Un autobús de cartón lleno de galletas, dulces y bollería industrial se promociona en los supermercados Eroski en la campaña de vuelta al cole de este año. El grupo Mondelez —el gigante de la industria alimentaria que lleva a Milka, Oreo y Chips— paga la absurda bambalina para conseguir llamar la atención de los más pequeños.
No es el único caso en el que las multinacionales o grandes superficies aprovechan estas fechas para promocionar productos que no favorecen la dieta saludable. Como si la vuelta al cole fuera motivo especial para invertir en productos polémicos, ricos en grasas saturadas, 'trans' y en aceite de palma.
¿No sería mejor al revés? El verano es un periodo de descuidos en las familias, la alimentación está menos controlada y se es más permisivo con los niños, eso aseguran muchos especialistas. Seria recomendable promocionar una dieta sana con el nuevo curso, no incidir en la carga calórica. La maniobra parece más bien la excusa para meter con calzador las nuevas ofertas de temporada.
Consumidores, consigamos concienciar sobre los peligros de los ultraprocesados. @lidlespana fomentad dieta saludable #VueltaAlColeSinLidl pic.twitter.com/MJTehEXJFR
— Marc Mula (@marcmula_) August 31, 2017
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En realidad todo es una estrategia comercial de guerra. Si no tienes recursos contra los más fuertes ataca a los más débiles en la primera oportunidad que tengas: cuando la familia va a comprar el material escolar.
La industria alimentaria sabe que es más fácil camelar al niño que convencer al adulto. La publicidad aprovecha cualquier oportunidad con niños como protagonistas para hacerse con los más pequeños: regalos, promociones y colorines que buscan sugestionar el paladar antes de llegar a él. El resto es relativamente fácil, tienen al azúcar como gran aliado en esta guerra. Una vez en la boca es pan (o bollo industrial) comido.
Vuelta al cole con chucherías y llévate un estuche. Quién diga que esto no es promoción de la obesidad infantil que me llame y se lo explico pic.twitter.com/2nkPxhgsI8
— MyRealFood (@myrealfood_app) September 5, 2017
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Y es que los niños adoran el azúcar y rechazan las verduras, y esto no es una moda del consumismo o de hace un par de años. Es así por naturaleza. Recientes estudios científicos demuestran que el instinto de supervivencia modela los gustos desde la infancia. La evolución ha diseñado a los niños para seleccionar aquello que les aporta más energía y calorías con el menor esfuerzo. Rechazando los sabores amargos más relaccionados con los venenos. La leche materna es el mejor ejemplo. Esta tiene lactosa, de sabor dulce, y eso les muestra el camino de la supervivencia, por eso preferirá luego el bollo antes que el pollo y la nocilla a la ensaladilla. De cajón.
Pero el niño, como en otras muchas cosas, tampoco está preparado para moderar ni modelar este instinto, si le dejas se alimentaría solo de grasas y dulces hasta reventar. Una fase de su aprendizaje es educarles también en la alimentación saludable sin abandonarse a la exclusividad de los procesados.
Pero esta guerra en España la estamos perdiendo. Somos el país europeo con más obesidad infantil. Hasta el 44% de los niños de entre 6 y 9 años pertenecen al grupo de obesos.
Somos el país europeo con más obesidad infantil. Hasta el 44% de los niños de entre 6 y 9 años pertenecen al grupo de obesos.
Y quizás lo somos por campañas como estas. O por la existencia de una regulación demasiado laxa en materia de publicidad alimentaria. O por la escasa inversión en educación nutricional y en alimentación saludable. O por que los padres tiramos demasiado pronto la toalla ante tanto estímulo comercial.
Esto entiende @CarrefourES por #VidaSana pic.twitter.com/zy2Uy67LzB
— ?️Virginia?️ (@virginut) September 5, 2017
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Hablamos con varios especialistas para descifrar y comprender mejor el problema. Para saber cómo deben afrontar los padres esta difícil guerra contra la propaganda de las grandes superficies y para saber que se puede y se debe luchar contra los malos hábitos patrocinados por la industria.
