Los títulos de la compañía alemana se han disparado en el mercado al calor de los rumores en torno a una posible operación corporativa a cargo de ACS, su principal accionista. Entre las opciones que baraja el mercado se encuentra una fusión entre ambas que podría llevar como paso previo una exclusión de Bolsa de Hochtief. Sin embargo, los máximos históricos que ha alcanzado ésta ha llevado a ACS a decretar la suspensión del programa de recompra de acciones de la alemana, cuyo objetivo no era otro sino incrementar el porcentaje de derechos de voto de la española para justificar la operación.

La fuerte caída que registra ACS desde que comenzó el año, superior al 20%, contrasta con el comportamiento de sus filiales internacionales, Hochtief y Cimic, que cotizan en zona de máximos. Hasta el punto de que, a día de hoy, las participaciones del grupo que preside Florentino Pérez en estas compañías valen más en Bolsa que la propia compañía española.

ACS está aplicando en su filial alemana Hochtief las maniobras de autocartera que lleva años poniendo en práctica en el grupo su presidente, Florentino Pérez. Tras lograr colocar como consejero delegado de la alemana a Marcelino Fernández Verdes, uno de sus más destacados lugartenientes, éste impulsó un programa de recompra de acciones a cinco años pero que ha finalizado en apenas cinco meses. El objetivo: que los títulos de Hochtief suban y se aleje del peligro de una ejecución financiera, toda vez que buena parte de ellos están pignorados como garantía de un crédito del BBVA.

ACS ha vuelto a abrir un foco de tensión en su filial australiana Leighton. A finales de la semana pasada trascendió que el grupo español había incrementado su participación en la compañía oceánica a través de su participada Hochtief, con lo que pone en serio peligro un histórico pacto de equilibrio entre ambas empresas extranjeras. Todo ello poco después de que varios altos directivos de Leighton presentaran su dimisión al entender que ACS estaba incumpliendo su compromiso de mantener la independencia de la compañía.

Dos temores rondaban la mente de los principales directivos de Hochtief cuando ACS decidió dar un paso adelante y tomar definitivamente el control de su participada alemana: que la compañía fuera despedazada y que sus saneadísimas finanzas se deterioraran. Poco más de dos años después, el tiempo les ha dado la razón. Desde que el grupo español se hizo con su control, la deuda de Hochtief se ha disparado un 136% y ya está en marcha un ambicioso plan de venta de activos.

Generar caja en Hochtief se ha convertido en un objetivo primordial para su matriz, el grupo ACS. La venta de la cartera de aeropuertos de la compañía alemana le permite a la española asegurarse que durante los próximos años no sucederá lo que ocurrió el pasado ejercicio, esto es, que Hochtief no pudo repartir dividendo e incluso podría abrir la puerta a uno extraordinario. El balance de la constructora germana está mucho más saneado pero aun así ACS seguirá exprimiendo a su participada.

Las fuertes minusvalías procedentes de la salida del capital de Iberdrola no han sido el único problema que la bolsa le ha dado a ACS. En los últimos meses, el grupo constructor y de servicios presidido por Florentino Pérez ha llevado a cabo operaciones de venta de acciones de su participada Hochtief que han tenido como resultado una pérdida de unos 270 millones de euros. El hecho de que las acciones de la alemana coticen aproximadamente un 50% por debajo del precio al que compró ACS amenaza con convertirse en un nuevo dolor de cabeza para los gestores del grupo español.

ACS pone en marcha una serie de desinversiones en su participada Hochtief y Leighton, filial de ésta, con el fin de hacer caja y cumplir con sus planes de recorte de deuda. En definitiva, la estrategia que el grupo español ha seguido con otras compañías que ha ido adquiriendo en los últimos años, como Dragados o Unión Fenosa. El inicio del desmantelamiento ya se ha cobrado sus primeras víctimas. El presidente de Leighton presentó su dimisión la pasada semana al no respetarse la independencia que se le prometió.

La constructora alemana Hochtief, controlada por ACS, está condenada a repetir la historia que han tenido las empresas que han sido adquiridas por el grupo que preside Florentino Pérez. Es decir, empezar a adelgazar de forma progresiva a través de ventas de activos con las que ACS hace caja. Ocurrió con Dragados y, en menor medida, con Unión Fenosa. Tras el fallido asalto a Iberdrola, es el turno de Hochtief. El consejo del pasado jueves dictó la sentencia definitiva. 

Marcelino Fernández Verdes, ex presidente de Dragados y hombre de confianza del presidente de ACS, Florentino Pérez, será el encargado de llevar las riendas de la nueva estrategia de la alemana Hochtief, de la que el grupo español controla cerca de un 55%. ACS logró al fin hacerse con el puesto de consejero delegado y cuenta ahora con un periodo de entre tres y cuatro meses para replantear los planes de la compañía. Pero enfrente tendrá a IG Metall, el mayor sindicato del mundo, alarmado ante la posibilidad de recortes de puestos de trabajo.

Casi dos años después de que ACS culminara la OPA sobre Hochtief que le dio la mayoría del capital de la constructora alemana, la compañía española está muy cerca de lograr el objetivo de situar a uno de sus hombres en el sillón de primer ejecutivo de su participada. Con el más que probable nombramiento de Marcelino Fernández Verdes como consejero delegado de Hochtief, la fusión entre ambas empresas está cada día más cerca.

El proceso de privatización de autopistas en Holanda ya tiene un primer ganador. Hochtief, participada por ACS, lidera el consorcio que ha presentado la oferta considerada preferente para el diseño, construcción y mantenimiento de la autopista A1/A6 durante 30 años, un contrato valorado en unos 1.000 millones de euros.

Si en algo insistió Florentino Pérez, presidente de ACS, durante su comparecencia ante los analistas para presentarles los resultados de la compañía fue en la relación con su participada Hochtief. Además de dejar claro que la página de Iberdrola está a punto de pasarse, el ejecutivo confirmó que tras la precipitada salida parcial del capital de la eléctrica, los pasos del grupo van hacia la fusión con la alemana. Y por un motivo por encima de los demás: actualmente es muy difícil financiarse bajo bandera de España.

La renuncia de Eggert Voscherau a su puesto en el consejo de supervisión de Hochtief puede complicar los planes ACS en relación con su participada alemana. El presidente de BASF figuraba en el órgano ejecutivo de la constructora como independiente pero fue incluido en la lista que la española presentó en la junta de 2011, donde se escenificó el cambio de poderes. Florentino Pérez precisa del apoyo del consejo de supervisión para avanzar en la fusión de ambas compañías.