La primera entrevista que Mariano Rajoy y Artur Mas mantuvieron en La Moncloa se celebró dos meses después de la victoria electoral del PP y en ella el presidente de la Generalitat ya le planteó su aspiración a lograr para Cataluña una especie de Concierto económico similar al vasco. Siete meses después, en septiembre de 2012, durante un nuevo encuentro entre ambos, Rajoy le aconsejó que no albergara esperanzas de conseguir el llamado ‘pacto fiscal’. Desde entonces, CiU ha pasado por unas elecciones autonómicas en las que perdió 12 de los 62 escaños que tenía y en Cataluña se han celebrado dos Diadas en las que se cebó la bomba independentista. Recordar esta secuencia tiene su interés para interpretar lo que este jueves se ha escuchado en el Congreso de los Diputados, donde el portavoz económico de CiU, Josep Sánchez Llibre, ha vuelto a resucitar ante el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, la reclamación del Concierto económico para Cataluña. Es una exigencia que los nacionalistas habían dejado dormida desde hace año y medio, en medio de una profunda incomunicación entre La Moncloa y la Generalitat desde que Mas anunció de forma unilateral el pasado diciembre la fecha y las preguntas del referéndum.
Los nacionalistas catalanes han vuelto a resucitar su reclamación del 'pacto fiscal' después de haberla dejado dormida dede 2012
CiU ha aprovechado este jueves la renovación del Concierto vasco, aprobada en el Congreso, para volver a pedir el mismo tratamiento financiero en Cataluña con este argumento: la Constitución no establece régimen fiscal alguno para el Estado y, por tanto, no impide otorgar a esta comunidad unas reglas diferenciadas de las del resto de las autonomías. Sería tan fácil, ha dicho Sánchez Llibre, como añadir una tercera disposición adicional que incluya el Concierto económico catalán y facilite que Cataluña rebaje su déficit fiscal, calculado por CiU en el 8% del PIB.
Sánchez Llibre propone incluir una tercera disposición adicional en la Constitución, otorgando a Cataluña el mismo Concierto que tiene el País Vasco
En el Gobierno se ha interpretado esta finta del nacionalismo catalán como una clara señal de debilidad en un momento en el que es aconsejable vigilar la evolución del proceso soberanista en Cataluña más por las corrientes de fondo que por las declaraciones de sus principales protagonistas. El ministro Cristóbal Montoro ha recordado el talante conciliador y dialogante con el que Adolfo Suárez condujo la Transición y ha advertido a los nacionalistas catalanes que el consenso no es posible buscarlo a cualquier precio, pues tiene que conducirse con sentido de Estado y con profundo respeto a las leyes. “Cuando se actúa desde la imposición, desde las acciones unilaterales, desbordando el marco constitucional, cualquier apelación al acuerdo aparece realmente estéril”, ha señalado.
El ministro de Hacienda avisa de que cualquier apelación al acuerdo es estéril cuando se actúa desde la imposición y fuera de la Constitución
Otra manifestación de flaqueza del frente nacionalista acaba de salir de boca de su portavoz parlamentario, Josep Antoni Duran i Lleida. Pertenece a Unió, la familia más templada del nacionalismo catalán, pero ha admitido en público que el referéndum del 9 de noviembre no se celebrará si carece de cobertura legal. A esta conclusión no se llegará antes de septiembre, fecha en la que la Generalitat tiene previsto sacar adelante su ley de Consultas, condenada a ser recurrida al Constitucional. Una alternativa al referéndum, recordó Duran, sería la convocatoria de elecciones plebiscitarias, una decisión que, muy posiblemente, fracturaría a CiU.
En adelante, el Gobierno vasco gestionará los impuestos sobre los depósitos bancarios y los demás tributos estatales creados en los últimos años
La gélida relación del Gobierno con la Generalitat contrasta con la luna de miel que disfruta con el PNV. Su portavoz económico, Pedro Azpiazu, ha agradecido públicamente a Montoro su esfuerzo en la renovación del Concierto, la segunda desde su nacimiento en 2002, asunto en el que ya contaba con experiencia pues fue también como ministro de aquella época quien puso sus cimientos y negoció con Ajuria Enea y las diputaciones forales este modelo de financiación. La actualización aprobada este viernes incluye la concertación de los nuevos tributos estatales creados en los últimos años, entre ellos el impuesto sobre los depósitos bancarios y el que grava la producción de energía eléctrica. En adelante, las tres diputaciones vascas podrán gestionarlos regulando el tipo de gravamen, con similares limitaciones que las comunidades de régimen común.