La telefonía móvil en su versión de prepago no levanta cabeza. La expansión de las tarifas planas de voz y datos y el crecimiento de las ofertas combinadas (fibra, televisión y móvil) están acabando con un modelo de negocio con el que los adolescentes de hace más de una década se podían permitir el lujo de tener un teléfono móvil.
Un sector que arrancó con 9 millones de usuarios allá por 1.999 y que alcanzó su cénit 10 años después, en 2009, cuando alcanzo los 21 millones de líneas, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Después de dos años con subidas y bajadas en el número de clientes, la tendencia anual desde 2011 ha sido siempre a la baja. Las últimas métricas, con fecha del primer semestre de 2016, sitúan el número de líneas de prepago en los 13,1 millones, de un total de 51 millones de móviles registrados en España. En los últimos cuatro años la media anual de pérdidas se ha situado en los 1,7 millones.
Una de cada cuatro líneas en España es de prepago. Esta cifra incluye también los clientes que sólo son de datos.
En el caso del pospago, el comportamiento ha sido muy diferente. Desde 2011 hay 5,4 millones de nuevas líneas, con un total de 37 millones de usuarios.
Se puede decir que mientras aumenta la sangría en el prepago, se incrementan los buenos resultados en los clientes de contrato.
El enemigo, los paquetes combinados
En 2015, último año completo registrado por la CNMC, los usuarios mostraron su preferencia por los paquetes combinados. Las ofertas de tipo 'quíntuple' (fijo, móvil, internet fijo, internet móvil y televisión), crecieron un 150%, a principios de ese año.
Los paquetes combinados no incluyen como norma general teléfonos de prepago. Esto, sumado a los ajuste de precio que han ido llevando a cabo los operadores -a pesar de algunas subidas- hace que el precio completo de los servicios cuando se contratan todos juntos sea más económico que si se contratan por separado. Una situación que está condenando el segmento del prepago.
Ostracismo que de una forma u otra es también alentado por la mayoría de los operadores, que apenas dan visibilidad a sus ofertas en modalidad de prepago. Sus páginas web publicitan de forma más o menos generalizada servicios en modalidad de contrato y ofertas combinadas, pero resulta más complicado ver qué tarifas tienen en prepago. El usuario cada vez las valora menos y los operadores también. No se augura un buen futuro para el prepago.