La iniciativa del Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz de realizar pruebas rápidas de anticuerpos a toda la población ha generado gran cantidad de críticas entre los expertos sanitarios. De acuerdo con los responsables del estudio, más de 68.000 personas han pasado por la macro-carpa instalada en el recinto ferial de este municipio, donde desde el pasado viernes han hecho un llamamiento a todos los residentes de Torrejón para que se pasen por allí a realizarse una prueba serológica de manera voluntaria y gratuita.
Las pruebas que se realizan en particular son los famosos test rápidos, que detectan anticuerpos. No obstante, desde la organización del estudio aseguran que aquellas personas que no presentan anticuerpos son sometidas a una prueba PCR para determinar si tienen la enfermedad activa.
Según explicaba el Ayuntamiento hace unos días, la idea es conocer "la dimensión del coronavirus en Torrejón de Ardoz", ya fue fue el lugar donde se localizó uno de los primeros focos de contagio en la Comunidad de Madrid. En un principio estaba programado para empezar el pasado miércoles, 27 de mayo, pero tuvo que retrasarlo debido a que no contaba con la validación de la Conserjería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Es por eso que durarán hasta este viernes, en vez de finalizar la semana pasada, como estaba previsto.
De acuerdo con los primeros resultados del estudio, organizado por Ribera Salud, uno de los principales grupos hospitalarios privados de nuestro país, en torno al 20% de las primeras 50.000 personas que han pasado por estas carpas han tenido contacto con el virus. Unos resultados que contrastan con los obtenidos en la primera oleada del estudio de seroprevalencia del Gobierno a nivel nacional, donde se establecía que el nivel de inmunidad de la Comunidad de Madrid rondaba en torno al 11%.
Los expertos lo consideran inútil
Lo sorprendente de la iniciativa es que ha provocado un aluvión de críticas no sólo políticas, sino también por parte de los expertos, ya que consideran que la medida es muy poco efectiva, sino que supone un "malgasto" de recursos de los contribuyentes. ¿Por qué?
Según explica a Vozpópuli Benito Almirante, jefe de Infecciosas del Hospital Vall d'Hebrón, el primer problema que este estudio plantea es que la muestra que están utilizando es muy limitada. A pesar de que Torrejón cuenta con una población de 130.000 personas, debido a que el estudio es voluntario, no se garantiza en ningún momento que vayan a acudir todos los residentes de la localidad.
"Desde el punto de vista científico, hacer una batida en un pueblo para saber el nivel de anticuerpos en la población no tiene ningún sentido", asegura Almirante. "Lo único que va a proporcionar es cierta sensación de tranquilidad a los habitantes de esa localidad, pero sería necesario hacer varias oleadas para ver si la inmunidad dura en el tiempo", explica.
En ese sentido, establece que lo importante no es saber si la población está inmunizada ahora, sino si va a mantener esa inmunidad para que pueda estar protegida de cara al otoño. Es por eso que opina que esta medida supone un gasto innecesario, ya que no va a acompañada del seguimiento pertinente. "Además, tiene otro aspecto importante, que es gastar el dinero de los contribuyentes, porque aunque estas pruebas no sean muy costosas, hay un coste importante de personal sanitario", apunta.
El problema, según sostiene, es que los datos que se pueden derivar de este estudio son muy limitados de cara a obtener una "foto realista" de la situación de la pandemia. "Hacer este tipo de estudios a nivel de un colectivo sí que tiene sentido siempre que se hagan de manera organizada y en un territorio más amplio o en el caso de un colectivo concreto", añade. De acuerdo con el experto en enfermedades infecciosas, tendrá mucho más sentido hacer un estudio de estas características a colectivos concretos, como los profesionales sanitarios o los policías, para saber cómo de protegidos están de cara a una segunda oleada de la pandemia.
"Falsa sensación de tranquilidad"
La opinión de Almirante va de la mano con la Asociación Madrileña de Salud Pública (AMaSaP) y la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), que han emitido recientemente un comunicado donde expresan su "firme rechazo" a la propuesta de la localidad madrileña.
"Es comprensible que las personas quieran saber si han estado en contacto con el virus y si están o no protegidas", alegan en el texto. No obstante, coinciden con el argumento de Almirante en que realizar estos test "puede proporcionar una falsa sensación de tranquilidad y seguridad".
