Un hombre arrestado después de asesinar a una mujer a puñaladas en Nova Iguaçu, ciudad vecina a Río de Janeiro, confesó a la policía brasileña otros 41 homicidios, según informaron este viernes fuentes oficiales.
El asesino confeso, Sailson José das Graças, de 26 años, dijo haber matado en los últimos nueve años a 37 mujeres, tres hombres y un niño de dos años, hijo de una de sus víctimas, al que mató para que no llorara y no alertara a los vecinos.
Los comisarios responsables del caso afirmaron a la televisión Globo que creen en la confesión del supuesto asesino en serie por la gran cantidad de detalles que aportó en su declaración. "Pudimos percibir una riqueza de detalles muy grande (...) detalles que sólo conocería una persona que estaba en la escena del crimen", dijo el comisario Pedro Henrique Medina a Globo.
No obstante, la policía todavía tiene que contrastar la declaración de Das Graças con los registros de los asesinatos sin resolver registrados en los últimos años en la periferia de Río de Janeiro.
El propio Das Graças concedió una entrevista a la televisión en la que relató, con frialdad, el modo en el que elegía a las víctimas, en su mayoría mujeres de raza blanca, y otros detalles de sus crímenes. "Observaba a la víctima, estudiando. Esperaba un mes, a veces una semana, dependiendo del lugar. Procuraba saber donde vivía, cómo era su familia, si pasaba por la calle, miraba la casa, estudiándola. De madrugada, en una brecha de la casa, con facilidad, aprovechaba, entraba", relató él presunto criminal en la comisaría.
El asesino confeso dijo que su primer asesinato lo cometió a los 17 años de edad y debido a la "adrenalina" continuó cometiendo crímenes. Asimismo, dijo que no tiene "el menor arrepentimiento" de los crímenes y advirtió de que si algún día sale de la cárcel, volverá a hacer "lo mismo" porque le gusta hacerlo.
Según una información de The Independent, sus víctimas preferidas eran las mujeres, a quienes presuntamente estrangulaba. Entre sus 42 presuntos homicidios, 39 se cree que son mujeres, y una era niña de dos años de edad. Das Gracas dijo que iba a menudo arrancar las uñas de sus víctimas para evitar marcas o arañazos de una riña que pudieran identificarle.
Algunos de los crímenes, no obstante, aseguró que los cometió a petición de una mujer y su exmarido, que le mantenían a sueldo, y que según él, están presos.
