Gastro y Gourmet

La Naya, esencia levantina en Chamberí

Ya hemos comentado en varias ocasiones lo complicado que resulta en Madrid toar un arroz de calidad. La salida natural al mar de la capital es Levante y eso provoca

  • La Naya, esencia levantina en Chamberí

Ya hemos comentado en varias ocasiones lo complicado que resulta en Madrid toar un arroz de calidad. La salida natural al mar de la capital es Levante y eso provoca que los madrileños seamos “arroceros” y especialmente exigentes con este plato. Sin embargo, siempre me ha sorprendido lo exigentes que somos con los arroces en Madrid y lo poco que lo somos en cualquier chiringuito de la costa levantina donde en ocasiones los arroces son verdaderamente infames. Supongo que estar de vacaciones y con actitud positiva tiene mucho que ver. En fin, disquisiciones mías por las que les pido disculpas.

Todo este razonamiento viene a cuento de que hace escasos días tuve ocasión de probar uno de esos arroces que por calidad no es usual encontrar en Madrid. El restaurante donde lo probé responde al nombre de La Naya. La Naya -me cuentan- es una construcción de origen levantina en la que se dejaba secar la uva Monastrell para la posterior elaboración del vino fondillón, vino dulce típico de la zona.

Tapilla a la brasa

La Naya recoge en sus cartas (tanto de la zona de restaurante como de la barra gastronómica que también posee) la cultura gastronómica de Castellón, Valencia, Alicante, Murcia y Albacete incluyendo recetas y productos que -excluyendo los arroces- son bastante desconocidos por la gran mayoría.

Los arroces a un magnífico nivel con ese punto que a menudo se echa de menos. El arroz abanda que tuvimos ocasión de probar en nuestra visita únicamente puede catalogarse como notable si bien particularmente hubiera agradecido un punto menos de potencia. Pero es que además de los arroces , La Naya ofrece la posibilidad de degustar productos de la zona mucho menos habituales. Salazones, gamba roja de Denia, verduras de la huerta murciana, quesos (manchego, pero también espadón y tronchón) y hasta helados típicos de la zona (turrón, mantecado y leche merengada) para acompañar a la mítica coca de mollitas.

Coca de sardina

En su carta de vinos, además del mencionado fondillón, variedad de vinos de la zona muchos de los cuales pueden degustarse por copas.

Ahora, que se ve el final del invierno y se vislumbra la Semana Santa, La Naya es una magnífica ocasión de ir metiéndose en materia y respirar ese Mediterráneo que tanto apetece.

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