"Saber que uno tiene un resultado negativo puede producir una falsa sensación de tranquilidad en ese momento, con el consiguiente riesgo de relajar las medidas de prevención y transmitir el virus a aquellas personas con las que más nos relacionamos", alegan. Además, insisten en que la información sobre la que disponen acerca de la protección real que confieren los anticuerpos del SARS-CoV-2 es muy limitada, por lo que una prueba negativa de un test rápido no garantiza nada.
Por otro lado, explican que para conocer el nivel de inmunidad de la población, no es necesario testar a todos los habitantes de Torrejón, sino que sería mucho más eficiente coger una muestra representativa. Este, de hecho, es uno de los argumentos que esgrimió hace unos días el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, que fue preguntado hace unos días por el asunto.
"Tenemos herramientas estadísticas que nos permiten hacer muestras, no es necesario testar a toda la población para saber el nivel de índice de la enfermedad en la población", apuntó el pasado viernes. Es uno de los puntos donde coinciden casi todos los expertos sobre epidemiología. "Si alguna comunidad quiere tener datos más detallados por municipio u otra división territorial, no me parece mal que lo hagan, pero no tiene sentido que testen a toda la población. Que no malgasten recursos innecesarios si el objetivo es conocer lo que ha pasado", criticó.
Desde SESPAS van más allá y califican el proyecto de ser un "despropósito y una grave responsabilidad" por parte de las autoridades sanitarias, ya que consideran que supone un "trasvase de dinero hacia empresas privadas", como es el caso de Ribera Salud, que podría dedicarse a la contratación de personal en Atención Primaria, entre otros fines.
¿Es posible a gran escala?
Más allá de las críticas, el estudio propuesto por Torrejón ha dejado una pregunta en el aire: ¿Tendría sentido hacerlo a toda la población española? Y lo que es más importante, ¿sería posible? Como era de esperar, la mayor parte de los expertos opinan que no, no sólo porque lo consideran inútil, sino porque creen que con los recursos actuales es primordial apostar por dedicarse a hacer pruebas a aquellos colectivos que realmente lo necesitan.
Para Guillermo Quindós, catedrático de Microbiología en la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad del País Vasco, la idea de hacer test masivos al estilo de Torrejón de Ardoz le parece una buena idea en el papel, pero considera que es "inviable" a nivel nacional, debido no sólo al impacto económico que supondría, sino porque también opina que es poco eficiente.
"Hace falta muchísimo dinero para poder trasladar esto a gran escala. Y no sólo eso, sino que también necesitas tiempo. Nosotros hicimos un cálculo en el País Vasco y para analizar a toda la población, necesitábamos entre dos y tres meses para poder realizar un estudio que valga la pena", señala el experto en microbiología.
"¿Test masivos? Sí, hay que especificar que entendemos por test masivos, tienen que estar dirigidos a gente a la que realmente tiene sentido hacérselos. Es decir, gente con sintomatología, o que hayan estado en contacto con enfermos, principalmente", apunta. En ese sentido, explica que desde el País Vasco se están realizando pruebas PCR a todas aquellas personas que están volviendo a los hospitales de la comunidad autónoma para recibir quimioterapia. "Son población especialmente vulnerable, por lo que tiene todo el sentido del mundo", añade.
"Una cosa es que una empresa decida con sus propios recursos realizar PCR a toda su plantilla. Incluso con esas, tendría que ser capaz de hacer un seguimiento muy estricto de la salud de esos trabajadores y no sólo de ellos, sino también de sus familias. Necesitarían rastreadores, igual que en la sanidad pública", explica.
Y es que es probablemente una de las claves del asunto, ya que hacer una sola oleada de pruebas no sirve de mucho sino se acompaña de un seguimiento muy estrecho. SESPAS también habla de esta hipótesis en el texto donde critica la iniciativa de Torrejón. "Siguiendo esta lógica del absurdo habría que repetir estos test a los que den negativo con tanta frecuencia como fuera posible, ya que podrían infectarse después de la realización del test", señalan, haciendo hincapié una vez más del coste millonario que una iniciativa así tendría.