Una encuesta del Instituto de Salud Carlos III a personas no vacunadas de la covid-19 constata que estas tienen menor percepción de riesgo y conocimiento del virus, usan menos la mascarilla y evitan menos los lugares concurridos y las reuniones sociales.
Según han informado el Instituto de Salud en una nota de prensa, estas conclusiones se basan en el análisis de 2.312 respuestas obtenidas en el mes de octubre mediante un cuestionario on line lanzado a través de Whatsapp y redes sociales como Facebook, Twitter y Linkedln para conocer los motivos por los que determinadas personas eligen no vacunarse y su comportamiento ante la pandemia.
De los que completaron la encuesta, 1.998 no se habían puesto ninguna dosis. El 72 % adujo como principal motivo que no se vacunaba porque las vacunas "se han desarrollado muy rápido, no son seguras y están en fase experimental" mientras que para un 48 % la razón para no pincharse es que "las vacunas son malas para la salud y le preocupan los efectos secundarios".
Un 44 % justificaba su postura en que las "vacunas son un negocio", un 41 % sostenía que su salud era buena y no precisaba de vacunación y otro 41 % defendía su postura negacionista en que las vacunas contra la covid-19 "no funcionan".
Otras razones citadas por los antivacunas pasan por considerar que "el coronavirus no existe y las vacunas son un engaño", opinión que comparte el 12 %. Un 9 % argumenta que ha pasado la enfermedad y no necesita vacunare porque no se va a contagiar, un 8 % dice no hacerlo por "indicación médica o problemas de salud" y un 7 % se limita a decir que "no cree en las vacunas en general", aduce "motivos religiosos o éticos" y se postula como seguidor de la medicina natural.
Otras opciones citadas pero más minoritarias, son la "desconfianza en las farmacéuticas" en un 4 %; estar embarazada (3 %); no le gusta sentirse presionado u obligado a vacunarse (2 %); queda lejos el centro de vacunación, otro 2 % y problemas administrativos, miedo a perder el trabajo o simplemente prefieren esperar, en un 1 %.
Casi el 60 % de los encuestados que no se ha vacunado ha dicho no tener intención de hacerlo, mientras que un 33 % se ha mostrado inseguro y un 8 % ha mostrado disposición a vacunarse más adelante. A las 813 personas con dudas o intención de vacunarse más adelante, se les preguntó en qué circunstancias lo harían. El 66 % contestó que se vacunaría cuando pase un tiempo y compruebe que el suero es seguro, el 24 % si puede elegir qué vacuna recibir y el 16 %, cuando lo necesite para poder viajar.
Los resultados del estudio también muestran el comportamiento, la percepción de la gravedad de la pandemia y la alfabetización en temas de salud.
Entre los que no se han vacunado, la percepción de gravedad es baja y el porcentaje de no vacunados que piensa que la enfermedad sería "grave o muy grave" en caso de contagio es del 27 %.
Además los no vacunados usan menos la mascarilla que la población vacunada, ventilan menos los espacios cerrados, cuidan menos la higiene de manos, cumplen menos la distancia social y evitan en menor grado las reuniones familias, sociales o los actos multitudinarios.
Por otra parte, la alfabetización en salud entre la población no vacunada (entendida como facilidad para comprender, evaluar y aplicar la información relativa al SARS-CoV-2) es en general escasa y está muy por debajo de la población general.
La búsqueda de información entre los no vacunados es también menor. El 60 % indica que "nunca o casi nunca" consulta la información sobre el coronavirus y su confianza en las fuentes que la ofrecen es más baja que en la población general.
Otro asunto es que entre la población que no se ha vacunado, un 77 % cree que las medidas que se han adoptado "no han sido adecuadas" y un 62 % las califica de "exageradas", frente a un 26 y 16 %, respectivamente, del conjunto de la población.