Cristina está cursando cuarto de primaria en un colegio de un municipio obrero de Madrid. Su historia es peculiar, pues proviene de un colegio bilingüe donde ha estudiado durante tres años a un nivel muy diferente al lugar donde lo está haciendo ahora. Allí recaló al no haber suficientes plazas ofertadas para esta modalidad. Ahora, por culpa de un sistema nada homogéneo, Cristina es la gran perjudicada por tener que repetir materias o frenar conocimientos de los que años atrás ya fue alumna.
Ella no es ni la primera ni la última en ser víctima de un sistema educativo que está atravesando una de sus mayores crisis. Con los informes PISA mostrando una decadencia más que preocupante y la alta tasa de abandono escolar, la Ley Orgánica de Mejora para la Comunidad Educativa (LOMCE) venía a ser un intento para acabar con los 17 sistemas educativos españoles. La LOMCE, ahora mismo recurrida ante el Tribunal Constitucional por varias comunidades autónomas, está planteando graves problemas. Y no solamente legislativos.
Diferencias en función de la comunidad o el centro
La ley estrella del ministro Wert establece que el Gobierno regulará, entre otras muchas cosas, el horario lectivo mínimo correspondiente. Esto significa que, José Ignacio Wert, tras varias idas y venidas, dejará a las comunidades autónomas decidir sobre qué asignaturas estudiarán los alumnos y durante cuánto tiempo. Y no sólo eso. También, los diferentes colegios que existan en una comunidad tendrán la autonomía suficiente para establecer lo que quieran.
Cada comunidad tiene un 50% de libre disposición para establecer las asignaturas y los horarios que quiera
Que las comunidades autónomas puedan configurar los horarios y la distribución de materias supone, en palabras del presidente de ANPE a Vozpópuli, “no ayudar a la vertebración o a la cohesión del sistema educativo”. El principal problema de esta decisión, y que más preocupa, según palabras de Nicolás Fernández Guisado, está en el hecho de que un alumno que, por lo motivos que sean, tenga que trasladarse de comunidad, puede encontrarse con dar dos veces el mismo currículo, repetir materias o simplemente de pasar por alto algunos conocimientos que se presuponen ya vienen estudiados.
Para ello, propone que exista un pacto de mínimos y un diseño curricular común para evitar este tipo de dilemas educativos. “En los diseños curriculares se van a poner de manifiesto todas estas carencias y discrepancias. El gobierno no ha tenido en cuenta las recomendaciones que dimos desde el Consejo Escolar del Estado. No puede haber tantas diferencias en un sistema educativo y Wert no está liderándolo”, sentencia.
¿Demasiadas competencias para las Comunidades Autónomas?
Otro de las puntas de este iceberg educativo es la problemática que surge a raíz de la transferencia de competencias por parte del Estado a las comunidades autónomas en materia educativa. Y es que, Wert, en la LOMCE, ha cumplido estrictamente con la Constitución. “Ni más, ni menos”, confirman fuentes educativas a Vozpópuli.
“Cada CCAA quiere más competencias, por eso ninguna decía nada en trámite parlamentario”
Las CCAA tienen, por la Constitución Española, competencias exclusivas sobre la educación. Por lo tanto, en esta reforma, aunque el Gobierno ha decidido las asignaturas que deberán estudiar todos los alumnos españoles (asignaturas troncales, específicas o de libre configuración), serán las comunidades las que decidan el resto (plástica, música, francés). Incluso el tiempo que se dedica a cada una de estas asignaturas. Sin embargo, y ahí es donde muchos ven el problema, cada comunidad puede hacer con ese otro 50% lo que le dé la gana. De esta manera si, por ejemplo, un colegio de Madrid puede regular una cosa, y otro de Cáceres, otra muy distinta.
Estas mismas fuentes consultadas por Vozpópuli creen que el punto de discordancia está en si se piensa que ese 50% es mucho o es poco. “Algunas comunidades autónomas entienden que el Gobierno se ha pasado”. De hecho, Cataluña y País Vasco han recurrido la LOMCE ante el Tribunal Consittucional por invasión de competencias. Otras (las lideradas por el PP) acatan lo establecido en la ley.
Pero al final, el principal perjudicado será el alumno porque, según ha podido saber este diario, sigue sin saber si este nuevo marco educativo supondrá un menoscabo en su educación al trasladarse de centro. Ni siquiera sabe si repetirá asignaturas cambiándose de colegio en la misma comunidad. Y tampoco sabe, a día de hoy, las materias que se incluirán en los libros del próximo curso escolar. Ni los profesores lo saben. Pero, ¿cómo se puede no cumplir con el marco establecido por la Constitución? “Solamente un pacto global final haría que todos se pusiesen de acuerdo para ampliar ese marco de temas comunes. Pero eso, hoy por hoy, es inconcebible”.