Economía

El Gobierno se reafirma en su plan de descarbonización pese a la crisis energética

El secretario de Estado de Economía subraya que no sólo no se va a modificar la política de descarbonización, sino que se quiere intensificar, a pesar de la escalada de los precios de la energía, y a diferencia de otros países como Alemania

  • La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

"Reaccionar a corto plazo con una visión de largo alcance" es el leit motiv de la política económica que quiere aplicar el Gobierno a la crisis originada por la invasión de Ucrania, según ha desvelado Gonzalo García Andrés, secretario de Estado de Economía, en una de sus primeras intervenciones desde que empezó la agresión. Ante un foro de profesionales y empresas dedicados al Plan de Recuperación, en un acto organizado por EY, se esperaba que García Andrés desvelara qué contempla el Gobierno hacer ahora mismo respecto al citado Plan, si va a modificar algunos aspectos o va a aprovechar la adenda de 70.000 millones de euros en créditos cuya petición va a acelerar ahora para hacerlo.

Este anuncio no se ha producido. Ni siquiera sobre un replanteamiento de los objetivos medioambientales del Plan, que suponen el 40%, asunto por el que se le ha preguntado. Todo lo contrario. El secretario de Estado de Economía ha avanzado que el Gobierno se reafirma en el plan, cuya tramitación quiere "redoblar aún más" y "acelerar y mantener la orientación". Y sobre el 40% de orientación en renovables, ha destacado que "se va a tratar de acelerar las inversiones y reformas de transición energética", y ha considerado que las circunstancias actuales muestran que el Gobierno ha elegido la senda correcta, la descarbonización, que cree que ahora hay que potenciar todavía más. "La invasión no nos ha pillado sin un plan", ha subrayado.

El resto de inversiones y reformas estructurales también se quieren acelerar. En este sentido, ha anunciado que en las próximas semanas se quiere pedir el pago del segundo tramo, el más voluminoso, de más de 12.000 millones. Y cuando todavía no se ha pedido, se quiere acelerar la petición de la adenda de 70.000 millones en préstamos, lo que cree que es "muy urgente", y en la que también se prevé poner el foco en actuaciones medioambientales, ha trasladado. "La guerra nos pone de frente con nuestros objetivos de descarbonización", ha insistido.

Asimismo, García Andrés ha reafirmado que el Gobierno mantiene su ambicioso calendario de implementación del Plan, lo que los profesionales y empresarios presentes consideraban complicado. Sin embargo, una cosa son los deseos y otro la realidad del desarrollo del Plan, cuando el Gobierno sólo ha arrancado un 3% del PERTE de renovables. Sólo se han abierto tres convocatorias hasta ahora, que sólo representan el 3% de los 6.900 millones de inversión pública que contempla.

Estos planes del Gobierno se plantean cuando el precio del gas ha pasado de 87,5 euros en el mercado holandés el 23 de febrero, el día previo a la invasión, a 335 euros este lunes. Esta semana, los precios de la gasolina y el diésel no han parado de subir. El jueves, el litro de gasolina 95 se pagó a 1,812 euros de media en España y el gasóleo a 1,767 euros, cuando hace un año el litro costaba 1,074 y 0,981 euros, respectivamente.

Al impacto de los precios de la energía eléctrica en los consumidores y pymes se suma el que sufren las industrias electrointensivas desde el verano y que ahora con la invasión de Ucrania supone una emergencia industrial sin precedentes, con un precio medio el martes de 547 euros/MWh. Muchas industrias se han visto obligadas a parar.

En este escenario, los planes del Gobierno sorprenden y preocupan a los expertos a los que ha consultado Vozpópuli, que advierten de que mantener de forma inamovible esta política de subvenciones verdes y encarecimiento de combustibles fósiles no tiene sentido ahora mismo, cuando alertan de que hay que dar un pequeño paso atrás. Y ponen de ejemplo a Alemania.

El ejemplo de Alemania

El planteamiento de otros países, sujetos a los mismos compromisos europeos y muy centrados en políticas de descarbonización, como Alemania, que tiene ahora mismo a Los Verdes en el Gobierno, es muy diferente. Al día siguiente de la invasión empezó a plantearse la necesidad de revisar sus planes de cerrar los últimos reactores nucleares y la necesidad de activar las plantas de carbón. El presidente del instituto económico alemán Ifo, Clements Fuest, abogó por posponer la desconexión de las tres últimas centrales nucleares que siguen todavía en funcionamiento. En declaraciones al Neue Osnabrücker Zeitung, Fuest concretó que las centrales Emsland, Isar 2 y Neckarswestheim 2, cuya desconexión está prevista para finales de 2022, deberían seguir funcionando "al menos hasta superar la dependencia del gas ruso, o sea, previsiblemente varios años".

Los Länder están insistiendo en esta idea, a la que se ha sumado el Gobierno. El ministro regional de Medio Ambiente de Baviera, Thorsten Glauber, ha alertado de que "la guerra en Ucrania lo ha cambiado todo". "No podemos sencillamente seguir como antes", ha planteado el ministro de Economía de Renania del Norte-Westfalia, el liberal Andreas Pinkwart. "La doble eliminación gradual del carbón y de la energía nuclear, sumada a la dependencia del gas ruso, nos ha dejado en una situación de riesgo de la que tenemos que salir", ha insistido. "El carbón desempeñará un papel crucial", ha dicho Olaf Lies, ministro de Energía de Baja Sajonia.

El vicecanciller y ministro federal de Economía y Clima, Robert Habeck, a pesar de liderar el partido Los Verdes, ha reconocido que la seguridad del suministro es ahora una prioridad sobre la protección del clima. "El pragmatismo debe vencer cualquier determinación política y la seguridad del suministro debe estar garantizada", ha destacado. 

Olaf Scholz, el canciller, que anunció ya el bloqueo de la certificación del gasoducto Nord Stream 2 como respuesta a la iniciativa del presidente ruso, Vladímir Putin, de reconocer a los territorios separatistas prorrusos de Ucrania, ha asegurado después de la invasión que el país estaba buscando alternativas en esta crisis energética, pero que "actualmente no hay otra forma de garantizar el suministro de energía de Europa para la generación de calor, la movilidad, el suministro eléctrico y la industria".

Efecto de la inflación en los fondos europeos

El secretario de Estado de Economía ha planteado un escenario económico marcado por los efectos de la invasión de Ucrania durante varios años. Sin embargo, sobre las medidas que plantea el Gobierno, ha insistido en la necesidad de que la UE actúe para desligar el precio de la electricidad del del gas y en el pacto de rentas que impulsa, con pocos detalles, de momento. Y, preguntado por si se van a tomar medidas para mitigar los efectos del alza de la inflación en los propios contratos del Plan de Recuperación, García Andrés lo ha descartado. A su juicio, el impacto es "moderado de momento", aunque ha admitido que habrá que hacer un seguimiento. Y se ha remitido al acuerdo del Consejo de Ministros que sí prevé la revisión de los contratos de la construcción en lo que respecta a las materias primas.

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