Este miércoles, Inglaterra, una de las cuatro naciones que conforman Reino Unido, comenzó a relajar por primera vez las restricciones impuestas por el Gobierno del primer ministro, Boris Johnson, para intentar frenar la expansión de la covid-19 en el país. Una 'minidesescalada' marcada por la falta de cohesión entre las distintas regiones del país, unas feroces críticas a la 'caótica' gestión de Boris Johnson y ante todo, por unas cifras de fallecidos que no hacen más que aumentar.
En un principio, Johnson planeaba que ayer, miércoles, todo el país empezase a relajar poco a poco las medidas de un confinamiento que nunca quiso adoptar en un primer momento. No obstante, al igual que ocurrió con su estrategia inicial frente a la pandemia -donde intentaron no imponer cuarentena alguna con la expectativa de proteger a la economía- Johnson también ha tenido que dar marcha atrás a una desescalada a nivel nacional.
Es por ello que las medidas de relajación sólo afectan a Inglaterra, ya que Escocia, Gales e Irlanda del Norte mantienen el confinamiento de la población. La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, se ha convertido en una de las voces más críticas contra el primer ministro. De hecho, todas las regiones han comenzado a demandar más poderes para poder gestionar la salida del confinamiento a su manera.
Y es que la puesta en marcha de la desescalada en Reino Unido está siendo objeto de una importante controversia, con dos sectores radicalmente enfrentados: por un lado, aquellos que defienden la necesidad de reactivar la economía frente a los que advierten que el virus en el país sigue todavía demasiado activo como para que los británicos puedan empezar a retomar sus vidas.
La realidad es que la situación actual de Reino Unido en lo que respecta a la pandemia es de todo menos ideal. La decisión de al principio Johnson apostó por mantener abierta la economía y por una gestión del coronavirus más relajada, al estilo sueco, el grave aumento en el número de fallecidos y de casos que comenzó a registrar obligó a Downing Street a dar marcha atrás en su decisión e imponer un confinamiento más parecido al que hemos vivido en España.
Hasta 40.000 muertes
Una estrategia inicial que le ha pasado factura, ya que un mes después se ha convertido en el país europeo con más fallecidos por culpa de la pandemia. De acuerdo con las cifras oficiales proporcionadas por el Ministerio de Salud británico, se han detectado ya cerca de 33.000 fallecidos, al tiempo que las cifras diarias siguen estando por encima de los 600 muertos cada 24 horas.
Lo peor es que esas son las cifras optimistas, por así decirlo. Desde hace semanas la Oficina Nacional de Estadísticas británica (ONS, por sus siglas en inglés) ofrece un recuento alternativo, en el que también contabiliza los fallecimientos que se producen en los geriátricos. De acuerdo con sus cálculos, la cifra de muertes es de 40.000 personas.
¿Cómo han llegado a esta cifra? Los datos semanales que ofrece la ONS apuntan además a que en Inglaterra y Gales se produjeron 35.044 muertes sospechosas de estar provocadas por el coronavirus hasta el 9 de mayo. Al agregar esas cifras a las que publican por su parte Escocia e Irlanda del Norte, un total 40.496 personas pueden haber fallecido hasta ahora en el conjunto del país por COVID-19.
La 'minidesescalada' sigue adelante
No obstante, la postura que ha adoptado el equipo que asesora a Johnson -que se contagió de covid-19 y llegó a estar muy grave- es que ya han superado el famoso pico y ahora sólo puede mejorar. La comunidad científica del país está de dientes, ya que calculan que se siguen produciendo miles de contagios diarios y consideran que la idea de salir del confinamiento no podría ser peor.
No obstante, Downing Street se ha mostrado tajante en su decisión de desescalar, presionado por el gravísimo impacto que está teniendo la pandemia en su economía. Este miércoles, el Banco de Inglaterra pronosticaba que la economía británica perderá en torno a 500.000 millones de euros y que el PIB del país se desplomará a niveles nunca vistos. Por lo que parece, ni siquiera han logrado proteger a la economía.
Independientemente, ayer Inglaterra comenzó a levantar algunas de las restricciones muy poco a poco. Los británicos residentes en esa región podrán empezar a salir más de casa, sobre todo para hacer deporte. Por otro lado, aquellos trabajadores que no puedan teletrabajar y que no habían sido considerados esenciales también podrán ir a su puesto de trabajo, siempre y cuando se respeten las medidas de seguridad.
También abrirán algunos clubes deportivos, así como los centros que venden plantas y flores, uno de los hobbies que más popularidad ha obtenido durante la cuarentena. Por otro lado, si bien sigue estando prohibido el visitar a amigos y familiares en sus casas, los británicos podrán hacerlo al aire libre.
Las autoridades han recomendado el uso de mascarillas en el transporte público o si se encuentran en algún lugar cerrado. El Gobierno ha advertido de que se aplicarán multas en Inglaterra a quienes no cumplan con estas instrucciones. En el resto del país, las autoridades autonómicas creen que es demasiado pronto, por lo que la población sigue en estricta -si bien no tanto como en España- cuarentena.