Una nana cantada en gaélico o en la lengua de los indios Hopi es igual de relajante para un niño de otra cultura que una nana en su lengua materna, según un trabajo desarrollado en el Laboratorio de Música de la Universidad de Harvard (Music Lab) y publicado esta semana en la revista Nature Human Behaviour. El trabajo se ha realizado con un grupo de bebés estadounidenses a los que se pusieron 16 canciones de distintas culturas del mundo, desde la Polinesia a Oriente Medio o Centroamérica, mientras estaban en la cuna.
Durante las pruebas, los niños veían diferentes vídeos en los que aparecían personajes cantando o bien una nana o bien otro tipo de canción. Los investigadores medían el nivel de relajación de los pequeños monitorizando la dilatación de su pupila, el ritmo cardiaco, la frecuencia de parpadeo o la conductividad eléctrica de la piel. El resultado fue que el efecto de relajación en los bebés fue similar con las nanas en distintas lenguas y de diferentes culturas.
“Hay un viejo debate sobre si los efectos de la música en quienes la escuchan se debe a sus experiencias anteriores o un diseño básico de nuestra psicología”, asegura Samuel Mehr, investigador principal del Music Lab y autor del trabajo. “El sentido común nos dice que los niños encuentran las nanas relajantes. ¿Es porque han escuchado a sus padres cantárselas antes y saben que significa que pueden sentirse seguros y a salvo? ¿O hay algún significado universal en las nanas que produce estos efectos, independientemente de las experiencias? El equipo de Mehr lleva años investigando estas posibles características universales de la música. En un trabajo anterior, a partir del análisis de la música de 315 culturas del mundo, probaron que los humanos utilizamos las mismas melodías cuando queremos cantar una nana, una canción de amor o un canto religioso.
“Nuestros hallazgos parecen respaldar la idea de que existe una función evolutiva en la música”
“La melodía es una de las cosas que hace pegadizas las nanas”, explica Connie Bainbridge, coautora del trabajo. “En comparación, en otro tipo de canciones, como las que son para bailar, es el ritmo la característica principal”. Los autores del estudio intentan determinar qué otras características acústicas hacen que los bebés se relajen y cuál es la causa última. “Mientras que la música es en general relajante, hay algo en las nanas que las hace aún más tranqulizadoras, así que en teoría podría haber maneras de optimizar la música que ofrecemos a los niños para hacerla mas efectiva”, añade Bainbridge. “Adicionalmente, esta función de la música es una materia muy interesante de investigación: ¿es una adaptación que hemos desarrollado por evolución o es un subproducto del lenguaje y la cognición auditiva? Nuestros hallazgos parecen respaldar la idea de que realmente existe una función evolutiva en la música”.
Referencia: Infants relax in response to unfamiliar foreign lullabies (Nature Human Behaviour) DOI 10.1038/s41562-020-00963-z