La crisis de Sacyr en Panamá ha disparado las alarmas en Repsol, que ya trrabaja en un Plan B por si la constructora tuviera que vender su paquete para hacer frente a los imprevistos en las obras del Canal. Como ya hizo con el primer 10% que vendió Sacyr, la petrolera absorberá su participación en autocartera para luego recolocarlo a un comprador 'amigo' y evitar así movimientos inesperados como una posible compra por parte Pemex.

Antonio Brufau consigue que el consejo de Repsol, Fainé incluido, respalde su gestión, pero Pemex vota en contra por no estar de acuerdo con la estrategia del presidente, del que ha pedido su cabeza. Salió adelante el acuerdo sellado por el Gobierno español en Argentina, en una tensa reunión de más de cuatro horas en la que Manrique (Sacyr) lideró las duras críticas contra Lozoya (Pemex).

El ministro Soria sella el acuerdo con Argentina para que Repsol reciba 5.000 millones de dólares en bonos garantizados, no en 'cash', y sin activos de Vaca Muerta. Pemex, que junto a La Caixa ha promovido el acuerdo, se quedará con la explotación de parte de los pozos expropiados a Repsol gracias a la alianza que firmará con YPF. Desde Madrid, Antonio Brufau, que no pudo viajar a Buenos Aires, lanza una nota en la que recuerda que es el consejo de Repsol el que tiene la última palabra. Todas las partes desistirán de las acciones legales en curso.

Aquella convocatoria tenía todos los visos de ser una encerrona, y de hecho Antonio Brufau, presidente de Repsol, la sintió como tal cuando, el sábado 1 de junio pasado, se dirigía hacia el Hotel Arts de Barcelona, donde acababa de ser citado por los tres accionistas de referencia de la petrolera: el presidente de La Caixa, Isidro Fainé; el de Sacyr, Manuel Manrique, y el de Pemex, Emilio Lozoya.

Pemex firmó en mayo de 2012 un acuerdo estratégico con la Xunta para la construcción de 14 remolcadores e instalar su base logística en Punta Langosteira. Pero la nueva cúpula de la petrolera estatal mexicana ha paralizado la adjudicación prevista para noviembre de los dos primeros buques a Barreras y Navantia y ha puesto en revisión todos sus intereses en España, con el intento de presionar a Repsol, de la que es accionista, para que llegue a un acuerdo con Kirchner y así el grupo azteca pueda invertir libremente en Argentina. 

En un almuerzo privado celebrado en Panamá con motivo de la Cumbre Iberoamericana, el presidente de México pidió al español que intervenga para solucionar el conflicto que libra Repsol con Kirchner, y que se ha extendido a Pemex, accionista de la española. Peña Nieto advirtió a Rajoy de que éste ya es un conflicto entre países, más que entre empresas, que está bloqueando los intereses de México en Argentina y se quejó de la poca diligencia de Repsol en la búsqueda de un acuerdo con Argentina.

José Manuel Carrera Panizzo, hombre de confianza del máximo ejecutivo Emilio Lozoya, es encumbrado al cargo de director general del área internacional (PMI). Será el encargado de fijar la nueva estrategia de la petrolera estatal mexicana en Repsol, donde controla un 9,4% y exige a Brufau una solución rápida en Argentina, y de relanzar las negociaciones con Núñez Feijóo para la construcción de 14 remolcadores, desarrollar Punta Langosteira y comprar Barreras. 

El mandato del consejo ha surtido efecto. Repsol pone en marcha junto a Pemex una comisión paritaria para conseguir un buen acuerdo con Kirchner sobre YPF. García Blanco por la española y Emilio Lozoya por la mexicana encabezan el comtié negociador, que tratará de aprovechar las buenas relaciones de éste último con la Casa Rosada y con Galuccio (YPF). Si no se firma la paz, Pemex venderá su 9,3% de Repsol para centrarse en Argentina.