Si hay una curva que no para de crecer desde el estallido de la crisis esa es la tasa de morosidad. En agosto, última estadística publicada por el Banco de España, los créditos morosos del sistema financiero español se sitúaban ya en el 7,15% del total prestado a las familias y empresas españolas. Este ratio no superaba el 7% desde enero de 1995, cuando se situó en el 7,039%. La bolsa de préstamos de difícil cobro está valorada en 127.737 millones de euros.