La asociación Unión de Guardias Civiles (UniónGC) ha pedido que se respete la presunción de inocencia del agente que disparó este miércoles al que fuera batería de Los Piratas, Javier Fernández, en su domicilio de Ponteareas (Pontevedra). Como consecuencia del disparo, el músico ha fallecido y, a través de un comunicado, la asociación ha recordado que este agente, junto con sus compañeros, acudió al domicilio alertado por un presunto caso de violencia de género, y que "no iba a una fiesta de cumpleaños", sino a prestar un servicio de auxilio a una madre y su bebé, "y a intentar reducir al presunto agresor".
Además ha precisado que Javier llevaba "un arma blanca" y que, como consecuencia de la intervención, uno de los guardia "tiene lesiones". En todo caso, ha señalado que hay una investigación abierta que esclarecerá los hechos, "y depurará responsabilidades, en su caso". Asimismo, UniónGC ha trasladado su pésame a la familia del fallecido y ha pedido "que no se hagan más juicios paralelos sobre el caso". También ha reclamado respeto a la investigación judicial, "con el fin de no influir ni intoxicar la labor de los profesionales que están al frente de la misma". Finalmente, la asociación ha pedido que "en el caso de que se observe, como consecuencia de esa investigación, una actuación inadecuada y/o desproporcionada (...), se aplique la ley, como al resto de ciudadanos".
En calzoncillos y muy nervioso
Según fuentes del Instituto Armado citadas por Ep, cuando los guardias llegaron al lugar del suceso se encontraron a la mujer fuera de casa y con rasgos de haber sufrido malos tratos: presentaba diversos hematomas, tenía algo de sangre en la cara y otras lesiones. La mujer indicó a los agentes que había sido agredida por su pareja y explicó que el hombre se encontraba en un estado de nerviosismo y que tenía en su poder a su bebé. Los agentes se dirigieron hasta el domicilio de la mujer y en su camino se cruzaron con una mujer que tenía al bebé en brazos y que decía que se lo habían arrebatado al presunto agresor, que estaba muy nervioso en el interior de la vivienda, ha informado Efe y según fuentes de la Guardia Civil.
Fernández "se encontraba en ropa interior, muy agresivo y gritando que iba a cortarles a todos en trocitos", aseguran los agentes
Cuando la pareja de la Guardia Civil llegó a la casa se encontró con Fernández en calzoncillos y muy nervioso. Éste comenzó a amenazar a los dos agentes, que intentaron tranquilizarle y dialogaron con él. Segundos después, Javier Fernández fue a la cocinay uno de los agentes le siguió. Allí, el fallecido cogió unos cuchillos con los que agredió al agente, alcanzándole en la cara. Ante el segundo intento de agresión del hombre, el otro agente disparó contra el agresor hiriéndole en el abdomen para evitar que dañara a otras personas que se encontraban en la casa.
En el lugar de los hechos también se encontraban efectivos sanitarios avisados desde el primer momento ante un presunto caso de malos tratos. El hombre, tras recibir el disparo, fue trasladado al Hospital Meixoeiro de Vigo, pero finalmente falleció. En las cercanías del domicilio, una vecina entregó a los agentes el bebé, que previamente le habría entregado el agresor. La Guardia Civil explicó que el varón "se encontraba en ropa interior, muy agresivo y gritando que iba a cortarles a todos en trocitos".
Así, y según las mismas fuentes, "agredió a uno de los agentes" que se había desplazado hasta el lugar con un cuchillo y, "en el intento de volver a agredirle", un segundo efectivo "utilizó el arma de fuego y efectuó un disparo, que le alcanzó el abdomen". Fuentes del Instituto Armado han señalado a Efe que esta información reservada se abre siempre que ocurre un caso de estas características, sean cual sean las circunstancias e independientemente de las actuaciones judiciales que se lleven a cabo.
"Jamás fue un maltratador"
Por el contrario, la mujer del músico Hal9000, como era conocido en la banda, ha rechazado que su pareja fuese un maltratador y ha afirmado que sufría un trastorno bipolar y que hubo "mala práctica" por parte de los agentes al asegurar que "hubo tensión pero no agresión". En un comunicado en las redes sociales, Andrea M. ha dejado claro que no va a permitir "que se manipule la información sobre lo ocurrido".
Según su esposa, Hal es "una víctima", primero de un trastorno bipolar del que estaba "perfectamente controlado" hace diez años hasta que su psiquiatra "tuvo la brillante idea de retirarle todo el tratamiento", a pesar de que la familia le había pedido que no lo hiciese. Asimismo, ha confirmado que el nacimiento del bebé le había afectado y que ella había acompañado a su marido al psiquiatra "al comentarle que estaba nervioso". "Hal, cariño, no permitiré que manchen tu nombre. Yo sé lo que nos querías. Te quiero y siempre te querré", concluye su nota. Sin embargo, fuentes de la Guardia Civil han señalado que esta mujer no comentó en ningún momento que podría tratarse de un brote psicótico ni que su pareja hubiera recibido tratamiento médico.