Las primeras disensiones de importancia se están produciendo en el seno del movimiento secesionista a causa de la huida de numerosas empresas de bandera. Ya son varias las destacadas personalidades independentistas que se pronuncian públicamente en favor de la moderación y de echar el freno.
De Artur Mas a Oriol Junqueras
El Conseller de Economía y Vicepresidente de la Generalitat, el republicano Oriol Junqueras, recogía esta mañana en una entrevista concedida a Catalunya Ràdio el guante que le lanzaba el también Conseller Santi Vila. Este último, titular de Empresa y Conocimiento, ha abogado por ralentizar los tiempos en la proclamación de la independencia. En declaraciones a la emisora RAC 1, Vila ha dejado claro que “La moderación y el no ser beligerante con nadie nos hará invencibles a largo plazo”, si bien se quejaba de que “Pido un alto el fuego, aunque de momento la tregua no ha empezado”. El Conseller, que siempre se ha posicionado entre el sector moderado de los 'procesistas', continuaba asegurando que “Tenemos medio país en Cataluña que no da reconocimiento de derecho a este proceso”, añadiendo “No se deben tomar decisiones irreparables en los próximos días”. Vila, preocupado ante la situación actual que se vive en Cataluña, expresó sus dudas acerca de que lo que se desencadenaría a partir de la DUI, y expresó que no creía que los acontecimientos derivados de tal proclamación pudieran ser conducidos pacíficamente por el Govern.
También reconoció que el discurso del Rey había influido mucho en numerosos empresarios a la hora de ponderar acerca de la permanencia o no de sus negocios en tierras catalanas, finalizando con una llamada a la serenidad y a la moderación.
Junqueras, a preguntas de la periodista Mónica Terribas a propósito de las declaraciones de Vila, ha respondido “Serenidad siempre hay que tener y no seré yo quien no le dé la razón a Vila en este sentido”.
En ciertos ambientes del Govern y sus aledaños está empezando a manifestarse de manera abierta una operación de marcha atrás debido a la salida de Cataluña de entidades como el Sabadell o La Caixa, amén de Gas Natural y las más que posibles de Codorniu, Freixenet o Catalana Occidente
Es evidente que Santi Vila ha abierto un grifo que empieza a gotear lenta, pero imparablemente. En ciertos ambientes del Govern y sus aledaños está empezando a manifestarse de manera abierta una operación de marcha atrás debido a la salida de Cataluña de entidades como el Sabadell o La Caixa, amén de Gas Natural y las más que posibles de Codorniu, Freixenet o Catalana Occidente. El traslado de estos buques insignias ha comportado mucho malestar en el seno tanto del Govern como del PDECAT y Esquerra. Marta Pascal, coordinadora general del partido sucesor de convergencia, ha expresado en no pocas ocasiones su inquietud al constatar que el presidente Carles Puigdemont va por libre y no consulta nada con los órganos de decisión del partido. “La gente no ha votado este pasado 1-O una DUI”, ha afirmado en el canal autonómico de noticias 324, desmarcándose así de manera clara y nítida de las pretensiones del President y de las CUP, tal y como vienen exigiendo hace tiempo los sectores más moderados de su partido, así como la vieja guardia convergente
Por otro lado, Junqueras manifiesta su temor a una eventual declaración de independencia que dejaría una Cataluña fuera del paraguas de las instituciones financieras europeas y sin posibilidad de financiarse en los mercados debido a la calificación de bono basura que tiene en la actualidad la deuda pública emitida por la Generalitat. El temor a un posible corralito y las retiradas masivas de fondos que se están produciendo en toda Cataluña por el temor de los clientes están produciendo un impacto importante en las filas separatistas.
Artur Mas no ha tenido más remedio que reconocer que “Cataluña no está preparada para una independencia”. El mismo Mas, que hace tan solo dos años decía y porfiaba que ninguna entidad bancaria abandonaría Cataluña, ha comprobado amargamente que sus vaticinios eran del todo erróneos. Economistas con la solvencia de Gay de Liébana apuntan en esa misma dirección, lo que ha causado agitación en los pasillos de una Generalitat que pretendía proclamar la república catalana la semana que viene. “Esto ha sido un 155 económico, que es lo peor que podía pasarnos”, aseguraba hoy un miembro del Consell Executiu que nos ruega no dar su nombre. En estos momentos, dicho órgano de gobierno está partido por la mitad: los que desean encontrar un medio para salir del impasse en el que se hallan y los que, por el contrario, están decididos a llevar el proceso hasta sus últimas consecuencias.
Mediáticos que hablan de enfriar el proceso
No es tan solo en el ámbito de lo político en el que se detecta esa ralentización del proceso. Jordi Basté, el popular locutor de RAC 1, propiedad del Grupo Godó, y Premio Rey de España de Periodismo 2016, hasta ahora defensor del proceso, editorializó este pasado jueves de manera inequívoca contra la DUI que defienden Puigdemont y su núcleo duro. “¿Qué se gana con una declaración unilateral? ¿La aplicación del artículo 155? ¿El encarcelamiento de los líderes catalanes? ¿Una manifestación de tres o cuatro millones de personas? ¿Incidentes graves? Y después, ¿qué? ¿Qué pasará?” se preguntaba Basté en un tono que no se le había escuchado hasta ahora.
Todo indica un viraje del Grupo Godó, editor de La Vanguardia, que pasaría por el despido de el periodista Quico Sallés, partidario de la independencia, y la moderación que se les habría sugerido a los columnistas estrella da la casa
Todo indica un viraje de dicho grupo, editor de La Vanguardia, que pasaría por el despido de el periodista Quico Sallés, partidario de la independencia, y la moderación que se les habría sugerido a los columnistas estrella da la casa. No es casual que la polémica Pilar Rahola, biógrafa de Mas, organizadora de la famosa paella en su casa de Cadaqués en la que aparecían, entre otros, Puigdemont y el Mayor de los Mossos Trapero, y una de las más acérrimas defensoras de Puigdemont hasta la fecha, haya escrito en un artículo reciente cosas como “Hay que medir muy bien los éxitos conseguidos y no romperlos por culpa de decisiones aceleradas”, o “Si los sectores más radicales centralizan el relato independentista y lo incitan a tomar decisiones precipitadas (y una DUI lo es), solo se remará en favor de aquellos que pretenden derrotarlo”
En el mismo sentido lleva algunas semanas escribiendo el hasta ahora nacionalista y procesista Francesc Marc Alvaro, también columnista fijo en La Vanguardia. En un reciente artículo suyo, el periodista decía que “El principal error del independentismo ha sido aferrarse a una estrategia dictada por el “tenemos prisa” (frase pronunciada por el ya fallecido líder de Esquerra Republicana Heribert Barrera). Tengo escrito, desde el primer día, que ese “tenemos prisa” responde a una visión simplista que prescinde del factor principal de la política, que es el control de los tiempos”
A pesar de que los ejemplos citados sean solo de periodistas que trabajan para el citado Grupo Godó, no lo es menos que todos son referentes mediáticos para el público que simpatiza con el proceso y con la independencia. Más allá de consignas editoriales y política de empresa, es significativo que empiecen a escucharse voces, tanto desde el propio Govern como desde medios que le son afines, reclamando serenidad, mesura y, en suma, enfriar una espiral de vértigo.
Miquel Giménez