, es inmune a la misma. De esta manera disminuyen notablemente las probabilidades de transmisión del virus, hasta que desaparece. No obstante, este objetivo final cada vez está más lejos y se está empezando a poner en duda en relación con el coronavirus.

Una de las problemáticas que presenta la inmunidad que desarrollan las personas que superan el virus es que aún no se sabe cuánto tiempo dura. Así reconocía este miércoles el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, el doctor Fernando Simón. "Sabemos que las personas que superan el virus desarrollan anticuerpos y se vuelven inmunes a la enfermedad, pero desconocemos durante cuánto tiempo", apuntó.

Algo que también manifiestan los investigadores de Harvard en su artículo, que apuntan que aún no hay suficiente información sobre cómo funciona la inmunidad en el SARS-CoV-2. De hecho, si se demuestra que la inmunidad contra la Covid-19 no es permanente, aumenta con creces la probabilidad de que el coronavirus se vuelva estacional.

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