¿Qué podemos hacer los padres para luchar contra este gigante que invierte miles de millones en entrar en el cerebro de nuestros hijos?
Mikel Iturriaga [@mikeliturriaga], periodista especialista en nutrición y responsable de la Web y el programa de televisión 'El Comidista' lo tiene clarísimo:
"Esto es lo que yo haría: primero, no comprar ni uno solo de esos productos insanos en el supermercado, por mucho que mis hijos me los pidieran. Segundo: predicar con el ejemplo. Es decir, comer comida de verdad en casa, no productos ultraprocesados, y enseñarles el disfrute que supone hacerlo. Tercero: jamás de los jamases usar la bollería industrial, las chucherías o los productos azucarados como premio para los niños.
Los niños que viven en familias que siguen estos tres sencillos mandamientos SIEMPRE comen bien. Puede que no les gusten algunas cosas (lo cual no es ningún drama) o que sean más o menos tiquismiquis con la comida, pero si los padres hacen lo correcto, los niños aprenden a disfrutar de la comida de verdad. ¿Les seguirá atrayendo la basura? Por supuesto, porque los reclamos de todo tipo que usa la industria que los produce son muy poderosos. Pero poco a poco se irán haciendo menos permeables a ellos."
Carlos Ríos [@nutri_rivers], nutricionista, dietista deportivo, responsable de la web realfooding.com y de muchas de las fotos de este artículo coincide con Mikel en el boicot comercial:
"No comprar productos procesados, si no hay en casa no se puede comer. Educar a los hijos desde pequeños en la comida real y en la cocina. Acompañarlos al mercado y a los supermercados y explicar por qué elegimos unos alimentos y por qué evitamos otros. Al igual que explicamos por qué es bueno hacer deporte y evitar alcohol y drogas.
Hace 50 años se sabía que el tabaco era malo, pero solo empezaron a bajar las ventas cuando hubo medidas políticas y aumentó la percepción del riesgo de fumar."
La ciencia ha demostrado que no es imposible educar el paladar de los niños en la fruta y la verdura. Es cuestión de manejar la repetición, el premio, y el ejemplo. Un niño que ve, un niño que prueba. Un niño que prueba, un niño que repite y acaba cogiéndole el gusto.
Por una VUELTA AL COLE saludable de verdad.
-Cuadro de almuerzos saludables
-Traducido 4 lenguas
-Licencia CC. Link: https://t.co/OLVGhf8N60 pic.twitter.com/ApyjFblsAp— Aitor Sánchez García (@Midietacojea) September 6, 2017
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Pero de nada sirve la acción familiar y educativa si no viene acompañada de un esfuerzo institucional acorde para limitar el excesivo marketing de los ultraprocesados. No es complicado, tenemos el ejemplo del alcohol y el tabaco. Lo único que falta es voluntad pero en eso también estamos a la cola de Europa.
Juan Revenga [@juan_revenga], biólogo, nutricionista y divulgador en 'El Nutricionista de la General' es bastante pesimista:
"La solución al problema jamás va a llegar adoptando medidas aisladas. Estas han de estar mancomunadas y accionadas al unísono para que poder ver algún avance. Así, si me preguntas si educación o regulación publicitaria, te tengo que responder que las dos cosas, no son excluyente y sí más al contrario ambas necesarias.
Si con una sola expresión pudiera comentar dónde podría radicar la "solución", te diré que coincido con la monografía de The Lancet: es una cuestión de voluntad política y como no la hay no hay solución. Tan solo campañas aisladas y extemporáneas que son más un brindis al sol que maquilla el comportamiento de nuestras autoridades sanitarias."
Quizás haya que empezar poco a poco, por los pequeños detalles. No todos los supermercados españoles han apostado en esta vuelta al cole por la grasa saturada disfrazada de colorines. Pequeños gestos como el de la cadena catalana Keisy marcan el camino para cambiar la tendencia.